Me deja anonadado el darme cuenta de que han transcurrido nada menos que 10 años del momento en que me puse con Neutopia. La idea en su momento era que no pasara mucho tiempo hasta meterme de lleno en su segunda parte, pero ya veis, los años corren de forma implacable. Aún así, siempre ha estado en mi cola de espera, y eso es porque Neutopia me dejó unas sensaciones bastante agradables, un juego con ritmo, grandes dosis de fantasía, y algo que comparte con esta segunda parte, muy sencillo en su concepción pero a la vez muy atractivo. A pesar de que no excava demasiado en nuestros rincones emocionales, Neutopia II contiene en su interior más variedad de situaciones, mayor interacción con bastantes más personajes y más textos que enriquecen la aventura, por lo que he sentido una conexión mayor y más especial con esta segunda parte, y no solamente por estos motivos. El tema principal, que suena en la pantalla de título, ya ha sido en sí mismo una bocanada de nostalgia, y los dos años que transcurrieron entre la salida de ambas mitades (porque al fin y al cabo, aquí vamos a hablar de una continuación directa de Neutopia) se reflejan en un visible lavado de cara en todos sus apartados técnicos. Para evitar, a nivel argumental, una segunda entrega sin sentido, se optó por una solución muy simple pero de lo más efectiva, una excelente excusa para enlazar ambos títulos. En el pueblo de los bosques, Roa, hace tiempo que nadie conoce el paradero de Jazeta, el indómito héroe que acabó con la amenaza del demonio Dirth en la primera parte. Las últimas noticias hablan de su partida hacia un laberinto surgido desde las mismas profundidades de la tierra con el propósito de investigar la reaparición de demonios sobre la superficie del mundo, que de nuevo están aterrorizando a los habitantes de las poblaciones. Como descendiente del legendario Murdock e hijo del mismo Jazeta, nuestro protagonista es enviado a una peligrosa misión para disipar las brumas que se han extendido sobre la figura de su padre, confirmando pronto los peores presagios: Dirth ha regresado a la vida incluso más poderoso que antaño pero con la misma maldad y deseos de venganza. Dicha misión se hace efectiva a partir del templo de Yurius, en la ciudad de Lapool, donde por última vez se vio a Jazeta. Las agoreras previsiones se nos desvelan de una forma sorprendente en las primeras escenas del juego, mediante un sueño que luego enlazaremos a través de la historia.
Su aspecto, de primeras, transpira aventura, RPG y épica guerrera, y probablemente, esa sencillez y esa evidente fijación por el género sin tapujos es lo que hace de Neutopia II un título que puede entrar muy fácilmente a través de los ojos. Después, tras unas cuantas horas de juego, en mi opinión entra todavía mejor por su increíble banda sonora, pero dejaremos eso para más adelante. Su esquema gráfico, la base misma, ha cambiado muy poco respecto a la precuela. Se sigue empleando la perspectiva cenital, los colores primarios dominan el entorno, y los personajes son de un tamaño moderado pero con bastante más definición en los detalles de lo que uno espera. Pero en cuanto a mejoras, estas representan mayor porcentaje que aquellas características heredadas. A primera vista puede no parecerlo, pero comparar ambos juegos hace empequeñecer al primer Neutopia. Solo fijaos en el detalle de las aguas, en las texturas de los terrenos (el efecto de la hierba me ha encantado) y la gran variedad de estos, y en las formas y figuras que dotan casi a cada pantalla de una personalidad única, como pueden ser cuevas, estatuas, arboledas, lagos… hasta la pantalla de título ha ganado vistosidad. Los jefes finales, uno de los puntos álgidos en cuanto a diseño y originalidad, siguen siendo un perfecto ejemplo. Algunos como las polillas, el batracio o el calamar gigante nos dejarán saciados no solo en cuanto a diseño, sino sobre todo por sus animaciones, más detalladas y fluidas incluso que la de nuestro personaje, que por otra parte, tampoco están nada mal. Detallazo muy agradecido el ver como el aspecto de este último cambia conforme adquiere equipamiento, con lo que nos queda en general un aspecto variado en entornos y colores, limpio y brillante en tonalidades y en el que sabes que tras una nueva pantalla puede haber otra sorpresa que te alegre la vista. Nada se sale de las posibilidades de una Turbografx, claro, de hecho existen muchos otros RPG que exprimen mejor las fortalezas del sistema, pero innegablemente se aprecia el gusto por las cosas bien hechas, como esa renovación casi completa del ejército enemigo (desde zombis a murciélagos, pasando por escorpiones o lobos hasta seres que recuerdan a la clásica criatura de la laguna) al igual que el de los personajes principales y habitantes, con un aspecto remozado y más gracioso. Su punto flojo en este apartado se encuentra de lejos en los interiores de los laberintos. Aunque se nota cierto esfuerzo por diferenciar unos templos de otros con motivos como agua, o los colores del empedrado, ese azul grisáceo aburrido nos acompañará hasta el fin de la aventura junto a la escasez de detalle predominante. Se echa de menos ese tramo de Neutopia tan bonito sobre las nubes, pero aquí la sorpresa nos llega desde esa parte en las profundidades marinas, con un impecable efecto ondulante y decoración completamente distinta al resto del juego.
Coincidiendo en año de lanzamiento con otro título muy similar en cuanto a mecánica como fue Golden Axe Warrior, Neutopia II seguía bebiendo de juegos como este, The Legend of Zelda o su antecesor. Una breve explicación y un poco de contexto histórico, y nuestro héroe ya está preparado para recorrer grandes extensiones y vérselas con oscuros y complicados laberintos al mismo tiempo que con toda una horda de seres del inframundo, lo que ya anticipa una jugabilidad que va directa al grano, sencilla y adictiva en una Aventura RPG pura y dura. Ataviado con espada, armadura y escudo, sus habilidades irán aumentando conforme nos hagamos con bombas, boomerangs, el gancho extensible… y sobre todo, con los distintos bastones, que le dan muchísima más profundidad en el tema jugable: ahora también podremos lanzar vientos huracanados o terribles relámpagos que vienen de perlas para combatir los enemigos más agresivos guardando las distancias. Pero si esto se puede considerar una mejora más que notable, la posibilidad de manejar a nuestro personaje también en diagonal es lo que marca la diferencia de verdad respecto a su antecesor en cuanto al control, haciéndolo mucho más versátil y situándolo por encima del resto de sus competidores, y es que esto era algo poco común en la época. Una verdadera lástima que el sistema de impactos todavía no quedase perfecto… y esto a pesar de haberse pulido, porque en esta segunda parte es más exacto y más señalado con efectos de parpadeo. Buscar la cura para la dolencia de la princesa o frenar una erupción volcánica serán algunas de las tareas que deberemos afrontar, superando las distintas mazmorras y sus respectivos jefes y adquiriendo los objetos fundamentales para avanzar. Aquí es donde se encontraban los principales puntos de dificultad de Neutopia, y en esta ocasión nada ha cambiado salvo el hecho de que ahora la mayor movilidad juega a nuestro favor. Por supuesto, algunos laberintos y final boss se las siguen trayendo, pero diría que en ningún momento se excede con la dificultad, dejando a un lado el fastidio que supone sucumbir ante algún enemigo y perder la mitad de las monedas y el recorrido marcado. La mecánica se puede llegar a hacer un tanto pesada en ellos, pero también encontraremos diversos pueblos en los que mantener conversaciones. Algunas son insípidas mientras que otras son claves, por lo que tendremos que prestar atención. Y además, cambian con el transcurso del juego, algo bastante innovador. Los escenarios, desde los bosques perdidos hasta la tundra helada, nos instan a examinar cada pared, roca o árbol sospechoso en busca de secretos. Como momentos que brillan con luz propia, el despertar del gigante de hielo me ha parecido una auténtica maravilla, tremendamente épico, y el encuentro tras vencer al cuarto jefe es sin duda la escena más trágica y emotiva del juego (y además con esa amarga música de fondo, ¡qué gozada!), algo que se agradece cuando este tipo de Aventuras RPG no son muy dadas a transmitir ese tipo de sentimientos.
¿Sabéis de esas bandas sonoras que con el descubrimiento de nuevas piezas van mejorando de forma exponencial, te atrapan, te envuelven y se convierten en algo sin lo que la experiencia de juego no hubiese sido la misma? Pues Neutopia II posee una de ellas. Aun a pesar de su sonido entre los 8 y los 16 bits, el nivel compositivo en general me ha parecido de una calidad y una integridad alucinante, muchísimo más de lo que esperaba, sobre todo cuando los temas que me acompañaron en el primer título no me dejaron apenas huella. Y además, con más mérito por su a veces arriesgado estilo, que mezcla unas melodías tremendamente épicas y legendarias con unas bases que se podrían asociar casi al techno / dance por su repetición y sonoridad. No esperaba algo así, ni que me consiguiera transmitir tan buenas sensaciones. Es muy difícil encontrar un punto flaco entre todo el elenco de unas composiciones que podrían haber sido firmadas perfectamente por grandes maestros como Yuzo Koshiro o Koichi Sugiyama. Sin embargo, tras ella encontramos a una figura menos conocida que en el caso de este Neutopia II bordó cada composición. Hablamos del japonés Keita Hoshi, que para esta segunda entrega sustituyó a Tomotsune Maeno. Y sin querer despreciar el trabajo de este último, el score compuesto por Hoshi es infinitamente más personal y cautivador y sobre todo, transmite muchísimo más. Prácticamente cada zona del mapeado de Neutopia II cuenta con su ambientación única, y de hecho aquellas que suenan por las travesías entre cuevas y pueblos son de lejos mis favoritas. Sus melodías contienen toda la esencia épica de los videojuegos de entre los años 80 y 90, con unos ritmos rápidos, que en algunos casos llegan a ser casi bailables gracias a sus bases. En las aldeas ya encontramos cortes más acentuadamente alegres, muy bien realizados e idóneos para el ambiente que se presiente en ellas. Sorprendentemente, las músicas que nos acompañarán durante los laberintos tampoco son exactamente lo que uno espera. Sí, son oscuras y calmadas, pero se distancian mucho del resto, ya que carecen de ese ritmo frenético, pero sin embargo tienen cierta tendencia a la melodía aunque sea de una forma muy etérea y ambiental, y transmiten, por así decirlo, un aura muy espiritual de lugar oscuro y sagrado. Su mayor diferencia es el tipo de sonidos empleados, silbidos, marimbas, teclados, suaves percusiones y en general bastantes contrastes. Me han parecido una verdadera maravilla, lástima que no haya más en número.
Si bien aconsejo a quien quiera sumergirse en el mundo de Neutopia que lo haga empezando por la primera parte, esta continuación me ha parecido muy superior en todos los aspectos, algo que se aprecia especialmente en el apartado gráfico, con una riqueza mucho mayor de entornos y colores, pero también respecto a variedad de desarrollo y situaciones, sin apartarse necesariamente del clásico esquema de Aventura RPG que perduró tan clásico en aquellos años 90. Además, gracias a ciertos momentos, avanza también un pequeño paso en cuanto a emotividad, a lo que por supuesto también contribuye su extensa e increíblemente bien compuesta banda sonora, digna de los mejores maestros de la época. Solo hay una cosa en la que el juego no cumplió: la promesa que nos hace justo al final, anunciando un Neutopia III para el año 199X que, desgraciadamente para quienes nos hemos encariñado con esta saga, nunca llegíó a ver la luz.
P.D. Si queréis echarle un vistazo al manual del juego o descargároslo, podéis hacerlo a través de este enlace.
- Lo Mejor Del Juego: Su ritmo es imparable, gracias a la acción constante y a esa energía que sus melodías nos transmiten. Las magias son geniales. Más personajes y secretos. El gigante de hielo.
- Lo Peor Del Juego: Algunos laberintos pueden hacerse un poco pesados por su diseño y su monotonía gráfica, y las habitaciones ocultas se descubren totalmente a ciegas.
----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----
La Música de este RPG
__________________________________________________________Si tuviese que elevar, dentro de Neutopia II y su apartado técnico, una cualidad por encima de las demás, esa sería sin duda su portentosa banda sonora, algo que no hubiese dicho refiriéndome a su primera parte. Y es que la mejora en cuanto a calidad, destreza compositiva, originalidad y variedad... apenas se pueden comparar con la de este. Hay cortes que siguen dando vueltas y vueltas en mi cabeza, y puedo pronosticar que se mantendrán ahí durante bastante tiempo.
Home. El tema con el que arrancan los primeros pasos en esta gran aventura ya se presenta ante nuestros oídos con una gran familiaridad, como si ya formara parte de nosotros, tal es su sencillez y capacidad para conquistarnos a primera escucha. Su temperamento alegre y sosegado no va a ser la nota dominante durante el juego, pero dentro de este ámbito es una de las mejores. Cada vez que suba una nueva escala de tono, sentiremos una agradable calidez hogareña.
Sphere 1. Al igual que sucedía con Neutopia, en esta secuela cada una de las zonas de campo abierto presentan una melodía exclusiva, pero en mi opinión aquí están compuestas con mucho más gusto y creatividad. Valga como ejemplo esta que os presento, una de las que más me ha chocado, y es que ese estilo que ostenta llama mucho la atención, con una base rítmica que se asemeja al dub / drum'n'bass y una cadencia de notas de lo más sorprendente.
Labyrinth 1. De nuevo, otro cambio de tercio de lo más inesperado en el apartado musical. Los acompañamientos de los laberintos, además, mantienen una gran coherencia sonora entre ellos, como si hubiesen sido compuestos aparte para dotar a estos enrevesados complejos de un aura muy especial, muy sombría pero al mismo tiempo motivadora. Y es que, por suerte, uno no se cansa de escucharlas, tan maravillosamente dotadas de esos bajos y teclados tan bien conjugados.
Boss. Pero cuando ya nos hemos dejado llevar por ese tono espiritual que se respira en las mazmorras gracias a sus evasivas melodías, de repente aparece el boss de turno y la música da un giro radical, acercándose esta vez a sonidos más potentes y rápidos que, con un sonido de Heavy Metal o incluso Rock progresivo hubiesen quedado absolutamente geniales. La batería a todo trapo y teclados que aparecen aquí y allí forman un conjunto que tardaremos en olvidar.
Sphere 5. Volvemos a campo abierto, en donde las melodías por norma general cumplen una máxima: cada una de ellas mola más que la anterior. Y con esta en concreto, opino que se llega a uno de los grandes clímax musicales de toda la aventura. Este corte es otra oda al Rock y a los teclados virtuosos que es un auténtico placer escuchar. Las melodías se suceden y se complican, abstrayéndonos cada vez más. Suena en la zona exterior del volcán, y no es de extrañar... ¡es que es puro fuego!
Ending. Me encanta cuando en un RPG el desenlace de la historia va acompañado de una música que ofrece un gran contraste con el ritmo de juego que hemos disfrutado hasta el momento, y en este caso se cumple tal cual, un motivo más para asegurar que en conjunto esta banda sonora es una genialidad. Un tema de casi dos minutos que varía un sinfín de veces, mezclando tonos mayores y menores y conteniendo en sí mismo unas cuantas emociones escondidas. Ojo a su ensoñadora melodía principal, deliciosa, y a la aceleración final.
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