Legend Of Mana (PlayStation, Action RPG)

Poco a poco vamos encauzando la recta final del año. En estos últimos días, en los que casi podemos tocar el nuevo año con la punta de los dedos, me he permitido el pequeño lujo de reencontrarme con un viejo conocido, de una de las sagas de RPG que más me han atraído siempre. Esa ficticia fuente de energía, ese mágico elemento padre de todos los demás llamado maná siempre ha sido muy referenciado en distintos juegos de rol para consola y ordenador, pero muy pocas veces ha sido tan aprovechado argumentalmente como en los títulos de Seiken Densetsu, la saga del maná, conocida en Europa sobre todo por el magnífico Secret of Mana para Super Nintendo. Este último dato tiene mucha lógica, ya que ni el primero, ni el tercero, ni este capítulo que nos ocupa (el cuarto) llegaron a occidente, y aun así, es curioso como la saga es mucho más conocida por estas tierras que otras que contaron con más representantes. Quizá la homogénea calidad de todas sus entregas en casi todos sus apartados ha sido la responsable de que esto sea así.

Podríamos decir que han sido sus amigables y coloristas gráficos los que han atraído a una cantidad sorprendente de público, o achacar su éxito a su atractivo y accesible sistema de control. Pero lo cierto es que todo queda unido a la perfección bajo algo que es mucho más complicado de ver a simple vista: ese aura que rodea cada uno de los títulos de la saga y que, pese a no tener ninguna conexión argumental entre ellos, crea unos lazos espirituales relacionando motivos, objetivos y evocando continuamente momentos de unos en otros que dan su razón de ser a la saga del maná. Aun siendo así, el salto que dio este Legend of Mana será recordado como una gran sorpresa inesperada, que gustó a algunos, decepcionó a otros y se convirtió en un punto y final, ya que a fecha de hoy todavía no ha vuelto a ser utilizada su mecánica para construir un mundo nuevo a partir de la nada. En anteriores juegos su mecánica de avance utilizaba los patrones que tantas veces hemos visto en un RPG. Se nos presentaba a un personaje protagonista, que tendría que avanzar hacia su destino por unos mundos ya creados y siguiendo una historia prefijada cuyo orden apenas se podría alterar en algunos casos. Legend of Mana es muy distinto en su concepción. Elegimos un trozo de mapa donde se irá construyendo el mundo de Fa’Diel en base a una tierra árida y devastada que poco a poco irá inundándose de vida. Primero construiremos la casa del protagonista (que podremos elegir entre hombre o mujer), después el hogareño poblado de Domina, y más tarde, conforme vayamos avanzando, iremos consiguiendo unos objetos llamados artefactos, que al “sembrarlos” crearán nuevas localizaciones donde poder prosperar la aventura. Este concepto nos puede recordar vagamente a cualquier simulador donde podemos crear y evolucionar lugares. Podría verse así en cierto modo, pero poco tiene que ver con juegos como Actraiser o Soul Blazer (Super Nes). Es en el propio avance del argumento del protagonista donde encontramos la principal innovación de este juego. La historia no es algo fijo y prefabricado, sino que, de forma bastante espontánea en ocasiones o buscada en otras, irán surgiendo misiones en distintos lugares que deberemos completar. Cada misión podríamos decir que es un pedacito de historia del propio juego, y juntas conforman varios tramos del argumento principal que se irán enlazando hasta formar una historia general que nos desvelará los misterios del mundo de Fa’Diel y del objetivo principal, que es la resurrección del todopoderoso árbol del Mana. Siempre que terminemos una misión se nos premiará con un objeto, que en muchas ocasiones será un artefacto que dará lugar a su vez a nuevos territorios por explorar, a más misiones por las que avanzar, nuevos personajes por descubrir y un fragmento más de esta interesante historia.

Una historia, por otra parte, bastante compleja, tanto por su propia naturaleza, como por el hecho de que hay que ir construyéndola poco a poco. Quizá por este mismo motivo muchos de los fanáticos de anteriores capítulos quedaron un poco decepcionados, y es que debido a esto, la trama queda en ocasiones difuminada y poco compacta. Iremos desgranándola poco a poco, pero hay que tener en cuenta que dentro de la misma esta se divide en varias sub-historias, como pueden ser la caza de los dragones, la trágica leyenda de los Jumi o varios relatos de amor. La parte positiva es la gran variedad de situaciones, algunas más trabajadas y otras menos, unas son mucho más complejas de resolver que otras, pero todas ellas son bastante gratificantes de resolver. La duración y dificultad puede cambiar mucho de unas a otras y no es necesario seguir un orden determinado a la hora de activar las misiones (el orden en que quedan reflejadas en el diario de nuestro amigo el cactus, querido y odiado a partes iguales). Sin embargo, el conjunto de misiones que podremos activar / completar forman en sí mismas un pequeño puzzle que no puede ser resuelto al azar, pues hay algunas en concreto que requieren completar otras para poder ser activadas, incluso se da el caso en algunas que no pueden ser jugadas si antes hemos completado otras que las anulan por las características propias de la historia misma, por ejemplo, si un personaje muere en una, ya no podremos disfrutar de aquellas en las que sigue vivo, o si un en un lugar se producen ciertos cambios, imposibilitará la realización de ciertas misiones que requieran su forma original. Me gustaría hacer un inciso referente a la biblioteca que se encuentra en una de las habitaciones del hogar, donde, aparte de un bestiario, listado de habilidades, etc.… también podemos encontrar un libro que nos narra la historia del mundo antiguo, los orígenes de la guerra, el porque de la situación actual, sobre el gran árbol… un detalle magnífico para conocer todo lo que aconteció desde el principio de los tiempos bajo una perspectiva llena de fantasía que se describe bajo un halo mitológico perfectamente conseguido.

Cada artefacto que plantemos en la tierra del mana dará lugar a una nueva zona, todas ellas perfectamente distinguidas entre sí y con una gran personalidad. Podemos encontrar desde una frondosa jungla, unas ruinas con complicados puzzles a resolver, un yermo y desolador desierto o una fantástica playa tropical. Todos ellos vienen a ser un refrescante soplo de creatividad, pero tienen algo en común: sus increíbles y paralizantes gráficos. De la generación de los 32 bits siempre se dijo que Saturn era la plataforma más indicada y poderosa a la hora de recrear detallados gráficos en dos dimensiones, pero en esta ocasión Psx sacó a relucir sus cartas y demostró que tiene unas posibilidades casi infinitas en este campo. Muy pocos juegos fueron los que pudimos disfrutar en esta consola con gráficos de la vieja escuela pero con un aprovechamiento tan enorme de las características técnicas de su tiempo. Legend of Mana nos regala en cada uno de sus escenarios un auténtico estallido de color, una demostración pasmosa de diseño con un gusto y una elegancia fuera de toda duda. Cada paisaje, cada estampa que nos encontraremos, sea cual sea la misión o el lugar que visitemos, son dignas de convertirse en una ilustración estática para cualquier libro de aventura fantástica. La alegría visual de la playa, la solidez y el detallismo del bosque con un enorme lago o una ciudad eternamente bañada por la tenue luz púrpura de la luna dan unas muestras más que veraces de ello. Ya desde el primer momento podemos alucinar con la impresionante puesta en escena de los interiores de nuestro hogar o los alrededores de Domina, pero esto es solo un atisbo de lo que nos espera. La sensación que da cada decorado de estar dibujados a mano, con todo el cariño y todo el trabajo del mundo, es digno de admirar. Pocas veces me ha sido tan complicado hacer una selección de las mejores pantallas para acompañar un análisis como en esta ocasión. Al cuidadísimo diseño de todo lo que aparece en pantalla le podemos unir la variedad de escenarios (que ya he comentado antes), de enemigos, de personajes y de jefes finales. Estos últimos cuentan con un diseño y sobre todo un tamaño que en algunas ocasiones supera la mitad de la pantalla, en otras directamente ni siquiera caben en ella. Destacar también el personal e imaginativo diseño de los personajes, con un estilo manga siempre presente pero para nada típicos o manidos. ¿Acaso los pingüinos piratas parecen serlo? ¿A quién se le podría ocurrir semejante aspecto para los habitantes del inframundo? Incluso algunos personajes son tan curiosos que rozan el grotesco, como la extravagancia del señor de las joyas o el casi ridículo Diddle, aunque siempre intencionadamente. En los libros de la biblioteca que se van completando poco a poco, podremos dedicarnos a leer una descripción de todo, sean habilidades, frutos del árbol, enemigos… De hecho, se podría citar a Legend of Mana como uno de los videojuegos pioneros en implementar una pequeña base de datos descriptiva de todos los aspectos del juego, tan de moda en los RPG actuales.

Al margen de las complejidades argumentales o de la original forma de presentar el desarrollo, nos encontramos con un juego que, puestos a disfrutar sin más, se puede hacer desde el primer segundo. En esto poco o nada ha evolucionado desde el primer juego de la saga. Jugabilidad 100% action-Rpg, con enemigos que aparecen en pantalla antes de entrar en lucha directamente. Luchas que, gracias a su sencillo sistema de control, con golpe débil / rápido y golpe lento / poderoso y la soltura del protagonista para moverse y esquivar ataques harán que cada encuentro sea un placer, de principio a final, sin llegar a aburrir y con una dificultad muy ajustada y placentera. Dependiendo del arma con la que equipemos a nuestro protagonista (de entre una amplísima variedad) cambiarán sus animaciones y sus golpes, y lo mejor de todo es que iremos ganando habilidades propias de dicha arma. Para ampliar aun más sus enormes posibilidades, al combinar dichas habilidades correctamente iremos aprendiendo las llamadas “técnicas especiales”, devastadores movimientos que, si se logran propinar al adversario, restarán gran parte de su barra de vida. Podemos aprender hasta un total de 217 técnicas especiales distintas (ahí es nada…), además de tener como compañero a una mascota o Golem que nosotros mismos podremos crear. Ante esta explosión de variedad que ofrece la aventura, aparte de sus delicias en el apartado técnico y una jugabilidad que enamora y engancha que da gusto, no he podido resistirme a terminar el juego dos veces consecutivas para completar algunas historias bloqueadas, ampliar el listado de técnicas de combate, redescubrir impresionantes parajes… y volver a disfrutar otra vez de su amplia, completa y conmovedora música, que alcanza puntuales momentos de brillantez plausibles, y que posee en general la mejor banda sonora de la saga hasta su fecha de salida. No es de extrañar que apareciese un compacto con sus mejores piezas para poder disfrutar con tranquilidad y sin el frenetismo de la acción del juego, aunque yo siempre disfruto muchísimo más de cada música en el entorno que le corresponde. Al igual que Lumina no sería lo mismo sin esa mística pieza que la acompaña, no llegaríamos a sentir del todo el frío en los parajes helados o la sensación de estar escalando a contratiempo los envejecidos pisos de una antigua torre. Y todo esto es porque cada tema se adapta magistralmente a su sitio. La dulzura del canto de sirena, que se mueve entre efecto de sonido en sí mismo y banda sonora, o las épicas melodías de los momentos clave del destino de nuestro personaje envuelven cada situación con una capa de solidez que remata el conjunto final y le añade gran emotividad para que no echemos en falta absolutamente nada.


- Lo Mejor del Juego: Muchos son los aspectos que nos instan a seguir jugando, pero el apartado gráfico es el más poderoso. Increíble colorido y diseño, todo dibujado a mano. Puro arte.

- Lo Peor del Juego: Hubiese preferido una historia más sólida y compacta. Algunas misiones son demasiado azarosas y poco intuitivas.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Tan variada como sus múltiples misiones y tan rica en calidad como sus maravillosos paisajes, así es la música que envuelve esta cuarta parte de la saga del Mana. Degustar su banda sonora es un aliciente más para dedicar horas y horas a activar y finalizar misiones. Dejo aquí unas cuantas, pero podéis escuchar la BSO entera en el CD que se lanzó para la ocasión.

Hometown Domina. Con una canción llena de nostalgia, así empieza prácticamente nuestro caminar, nada más llegar a la ciudad de Domina. Aquí ya podemos apreciar la variedad de instrumentos tan particular que se usan a lo largo del juego, y ese sonido tan personal que nos lleva a fundirnos con cada lugar que visitamos.



Overlapping Destinies. Está relativamente escondida y no suena tanto como debería de acuerdo a la calidad que atesora. Es una melodía fantástica, llena de tensión y orquestación y nos depara una deliciosa sorpresa, un pequeño parón que desemboca en una melodía totalmente nueva, llena de brillo e intensidad, y una profunda tristeza que transmite mucho. Es sencillamente magnífica, de las que te hace soñar despierto.



Everyday Dream - Spirit's Song. Quede claro que la vertiente más melancólica de la banda sonora de Legend Of Mana es la que más ha cuajado en mí. Y siempre me han encantado esos temas sin demasiados arreglos, aquellos en los cuales su misma melodía ya lo diga todo. Este canto de sirena va directo al alma, lleno de espiritualidad y triste melodía.



Daedal's Organ. Daedal es el nombre que se le dio a ese curioso personajillo llamado Diddle en la versión japonesa. Es un curioso caso en el que al principio no sabía si amaba u odiaba esta melodía, pero terminé inclinándome por lo primero. Tan extraña como el personaje que la toca, compuesta con acordeón, es muy pegadiza.



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Ejemplar de mi colección

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Legend of Mana OST

Esta pieza es un tanto "especial",más que nada por el hecho de que no se trata de un videojuego, sino de la banda sonora original del Legend of Mana. No soy aficionado a este tipo de objetos, pero lo vi tan impecable en la tienda que no tuve más remedio que hacerme con él. A parte, si hubiese sido de otro juego lo hubiese dudado, pero la banda sonora del Legend of Mana es algo sencillamente superior, con una carga emocional inmensa que vale la pena escuchar con detenimiento más allá del propio juego.

La caja por sí sola, enamora. Los grabados y el texto en idioma del universo Legend of Mana son preciosos, y el brillo del acabado del cartón pone el resto. Incluso conseguí quitarle sin dañarlo unas manchitas de color blanco que se aprecian en la foto. La ausencia de rayas (alguna pero muy superficial e invisible) o roces, y la perfección con que las solapas se conservan parecen indicar su poco o nulo uso. El efecto envejecido es todo belleza.

En su interior, reluce con luz propia la caja de plástico del CD, que no tiene ni una sola huella, si acaso algún roce inapreciable. El lomo y las pestañas de la tapa en un estado perfecto. Por la parte trasera, casi inapreciables roces, todo en un estado para quitarse el sombrero. Incluso las pestañas de soporte de los CDs están perfectas. Desde luego, lo que pagué por ella valió la pena.

Es una banda sonora que consta de dos discos. Al abrir la caja y observarlos con detenimiento, salta a la vista su reluciente aspecto, sus frontales intactos y llenos de colorido y el cuidado que han tenido detrás. La parte grabada, está 100% perfecta en el primer disco, y en el segundo, al trasluz, tan solo se puede apreciar alguna rayita pero milimétrica, que no emborrona su resplandor ni lo más mínimo.

Pero todavía hay más, porque junto a los discos encontramos un lomo de papel, muy al estilo japonés, para incluir si así se desea en la carátula. Y también en el interior, a modo de libreto, encontramos un fantástico desplegable con diseños originales y exclusivos e imágenes de este incomparable y bellísimo juego para perdernos en sus recuerdos.

Fecha de adquisición: Diciembre del 2017.
Precio: 15.-€