Mario & Luigi Superstar Saga (Game Boy Advance, J-RPG)

Las sagas y personajes nacidos en el seno de Nintendo siempre se han caracterizado por varias cualidades que las han hecho únicas, pero la más importante de todas siempre ha sido su extraordinaria calidad. En un momento u otro, el gigante japonés ha terminado encargando el legado de dichas sagas a segundas o terceras compañías, pero es tal la magia y la personalidad intrínseca en ellas que en el resultado siempre se ha sabido mantener la esencia que las hizo grandes. Obviamente, Nintendo no ha escogido a cualquier compañía para hacerse cargo de sus más estimadas series. Si Super Mario RPG fue obra de la vieja Squaresoft y Paper Mario fue desarrollado por Intelligent Systems, la tercera incursión del orondo fontanero en el mundo de los RPG fue responsabilidad de AlphaDream, que casi pudo ser considerada una second party de la gran N a la vista de todos los lanzamientos en su corta pero intensa existencia. Esto no fue casualidad, ya que en AlphaDream se encontraban personalidades como Chihiro Fujioka o Tetsuo Mizuno, ambos integrantes de Square en su momento. Lamentablemente, la compañía cayó en quiebra hace aproximadamente un año y medio, pero nos dejó pequeñas gemas como este Mario & Luigi Superstar Saga.

De hecho, con esta creación que data del año 2003, se abrió una nueva bifurcación, creando desde cero una nueva serie y separando la saga de papel de Mario de esta nueva en la que el siempre menospreciado Luigi tomaría por fin un papel casi tan protagonista como el de su hermano. Esto, a la vista está, le dio a Nintendo otro gran filón que ha seguido explotando hasta nuestros días con excelentes resultados. Mario & Luigi Superstar Saga supuso un paso más ante todo lo visto, pero sin apartar la vista de los elementos con los que había progresado Mario en el mundo de los RPG y que, por supuesto, contiene una sucesión casi continua de guiños a escenarios, personajes y músicas que han formado parte de otras entregas. Y es que uno no puede (ni realmente quiere) esperar otra cosa de un RPG protagonizado por Mario: vibrante colorido, formas amables, toneladas de ingenio, humor a raudales y una música de esas que te alegra el corazón. ¿La historia? También es importante, por supuesto, aunque a decir verdad, no ocupa un escaño prioritario dentro del juego, sino más bien complementario. Porque es algo que ya apenas sorprende y sin embargo, un nuevo secuestro de la princesa Peach, una nueva excusa para hacer viajar a Mario por los confines de su particular mundo o una trama de lo más loca y destartalada siempre son bienvenidas para situarnos y dar pie al apartado más destacado de estos juegos: su pulida y equilibrada jugabilidad y un sentido de la diversión pleno, auténtico, sencillo, que te absorbe, te mantiene, y te deja unas sensaciones y unos recuerdos inolvidables en cada entrega. Los primeros compases ya consiguen sonsacarte unas risas, con ese Mario saliendo de la ducha y vistiéndose a toda prisa para salir en ayuda de la Princesa Peach, cuya voz ha sido robada por la reina Jiji y su esbirro Fawful con el malévolo objetivo de despertar a la judía estelar, un pequeño ser que concederá cualquier deseo a quien rompa su sueño. Así pues, tras la carrera a toda prisa de nuestro héroe, Luigi es arrastrado junto a él casi en contra de su voluntad, y por primera vez se verá involucrado de pleno en una gran odisea. Apenas veremos un destello del Reino Champiñón: el entorno donde nos sitúa la aventura es en el vecino Reino Judía y sus alrededores, donde conoceremos nuevos personajes y rincones, pero también nos reuniremos con viejos conocidos que pululan por ellos.

Nintendo siempre ha sido fiel a sus principios y a su estilo visual. Aunque el mundo que se nos muestra es inédito, pronto nos daremos cuenta de que se nos antoja enormemente familiar… con ciertos distintivos. Super Mario RPG nos mostraba un mundo a base de objetos, decorados y personajes totalmente pre-renderizados que nos dejaron atónitos. Paper Mario hizo gala de una originalidad al alcance de muy pocas compañías, y reducía a Mario y a su entorno a las dos dimensiones, como si de un mundo hecho de papel se tratase. Mario & Luigi Superstar Saga tiró tal vez por el camino menos impactante pero más natural: utilizar unos gráficos de pixel convencionales en dos dimensiones típicos de la era 16 bits que, eso sí, aprovechaban en profundidad las opciones técnicas de una Game Boy Advance: colores ricos e intensos, decorados enormes, diseños voluminosos, animaciones graciosas a tope y rebosantes de humor… un mundo de fantasía de colores primarios en el que lo entrañable y lo divertido se dan la mano. Los contornos más definidos de los sprites y el dibujo de la mayoría de las zonas nos recuerdan en esta ocasión al estilo cartoon, algo por lo que el juego empieza a cobrar personalidad propia casi desde el principio. Los descarados tonos pastel colorean desde áridos desiertos, junglas excelentemente ambientadas o el proceloso fondo del mar, con unos cuantos efectos (como el viento en el suelo o distorsiones) que ayudarán todavía más a sumergirnos en el mundo. Entre ellos, reconoceremos muchos de los enemigos clásicos del universo Mario que no podían faltar a la cita, como los Koopa o los Boo, ¡¡e incluso el plantel completo de final boss del Super Mario World nos dará una buena recibida!! No todo serán enemigos: también contaremos con la ayuda de Birdo o el profesor Elvin, los forjadores de martillos o las hermanas Dami y Sela, muchos de ellos exclusivamente creados para este título y que se abrirían paso a posteriores entregas de la saga. Los decorados hierven tanto en colorido como en detalle, también los interiores, cuidados y sin perder la estética a la que estamos acostumbrados, ya sea en las casas, en el cine Yoshi o en las mazmorras (la de la academia es una de mis favoritas, con ese aire abandonado y fantasmal que transmite). La combinación de colores del castillo de Bowser puede ser otro buen ejemplo. En las alturas, podremos observar unos preciosos fondos que además contienen animaciones para dar más vida al conjunto, en donde las formas redondeadas, suaves y alegres siguen siendo las protagonistas. Como en la mayoría de RPG de Mario, habrá quien encuentre su aspecto un tanto infantiloide, pero más allá de clichés, creo que Nintendo acierta al mantener con firmeza sus principios estéticos. Al menos a mí, me encanta dar una vuelta por las soleadas playas o por la concurrida ciudadela JuaJua, y la alegría que lo envuelve todo me resulta entrañable y placentero.

En cuanto transcurran unos… 10 segundos de la primera canción, ya la asociaremos irremisiblemente al universo Mario. Divertidas, bromistas, alegres, melódicas, luminosas… y con ese necesario puntito de nostalgia que hasta la fecha mostraban todos los RPG del fontanero italiano. Y con nostalgia no me refiero solamente al hecho de que se hayan reciclado varios temas de anteriores juegos, aunque también es un punto muy interesante. Más allá del clasiquísimo tema central de Super Mario Bros compuesto por Koji Kondo y las múltiples variaciones que encontraremos, también tendremos el infinito placer de escuchar versiones conocidas en las cuevas, recordar a Super Mario World, y una de esas que me ha hecho vibrar de emoción, la del castillo de Super Mario 64. También en la banda sonora, los de AlphaDream quisieron añadir ese puntito de homenaje a otros juegos. Pero dejando a un lado esta faceta, M&L Superstar Saga cuenta con un gran elenco de temas completamente nuevos, y agarraos, porque tras su composición se encuentra la ilustrísima Yoko Shimomura, una de las compositoras más reconocidas y prestigiosas en la historia de los videojuegos. Sobran las presentaciones si decimos que su talento y creatividad nos trajo en su momento la banda sonora de Street Fighter II u otras joyas auditivas como Legend of Mana, Front Mission… o el mismísimo Super Mario RPG, por lo que se podría decir que en esta ocasión jugaba con algo de ventaja al conocer perfectamente el estilo a emplear en esta aventura. Y no será su mejor obra, pero no se puede negar que la calidad y esencia festiva que requiere un juego de estas características rezuma de entre el conjunto de todos los temas. Los hay de casi toda índole, desde aquellos que ambientan bosques y montañas con toda luminosidad hasta los que acompañan los lugares más misteriosos y lúgubres del Reino Judía, aunque incluso dentro de estos últimos presentimos un gran tono de simpatía. Aporta más color al colorido y más peligro a las situaciones tensas, sin que haya demasiado margen para escenas emotivas, de las que el juego no carece del todo (hay destrucción, hay secuestros, hay envenenamientos…) pero que se encuentran muy suavizadas por el espíritu amigable del juego. Los instrumentos usados le vienen de perlas a los lugares, como las marimbas y sonidos más tropicales en las islas, o ese “beat” tan bailable en los combates y apariciones enemigas, y seguramente otros nos sorprendan, como el uso de silbidos o clavicordios que crean melodías de lo más irresistible. Obligatorio esta vez detenernos en el apartado de los efectos sonoros, porque por encima de los golpes, puertas, caídas, gestos… que están muy bien realizados, están las voces y las onomatopeyas. En este aspecto, el juego se sale. Escuchar a Mario o Luigi expresarse es casi sinónimo de carcajada, pero además cada personaje importante tiene su propio “lenguaje”, destacando en mi opinión el del profesor Elvin, inquietante y al mismo tiempo adorable. ¡Son un auténtico portento!

Al principio, los cambios de habilidades, el uso de los botones y cogerle el tranquillo al cambio entre los personajes puede resultar un tanto lioso, pero creedme: se volverá en algo muy intuitivo ante lo que poco a poco nos despreocuparemos para centrar la atención en intentar resolver los puzles y las zonas más laberínticas. Mario y Luigi pueden (además de sus legendarios saltos) hacer uso de martillos y poderes especiales que irán aprendiendo de otros personajes. Si bien tanto Super Mario RPG como Paper Mario eran algo lineales, Superstar Saga adopta un estilo de juego que se parece más a los primeros The Legend of Zelda que a lo visto anteriormente (y además, los mapas son enormes). Y es que con la obtención de objetos y poderes, podremos acceder a nuevas y excitantes zonas o a los diversos minijuegos y sorpresas que nos aguardan. El mundo está muy abierto ya desde el inicio, pero siempre habrá algún pequeño indicador que nos dará pistas de por dónde continuar, ya sean conversaciones con los habitantes del reino, trabas insalvables o la dificultad de los enemigos. Como cabría esperar, la dificultad y el ritmo de juego fueron calibrados de tal forma que resulta una auténtica delicia ir sumergiéndose poco a poco en él y avanzando, siendo un RPG apto para todo tipo de público, ya que una vez superadas las dificultades que pueda plantear el control, todo fluirá como la misma seda, y tirará de nosotros sin remedio hasta dar con su final. Decir que es divertidísimo se queda corto, y tan solo en un par de ocasiones me he sentido perdido sin saber cómo progresar, pero no han durado más de una hora. Los combates no son sino una pequeña evolución de los dos anteriores RPG protagonizados por Mario, y al mismo tiempo, son lo que verdaderamente diferencia a este juego de la inmensa mayoría de exponentes del género, ya que en ellos tendremos un control casi pleno sobre nuestros personajes, incluyendo ese sistema de acertar el timing correcto para hacer más daño en los ataques. Ataques que pueden ser mediante saltos, martillos, objetos, fuego… y con un poco de pericia, conseguiremos entrar al combate con ventaja. Hay algunos que son todo un reto, pero apenas existe crueldad. Sin duda, lo más interesante e innovador son los ataques combinados entre ambos hermanos, que resultarán en combos de lo más espectacular, difíciles de dominar pero devastadores. En conjunto, las peleas son uno de los puntos fuertes del juego, así que rara vez resultarán molestas o excesivas.

Junto al sistema de combate, de avance, y su cuidada dificultad, otro de los grandes aciertos del juego es el diseño, disposición y creatividad de los puzles. No son realmente difíciles, pero requieren de observación y concentración, y resolverlos se convierte en un placer tan grande que nunca tendremos suficientes. Estos y otros tantos aspectos más convierten a este Mario & Luigi Superstar Saga en el perfecto exponente de juego para los no iniciados. A parte de contar con la deslumbrante simpatía y humor del universo Mario, ofrece una diversión muy primitiva y a la vez sofisticada, variedad de situaciones y lugares, colorido y buen rollo a cada paso y unas cuantas gotitas de ternura aquí y allí, empezando por las jubilosas composiciones de Yoko Shimomura, pasando por los entrañables diseños de personajes… y terminando con algo tan cariñoso y fraterno como es presenciar un abrazo entre los dos hermanos cada vez que se reencuentran :)


- Lo Mejor Del Juego: Los puzles están exquisitamente diseñados. Jugabilidad directa y adictiva, dificultad perfecta y control fantástico. Las voces son increíbles y los minijuegos una pasada.

- Lo Peor Del Juego: Las medallas no aportan apenas nada. La música no arriesga demasiado. La duración del final boss, a mi entender, es excesiva.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Uno de los pocos defectillos que se le pueden achacar a la banda sonora del presente RPG es que emplea canciones cortas que reinician demasiado pronto. Si detrás de estas no hubiese talento podríamos hablar de un problema, pero no es así gracias a la creatividad y calidad de la que hizo gala la gran Yoko Shimomura al solventar cada uno de los cortes, que logró que a pesar de su limitada duración, acompañaran de lujo y en seguida se convirtieran en algo tan familiar para el jugador como los propios escenarios o el control sobre Mario.

Welcome to the Beanbean Kingdom!. Y tal como lo hace el título, este corte lleno de júbilo y regocijo nos da una cálida bienvenida al reino Judía en donde la aventura de Mario y Luigi toma lugar. Flautas, marimbas, bajos muy presentes... ¿alguien duda que estamos en un juego de Mario al escuchar este tipo de composición? Y por supuesto, todo inundado por la alegría que desea transmitir y un pequeño toquecito de nostalgia. Una de las que más escucharemos y una de mis favoritas.



Come on, Again!. ¡Agarraos que viene curva! Porque este tema arranca ya cuesta abajo y sin frenos (y no me refiero a su calidad, sino a su intenso y frenético ritmo). Esos órganos, esos charles y ese tempo nos van a recordar en gran medida al Ska, y es absolutamente ideal para esas situaciones que combinan humor agudo con la aparición de alguna situación peliaguda. Me encanta, pero especialmente su segunda parte, más virtuosa y excitante, si cabe.



Teehee Valley. Escuchamos ahora uno de esos temas especiales que sin duda nos van a sorprender por lo inesperado de su estilo y composición. Gracias a la forma en que se grabaron sus bajos y flautas, además de la percusión, es casi imposible que no nos traiga a la mente un árido paraje desértico, con sus cáctus, la arena moviéndose, las rocas puntiagudas... ¡Y precisamente eso es lo que vamos a encontrar en el Valle Jeje! Puede que su melodía no sea de las más desarrolladas, pero su ambientación es perfecta.



The Last Clackletta. Otra que tiene su fuerte en su velocidad, que nos absorbe y nos crea la tensión necesaria, pero a diferencia de la comentada Come on, Again!, su ritmo es distinto, más original y disperso. El intrumento que manda aquí son los hammond, que además imprimen cierto aire lúgubre al tema, además también escuchamos algunos toques de guitarra eléctrica combinada con sonidos más electrónicos.



End of the journey. Melodía balsámica donde las haya que parece decir: "ponte cómodo, relájate y disfruta del ending, te lo has ganado". Nostalgia añadida, además, al acompañar a las divertidas y afectuosas imágenes que se suceden junto a los créditos. Terminar un juego con una gran sonrisa es una de las mejores sensaciones que existen, y no cabe duda de que este tema nos incita a ello por su ritmo, esos silbidos, los suaves teclados... una pequeña joyita que se esconde al final.