Phantasy Star II (Mega Drive, J-RPG)

Fueron muchísimas, más de las que uno puede imaginar a priori, las ideas, elementos y perspectivas que el primer Phantasy Star de aquella maravillosa consola llamada Master System aportó al todavía en plena expansión universo de los RPG. Más allá de formar parte de una de las primeras olas de J-RPG clásicos para sistemas domésticos, la creación del Sonic Team introdujo un escenario muy poco común. No me atrevería a decir que fue el primer RPG con entornos y trama situados en un futuro y galaxia lejanos, contrastando con la temática y estética más fantástica y medieval dominante en aquellos finales de los años 80, pero sí se puede afirmar casi con total rotundidad que fue el primero para consola. Es imposible encontrar un exponente anterior para estas plataformas, pero su influencia se extendió a una cantidad inmensa de RPG para todos los sistemas habidos y por haber aunque, curiosamente, la saga se quedó en la cuarta entrega en el temprano año 1993. Todavía sintiendo en mis carnes la gratificante pero extremadamente tortuosa experiencia que ha sido superarlo, hoy vengo a hablaros del que para algunos es el mejor exponente que dio esta añorada serie: el casi sagrado Phantasy Star II.


Un perturbador sueño se reitera una y otra vez en la mente de Rolf, nuestro protagonista. Cada noche, una intrépida guerrera que lucha desesperadamente por dar muerte a un horrible ser aparece en su cabeza sin saber de quién se trata ni por qué esos sueños se repiten. Tal vez un indicio de que algo importante está a punto de suceder. La historia que nos ocupa tiene lugar aproximadamente unos mil años tras la heroica gesta de la revolucionaria Alis, que logró derrotar al diabólico Lassic antes de que este se hiciera con el control de la galaxia de Algo. Desde entonces, la sociedad ha cambiado y evolucionado de forma imparable. La tecnología ha avanzado, la vida es mucho menos sacrificada y aquellos tiempos oscuros se han perdido ya en la memoria. Todo ello es posible gracias a una gigantesca entidad llamada Mother Brain, una inteligencia descomunal bajo cuyo control se encuentran gran parte de los parámetros para la supervivencia. Ahora el planeta Motavia, otrora un desierto inhabitable y plagado de horrendas criaturas, es un paraíso terrenal cubierto de vida y vegetación, con un control biológico desde el Bio Laboratory y un clima estable e idóneo gracias al Climatrol, todos ellos gestionados por la Madre. La lluvia, la temperatura… todo está absolutamente medido y calculado. Pero toda esta comodidad era un arma de doble filo. La gente olvidó sus temores, pero también su espíritu de lucha, transformándose en seres amansados, hasta que alguien aprovechó precisamente el origen de su felicidad para volverlo en su contra. En lugar de animales, monstruos repugnantes empezaron a recorrer los campos. El clima se volvió inestable y los indicadores descontrolados. Ante tan insostenible situación, al agente Rolf se le encomendó la tarea de averiguar el por qué de todo este desbarajuste… y descubriría que tras el caos y las sombras… había muchos ojos observando fijamente. Posiblemente nos encontremos, y lo digo sin miedo, ante una de las mejores historias de toda su generación, absolutamente digna de una novela. El universo, sus elementos, las sorpresas y giros que nos aguardan, y varios momentos inesperadamente emotivos como la desaparición de uno de los personajes principales, planetas que estallan, invasiones… la trama nos desvela cada vez más sucesos, y expande un contexto que desde el minuto uno ya nos atrapa y nos sumerge al 100% en el juego, en el propio mundo que la portentosa mente de Akinori Nishiyama construyó para la ocasión. Una narración casi distópica excelentemente planteada, original, innovadora e ingeniosa, con golpes emocionales certeros y puntos de avance muy interesantes, aunque a veces algo distanciados entre sí. Lo más curioso de todo es que a pesar de esto y de los pocos textos realmente relevantes que encontraremos, consigue colocar más al jugador en su marco que muchos otros juegos con muchísima más lectura.

Quizá en el apartado gráfico es en donde menos me ha cautivado. Sé que va a sonar extraño, pero visualmente casi me encandiló más el primer Phantasy Star. No es que esta continuación no tenga apreciables extensiones de terreno con bastantes elementos geográficos, un colorido bastante decente o unas animaciones bien realizadas, y también cierta variedad de entornos, entre las tierras heladas de Dezo y las verdes campiñas de Motavia… pero en Master System me daba la impresión de que todo estaba más vivo y bonito. Aquí el estilo visual de los pueblos cambia dependiendo de en qué región nos encontremos, tienen sus árboles, sus riachuelos o algún pequeño cementerio incluso, pero en general me dejan bastante frío, demasiado… estériles. Las mazmorras no mejoran precisamente el conjunto. Además, en este aspecto se dio un paso que fue enormemente arriesgado. Como seguramente recordaréis, ya que era uno de los puntos clave en la personalidad del juego, Phantasy Star mostraba sus laberintos en primera persona, ofreciendo un efecto tridimensional muy vistoso y chocante para la época y sistema, heredado de los RPG occidentales. En este Phantasy Star II, todo rastro de esta característica se eliminó por completo. Las mazmorras mantienen la perspectiva cenital, y si bien añaden una capa de scroll superior cuyo efecto es bastante curioso (aunque con el tiempo puede resultar incluso molesto), su aspecto es bastante tosco y gris. Es verdad que ostentan cierta variedad (también encontraremos laberintos helados, o sumergidos bajo el agua, o situados en la ladera de una inmensa montaña), pero a la larga nos acabarán resultando bastante repetitivas por su limitado colorido en general y su carencia de detalles, así como por su excesiva extensión, algo que comentaré luego en más profundidad. Además, pierden el factor originalidad respecto al primer título. Por el contrario, se mantiene esa estética tan personal y los avatares de los personajes y las estampas a media pantalla serán un soplo de aire fresco, y nos invitarán a meternos en contexto todavía más, si cabe. Las animaciones, como digo, son más que correctas y lucen más gracias al buen tamaño de los personajes, incluyendo las de las batallas, que incluso nos ayudarán a sobrellevarlas mejor. Pero por encima de todo, tengo que destacar el diseño de los enemigos. Si en el primer Phantasy Star ya eran buenos de verdad, en esta segunda parte son absolutamente brillantes. La vida mutante (los biomonstruos) está perfectamente recreada, pero ya si hablamos de los cíborgs en la segunda mitad, con todos sus detalles, movimientos y precisión de diseño, son dignos de reverencia.

Cuando redacté el apartado musical del primer Phantasy Star, hablaba de la discreta incoherencia entre el estilo compositivo de sus canciones y su mundo futurista. Estas eran mucho más coloristas y fantásticas de lo que uno esperaba. Y creo que en este punto, la banda sonora de Phantasy Star II se adecua mucho más a lo que nuestros oídos esperan de un mundo gobernado por la tecnología y los viajes intergalácticos de finales del segundo milenio. No hablamos de una música profundamente evocadora salvo en algún punto muy concreto, ni con melodías realmente brillantes, pero en su conjunto contiene temas con capacidad de adicción suficiente, algunos de ellos con auras muy frías, otros casi fantasmales, y otros que suenan maravillosamente “espaciales”. El trabajo de Tokuhiko Uwabo, autor también del apartado musical en la primera entrega (y uno de los empleados más antiguos de Sega) se adaptó entonces mucho más al universo de la serie, aunque con ello sacrificara en gran medida el aspecto de las melodías más alegres en pos de una mayor carga de suspense y naturaleza un poco más oscura y tensa. Eso no quiere decir que no encontremos muy buenas melodías durante el juego, de hecho algunas brillan con luz propia, y ya nos recibe una de ellas durante la pantalla de título y en el menú inicial, pero como mejor ejemplo de lo dicho antes, pongo la que nos envuelve durante el sueño del protagonista. Encontraremos ritmos muy groove, partes virtuosas, contratiempos geniales y altibajos contrastados de intensidad, algún que otro tempo más melancólico, y una melodía distinta en cada casa. Con el avance del juego obtendremos también los mejores cortes de este, algo que siempre es un placer pero especialmente positivo en este Phantasy Star II, ya que es un aliciente más para ayudarnos a llegar hasta el final. La de las presas, por ejemplo, me parece fantástica, igual que la que nos ampara durante nuestro periplo por Dezo. La limitada capacidad del chip de sonido de Mega Drive no nos privará, sin embargo, de reconocer algunos instrumentos como los teclados, los xilófonos o por supuesto, unos buenos bajos. Además en esta ocasión se podría decir que el sonido FM tan particular de la consola juega a favor a la hora de darle la personalidad adecuada. La percusión posiblemente sea uno de los aspectos más destacados, especialmente el bombo. Como curiosidad, en la versión japonesa estas bases suenan ligeramente distintas. Durante las batallas será cuando más nos fijemos en sus efectos sonoros, ya que la mayoría de enemigos poseen sus propias onomatopeyas a la hora de atacar, más allá de los impactos y explosiones que si bien no son excelentes, son bastante variados, algo que denota un buen trabajo en este aspecto. Los pasos al usar escaleras también suenan realmente bien.

A pesar de su innovador envoltorio, la mecánica no se apartó demasiado de la de los clásicos de la época. A nuestro protagonista pronto se le unirán hasta siete personajes jugables, cada uno con sus propias peculiaridades y a quienes deberemos tener en cuenta como opción dependiendo de las zonas que visitemos y de los enemigos que encaremos, lo cual también implica el tener que llevar su nivel de experiencia al día, por si fuese poco lo que se nos viene encima. Es divertido, desafiante, y se juega muy bien… con ciertos matices. Las posibilidades en cuanto a exploración aumentan exponencialmente respecto a su antecesor debido al enorme tamaño del mapeado no en uno, sino en los dos planetas que deberemos explorar, e incluso contaremos con un vehículo acuático. La presentación de los combates también ha evolucionado. Ahora hay un sprite por cada enemigo y podremos escoger el modo automático o establecer una pequeña estrategia a través del menú (usar magias, objetos o defendernos). Durante los primeros pasos, su frecuencia será bastante moderada, pero esto terminará pronto. Para los que no conozcáis la aventura y este texto os haya abierto el apetito, os diré que es un juego que sin duda merece la pena disfrutar… pero también os aconsejo seriamente que antes de poneros con él cojáis aire y respiréis hondo. Phantasy Star II es un juego que llega a ser absolutamente brutal y despiadado con el jugador. Ya de primeras puede dejarnos sin aliento, pero si la crueldad de las primeras mazmorras y sus desquiciantes estructuras laberínticas ya os parece demencial… las que hay desde la mitad del juego hasta el final os van a parecer, sencillamente, un auténtico delirio que parece creado adrede para destrozar la cordura del jugador. Su tamaño es colosal, apabullante, con varios pisos, teletransportes, cientos de escaleras, agujeros traicioneros, multitud de caminos sin salida… y pocas cosas hay peores que estar lidiando desesperadamente para no perder el rumbo ante tal magnitud y además combatiendo contra unos enemigos que, tengamos el nivel que tengamos, van a resultar una pesadilla. Todo el tiempo que paséis exclusivamente ‘grindeando’ va a ser poco. Al principio me resultó un gran reto que afronté con muchísima ilusión, pero hacia el final se convirtió en algo bastante repetitivo y demoledor. Ni los mapas dibujados que siempre me hago sirvieron para la recta final ante tal despropósito de monstruosos laberintos sin sentido ni coherencia. A parte, hay pasos imprescindibles a dar en la historia que son absurdamente ilógicos y podrán tenerte horas y días sin saber qué hacer ni a donde ir.

Mi consejo es que encares esta aventura con la idea de que, en su mayor parte, vas a tener que dedicar muchas horas exclusivas en cada partida a librar cientos de combates para subir nivel, y aun así no te va a resultar nada fácil ni aunque tengas los mapas de las mazmorras delante. Un juego que no tiene ninguna piedad en este sentido, y puede pasar de ser tremendamente estimulante y motivador a totalmente frustrante, desagradecido e injusto respecto al esfuerzo invertido. Por supuesto en este, que fue el primer RPG de Mega Drive, hay cantidad de momentos que merecen la pena, sobre todo aquellos especialmente emotivos que suponen una buena sacudida en su fabulosa historia, algunos temas sublimes y la libertad de exploración que ofrece casi de principio a fin, así como la posibilidad de luchar con 8 personajes distintos. Como broche, una moraleja al final del juego que hoy día sigue siendo más válida que nunca y sobre la que todos deberíamos meditar.


- Lo Mejor Del Juego: Momentos argumentales que nunca olvidarás. El diseño de los cíborgs es brillante. La ambientación en conjunto funciona a las mil maravillas. Hasta 8 personajes distintos.

- Lo Peor Del Juego: El equipamiento es insuficiente y la dificultad criminal. La información que recibimos es muy escueta. Esperaba más de su apartado gráfico. Subir de nivel puede resultar eterno.

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EXTRA

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En el caso de Phantasy Star II, su arrolladora dificultad, especialmente en su segunda mitad, ha dado al traste con mis procedimientos habituales para conseguir orientarme en las mazmorras. Siempre lucho a toda costa para no tener que usar ningún tipo de guía ni nada similar a la hora de terminar un juego para que la experiencia original y primaria quede plasmada en estos textos con total fidelidad. Pero en esta ocasión... me he visto obligado a utilizar algunas, so pena de tener que abandonar el juego. Sin embargo, puestos a hacerlo, empleé métodos digamos oficiales, y es que encontré escaneada la guía original que se incluyó con el juego en su lanzamiento americano (para que os hagáis una idea de lo retorcido que es), aunque solamente la he usado exclusivamente por los mapas. Aun así... no creáis que esto os va a salvar la vida, pero será un punto de apoyo fundamental a la hora de atravesar los laberintos. Para vosotros, os dejo aquí disponibles tanto el manual original de la versión USA como la susodicha guía para que el deambular por este fantástico RPG no se os haga tan insoportable.

Manual (Versión USA, inglés)

Guía oficial (Versión USA, inglés)

Mapas y lista de habilidades (Versión Pal UK, inglés)

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Procedamos ahora a hacer un análisis con un poco más de profundidad sobre las que a mi parecer son las mejores melodías que oculta este cartucho de 6 mb. Entre las creaciones de Tokuhiko Uwabo encontramos muy buenos exponentes que aportan una sólida personalidad al juego, a sus planicies, a sus pueblos y a sus insufribles mazmorras. Puede que no sean melodías inmediatas que entren a la primera, pero poco a poco formarán parte inseparable de la experiencia.

A prologue. Con esta melodía de oscilante trasfondo y misteriosa cadencia y melodía abre el juego. Imágenes confusas en blanco y negro para representar la ensoñadora revelación que sobreviene a nuestro personaje. Con ella, fue casi amor a primera vista, porque no solamente es absolutamente perfecta para acompañar la escena y transmitir toda la profundidad del momento, además es una de las más originales que escucharemos.



Mistery. La que nos acompaña durante nuestro agonizante recorrido en las cuatro presas del lago. También me gustó desde los primeros minutos. Al ritmo constante y casi adictivo que muestra en toda su duración se le une esa subida repentina de intensidad en lo que podría considerarse el estribillo, de claro estilo ochentero y con buenas armonías que forman un conjunto genial. Una verdadera lástima que se repita tan a menudo...



Death place. No solamente es una de las más cañeras que escuchamos. Esta composición tiene casi de todo, una melodía fabulosa con varios cambios de tesitura, variaciones "instrumentales" y capacidad de enganche por su ritmo cabalgante junto a esa tonalidad tan de fantasía en toda su duración. Los bajos acompañan a la percusión y aportan todavía más consistencia, mientras que la melodía no deja de ganar en personalidad.



Secret ways. Me dejo mis dos favoritas para el final, comenzando por esta, que suena en algunos de los lugares más remotos del mapeado. Y es que es innegable, guarda en ella una gran cantidad de misterio. Sorprende ya de primeras su extraña cadencia, que nos podría recordar al reggae, y no solo por su dispersa percusión, también por la colocación de las notas que forman su melodía principal. Una auténtica delicia.



Silent Zone. Definitivamente, esta es la que más tiempo se quedará conmigo, y es que me ha encantado. A pesar de que junto a ella sufriremos grandes tormentos, es una de las que más se alejan del resto, con esa aura casi de ensueño, esa melodía que destaca en momentos concretos gracias al sonido de los xilófonos que añadidos a ese ritmo de percusión y bajo tan particulares, al menos a mí, me recuerdan ligeramente al estilo AOR.