Regreso... al Japón de mis Sueños (4ª y última parte)

Miércoles 03 de Diciembre del 2025. Miyajima / Hiroshima.

Aunque en realidad no habíamos visto apenas nada de Osaka, en este día viajaríamos hasta dos ciudades muy alejadas: Hiroshima y Miyajima. Para movernos por ambas, contratamos los servicios de Lara, una guía argentina, que nos instruyó sobre templos, toriis, y distintos monumentos. Invertimos el orden planeado, y fuimos primero en ferry a la isla de Miyajima, con primera parada en el santuario Itsukushima. Su escenario tradicional de celebraciones, y sus vistas al torii flotante, aparte de una vuelta por los alrededores, fueron los puntos en los que más ahondamos. Después de un paseo por sus calles comerciales, incluida la de Omotesando, fuimos a ponernos finos de ostras.
La siguiente parte del itinerario se centraba en Hiroshima, concretamente, en recordar y aprender de uno de los episodios más abominables que el ser humano ha sido capaz de cometer en toda su existencia, y he de decir que esta fue una de las partes que más me impresionó de todo el viaje. Al bajar del transporte, nos dirigimos al hipocentro de la bomba, donde en una tabla de piedra se explicaba el inicio de la tragedia. La cúpula del edificio en ruinas superviviente, fue una buena muestra de los estragos causados por la explosión atómica, pero no la única. Dentro del Parque Memorial de la Paz, vimos innumerables monumentos a los caídos, a los jóvenes movilizados por el ejército que murieron, a los niños, a los sin nombre, a las víctimas coreanas, el recordatorio a la niña Sadako Sasaki, la llama de la Paz, el Cenotafio Conmemorativo de la Paz de la Ciudad de Hiroshima… pero lo que más anclado se me quedó, fue la visita al sótano de un edificio, conservado en su estado original, en donde leímos la historia de Eizo Nomura, el único trabajador superviviente de la empresa. Os prometo que estar allí me ponía los pelos como escarpias.
Lo que vino a continuación, no fue precisamente más agradable. El Museo Memorial de la Paz de Hiroshima relataba con total crudeza, y sin filtro alguno, todos los acontecimientos y consecuencias, historias de personas, efectos como la lluvia negra, las sombras atómicas que quedaron como testigos silenciosos, los estragos en la salud de los afectados… exponiendo objetos y escombros que se encontraron en el lugar de la explosión, y unas fotos reales y dibujos de escenas no aptos para almas frágiles. Fue una experiencia brutal en el sentido más estricto de la palabra, pero siempre necesaria, que me dejó muy mal cuerpo. Incluso vi salir de allí a dos muchachas llorando.
Sin palabras. O más bien, como rezaba una de las frases en el Cenotafio refiriéndose a la humanidad ‘…For we shall not repeat the evil’.

La nieve, que caía con ganas al abandonar el museo, nos alegró un poco el corazón después de haber presenciado tanta barbarie. Hacía mucho frío, y andamos a paso ligero hasta la primera tienda (¿lo dudabais?) anotada en Hiroshima, donde nos quitamos definitivamente el gusto amargo. Y de qué manera.

Anaya (Hiroshima)

Sin rótulo, sin apenas hacer notar su presencia, y situada en el segundo piso de un modesto edificio, Anaya es una tiendecita tradicional de videojuegos que me enamoró hasta los huesos desde el momento en que puse un pie en ella. Una sensación muy parecida a la que tuve al entrar por primera vez en el Beep de Tokio. Estanterías con cientos de cartuchos de Game Boy y Game Boy Advance, juegos sueltos y completos de Famicom, mogollón de material de Mega Drive, cestas y cestas de juegos en DVD, cartuchos, y hasta diskettes, RPG de Playstation clasificados aparte… y al fondo, la verdadera cueva del tesoro. Un rincón con decenas de bandas sonoras, revistas retro japonesas, consolas, juegos para Neo Geo, Atari Lynx, Jaguar, cartuchos y mandos para Atari 2600… periféricos a mansalva, una Famicom enchufada al televisor de tubo, un arcade de Mortal Kombat II… quise grabar todo aquel perfecto y maravilloso desorden para siempre en mi mente. Al otro extremo de la tienda, la sección de Super Famicom, con poquitos juegos completos y un montonazo de sueltos, con algunos relativamente raros. Incluso aquí encontré un par de precios Top. Pero sin duda, lo que me voló la cabeza, fue ver en una de sus estanterías una docena de juegos NTSC USA CIB para Super Nintendo como el Wolfchild, Zombies Ate My Neighbors, Super Turrican 2 ¡y hasta alguno Pal!, como Home Alone o S.O.S : Sink or Swim, además de muchísimos cartuchos sueltos importados de ambas regiones, algo prácticamente imposible de encontrar en ninguna tienda japonesa. Aunque no compramos nada, de algún modo, la fascinación que ejercía sobre nosotros aquel mágico rincón nos impedía salir por la puerta. Lamento profundamente no haber hecho ninguna foto.

Ver precios Top:

- Ultima VII - The Black Gate: 4480 yenes.
- Ultima Kyoryu Teikoku - The Savage Empire: 7980 yenes.

En la calle, en los edificios, y sobre todo en los parques, el montaje de luces era simplemente espectacular, sumergiéndonos en un adorable y cálido ambiente navideño. Disfrutamos muchísimo paseando por entre ellas, antes de dirigirnos a la última incursión, en una tienda Lepton que parecía tener también material retro.

Lepton (Hiroshima)

No tenía muchas expectativas en cuanto a juegos, y de hecho, así se vieron reflejadas. Había muchos cartuchos sueltos, más de 150 seguro, pero ni un solo juego en caja. Eso sí, aquí el fuerte estuvo en los periféricos. Mandos de GameCube por menos de 2000 yenes, de Xbox 360, de Playstation 3 y 4, de Nintendo 64 por menos de 500 yenes, y la repanocha, unos 10 pads de Super Famicom por unos chistosos 220 yenes cada uno. Por ese precio me quedé con uno (aunque me dio ganas de cogerlos todos), lo pagué, y a la mochila. También había consolas, entre ellas, unas cuantas Super Famicom con cables por 2000 yenes. Para flipar.
Como gran despedida de Hiroshima, nos fuimos a cenar Okonomiyaki a un garito llamado Hassei, donde nos prepararon en una enorme plancha, justo delante de nosotros, una gigantesca montaña de noodles especiados con beicon, huevo y un montón de cosas más, que estaban de toma pan y moja. Comimos hasta reventar.

Jueves 04 de Diciembre del 2025. Himeji / Kobe.

Aquel jueves era nuestro último día completo en Japón. Pero si habéis llegado hasta aquí, no dejéis de leer, porque todavía quedan muchas cosas que creo que os resultarán interesantes en cuanto a RPG, incluyendo una buena sorpresa casi inexplicable.
Desayunamos a gusto y partimos hacia la ciudad de Himeji, no demasiado bulliciosa, pero con un ritmo y ambiente agradables. Llegamos hasta el castillo de Himeji en bus, y aunque una pequeña parte estaba en proceso de restauración, pudimos visitarlo por dentro y admirar aquella gran obra de arquitectura feudal que se conserva en un estado casi perfecto. Justo al lado, se encontraban los jardines de Koko-en, formidables y bonitos como ellos solos, puentecitos de roca, estanques, jardines de bambú y otras muchas plantas. Cada nueva estancia, era una fotografía de una elegancia soberbia. Un paseo de lo más relajante, tras el cual nos dirigimos a Kobe en tren para darnos otro de los mayores lujos de esta gran aventura: un menú degustación de auténtica carne de Kobe. Teníamos mesa reservada en el Kobe Beef Kiyama, donde nos atendieron con mucha amabilidad y distinción (y en perfecto inglés, por fin). Las cantidades no eran para tirar cohetes, tampoco era barato… pero os prometo que pocas veces en mi vida he probado algo tan extremadamente delicioso como cada uno de los platos que nos sirvieron. Mereció la pena con creces.
Con la tarde libre, deambulamos sin prisa por las icónicas calles de Sannomiya i Motomachi, entramos en el barrio chino (Nankinmachi), y en pleno corazón de la ciudad, al santuario Ikuta, donde rezamos unas oraciones por nuestro deseos. Ya habíamos pedido muchos, y este último fue para que todo saliese bien a la vuelta, y por qué no, para poder conseguir un último juego del que me había encaprichado. El juego en cuestión era el Power of the Hired, que me arrepentí de no haber pillado en Tokio por unos 2000 yenes. Un precio difícil de superar... y no pensaba pagar más que eso. Pero, ¿os acordáis de mi historia con Ihatovo Monogatari en febrero? Pues seguid leyendo, porque esto de pedir deseos a los dioses en Japón… me está resultando ya casi inquietante.
Seguimos hasta el puerto para admirar de cerca el edificio del museo marítimo (en forma de red), el pescado gigante, y la torre roja del puerto. La historia del terremoto que devastó el puerto en 1995, y sus restos allí dejados como recuerdo, son escalofriantes. Cuando ya habíamos andado hasta saciarnos, llegaba la parte comercial (siempre mi favorita, jeje). En Kobe, teníamos como objetivo una tienda Ojamakan, de la que no sabíamos muy bien qué esperar, y poco más. Esta se encontraba en un inmenso centro comercial, el San Center Plaza, donde teníamos entendido que se podrían encontrar más tiendas. Cuál fue nuestro sorpresón al toparnos, además, con todo un Surugaya, y un Mandarake.


Surugaya

No ocuparía la misma monstruosidad que otras, pero pequeña no era, no. Situada entre otras decenas de tiendas con los más variados productos, tenía una buena sección de Super Famicom que fui repasando con los ojos bien abiertos: Fire Emblem: Seisen no Keifu, Benkei Gaiden, Hero Senki - Project Olympus, Actraiser o Shin Megami Tensei If… y cuando ya estaba revisando la parte de abajo, los últimos títulos… podéis creerlo o no, pero voy y me encuentro un bendito Power of the Hired por… ¡1500 yenes! ¿Pero qué clase de magia es esta? Esto no puede estar pasando… me dije a mí mismo, emocionadísimo. Vale, tenía truco, le faltaba el insert de plástico, así que no lo compré aún y medité al respecto. Yo, o completo, o nada. En las vitrinas había también cosillas, pero así particularmente raras, un Sword World 2 por 6500 yenes, o un G.O.D - Mezameyo to Yobu Koe ga Kikoe por 23000.

Ver precios Top:

- Power of the Hired: 1500 yenes (sin insert).
- Yume Maboroshi no Gotoku: 2000 yenes (no demasiado corriente).
- First Queen - Ornic Senki: 2200 yenes.
- Wizardry 6 - Bane of the Cosmic Forge: 3000 yenes.
- Kenyuu Densetsu Yaiba: 8800 yenes.

Mandarake

Sin salir del mismo centro comercial, nos acercamos de un bote hasta el Mandarake. Mi presupuesto había llegado a cifras negativas (otra vez xD), pero por si las moscas… había que visitarlo todo. Era de los más pequeños en los que estuvimos, pero tampoco estaba exento de buenas piezas. Como siempre, las más caras en la vitrina. Un Rudra no Hihou por 16000 yenes, Rejoice! Aretha Oukoku no Kanata por 12100 o un Metal Max Returns por 16500, hablaban por sí solos. Unos 30 RPG poblaban la estantería exclusiva de Super Famicom. Si bien había algún precio mínimo, ya lo teníamos todo tan rebuscado que era difícil mejorarlos. Pero cuando digo que no me llevé nada de aquí, me refiero a RPGs. Porque cuando mi novia vio, y me puso ante las narices, el MOTHER Official Comic: Pollyanna, casi me da un soponcio, y lo tuve que comprar obligatoriamente y con frenesí. Y estoy TAN contento de haberlo hecho… ya me arrepentí demasiado de no haber comprado más cosas de Mother en este viaje.

Ver precios Top:

- Light Fantasy: 1650 yenes (igual que en el Mandarake de Kioto).
- Seijuu Maden Beasts & Blades: 2200 yenes.
- Benkei Gaiden - Suna no Shou: 3080 yenes.

Y para terminar el día a lo grande…

Ojamakan

Una pequeña franquicia de tiendas que se va extendiendo poco a poco por todo Japón. El exterior, desde luego, era muy llamativo, y dentro, nos aguardaban unas cuantas sorpresas. Para empezar, los que busquen solo cartuchería, y especialmente de Super Famicom, van a encontrar en esta tienda el Edén. Cientos y cientos de cartuchos colgados por las paredes y por los techos, hasta el punto de que había zonas en donde no se veía ni la pared. Cuanto más avanzábamos, más éramos conscientes de la cantidad que había, de locura. Cuando localizamos los completos, los repasamos con devoción. La oferta se decantaba más bien por la morralla, juegos sin ningún valor. Un Shin Megami Tensei II, o un SD Gundam Gaiden 2 - Entaku no Kishi (algo menos corriente que la primera parte), y no mucho más en cuanto a RPG. La vitrina era mucho más interesante en este género, que es evidentemente el más cotizado. Kyuuyaku Megami Tensei (9900), Brain Lord (9480), Soul & Sword (5980) o Maka Maka (6780) era de lo mejorcito que guardaba el encristalado. Como curiosidad, fue una de las poquísimas tiendas en las que no encontré ningún precio Top, aunque tampoco eran demasiado elevados.
Ahora, volvamos al Power of the Hired que vi en el anterior Surugaya por 1500 yenes (¿gracia divina?). Solo le faltaba el insert de plástico, lo más impersonal y fácil de encontrar. En casa he llegado a tener alguno suelto, pero no era el caso. Entonces, se me ocurrió que la solución pasaba por comprar cualquier juego, lo más baratero posible, aunque solo fuese por dicha parte. Pensé que por 300 o 400 yenes merecería la pena. Pero no fueron ni 400, ni 300. Al poco de buscar, encontramos un vulgar Super Formation Soccer (Super Soccer en occidente, un viejo conocido de mi juventud) sin manual por… ¡55 cochinos y miserables yenes! (unos 30 céntimos de euro). No se hable más. Volvimos al Surugaya, y me hice con el Power of the Hired. Y ya en casa, más feliz que unas pascuas, lo ensamblé todo.

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Al volver a Osaka pasamos por donde, en el viaje anterior, entramos a un Konbini (las ‘convenience stores’ japonesas) totalmente tematizado de Dragon Quest. Por desgracia, se había trasladado unas manzanas más allá, y volvía a ser un Lawson normal y corriente.

Viernes 05 de Diciembre del 2025. Osaka.

Y amig@s... Todo lo bueno tiene su fin. Nuestro avión salía a media tarde, y contando con que teníamos que estar tres horas antes en el aeropuerto, nos quedaba hasta el mediodía para acabar de zanjar asuntos pendientes. Entre paseos, dragones de piedra y templos, llegaba la última sesión de tiendas.
Una de ellas, Astro Zombies of Rockin' Toyland, no era de videojuegos. El año pasado la encontramos cerrada, y algo me dijo que tenía que entrar ahí sin falta. Se encuentra en la zona de Nipponbashi, y contiene todo tipo de figuras de cine y/o de terror, de los 50/60 y más allá, el monstruo de Frankenstein, Creature from the Black Lagoon, Freddy Krueger o la momia, posters de cine, figuras del mundo del Rock (Phil Lynott, Lemmy Kilmister, Doyle Wolfgang, Bon Scott…), montones de cosas molonas y exclusivas. Un pasote total. Puesto que casi todo era importado, no era precisamente barato, pero finalmente me llevé un regalito para un colega (aumentando más aún mi deuda, jeje).
Llegados a este punto, solo nos quedaba un local por visitar, el Surugaya Outlet, que como su nombre indica, puede contener más de un ofertón.

Surugaya Outlet (Osaka)

Su horario es algo extraño, de 12 del mediodía a 19:30, por lo que siempre lo encontramos cerrado. Al fin pudimos entrar y gulismear por sus pasillos y estanterías, y a una hora en la que apenas había gente. Por una vez, no nos daría vergüenza acaparar toda una estantería durante tanto tiempo, jeje. Si recordáis, antes he dicho que ya era difícil encontrar precios que superaran los mínimos establecidos… pero eso era antes de entrar en esta tienda. La estantería de Super Famicom era incluso más abundante que la vitrina, con más de cuarenta RPG. Era ya el último repaso del viaje, así que traté de disfrutarla con calma y los cinco sentidos. Lo más irresistible que vi fue un Cyber Knight a 1000 yenes. Pero me había prometido a mí mismo que no gastaría más, y aunque me costó horrores, lo devolví a la estantería. Si hubiese una próxima vez en este Japón de mis sueños, ya sé que tengo que darle prioridad a este Surugaya.

Ver precios Top:

- Cyber Knight: 1000 yenes.
- Hero Senki - Project Olympus: 1700 yenes.
- Shodai Nekketsu Kouha Kunio-kun: 2000 yenes.
- Fire Emblem: Seisen no Keifu: 2400 yenes.
- Albert Odyssey 2: Jashin no Taidou: 2900 yenes.
- Shinseiki Odysselya: 3200 yenes.
- Shiki Eiyuuden: 4650 yenes.
- Daikaijuu Monogatari II: 7000 yenes.
- Rejoice! Aretha Oukoku no Kanata: 9900 yenes.

Y por último…

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LAS PRIMERAS CAPTURAS.

Porque, al contrario de lo que os pueda haber hecho creer, la primera compra tocha de Japón no fue en el Surugaya de Machida… sino desde el salón de mi hogar, poco antes de emprender el viaje. Gracias a mi compadre Javi, del canal Nestálgicos, descubrí Buyee, un portal similar a eBay de productos casi exclusivamente japoneses, donde pesqué unas ofertas sensacionales. Obviamente, hacer desde España un pedido caro, tal como están las cosas hoy en día, es poco menos que un despropósito. Los gastos, tanto los de envío, como los aduaneros (con posible retención), me habrían dejado frito. Pero en este caso, estudié otra opción muy interesante. La página ofrece un servicio de consolidación de pedidos, aunque sean de distintos vendedores, y posibilidad de envío nacional (a Japón). Así pues, el tiempo de entrega total depende de la rapidez con la que el vendedor envíe el producto al almacén de Buyee, más lo que estos tarden en consolidar el pedido, más el tiempo que les tome mandar el paquete, previo pago de los gastos de envío finales. Calculamos con bastante precisión, y la jugada nos salió redonda. Justo el día esperado, cuando hicimos el check-in en el hotel de Kioto (10 días después del pedido, fin de semana incluido), allí estaba esperándome mi paquete. Lo cierto es que hice la compra sin demasiadas referencias, y en casos muy concretos, encontré en tiendas alguno de estos juegos un pelín más barato (nada, cuestión de pocos cientos de yenes), o en mejor estado, pero aun así, quedé satisfecho con la experiencia.

Cayeron Dragon Slayer – Eiyuu Densetsu 1 y 2 (vale, no especialmente cuidados, pero a unos precios de risa, sobre todo el segundo), Fire Emblem – Monshou no Nazo, Shin Megami Tensei II… y mi amadísimo e idolatrado Rudra no Hihou, que era el principal objetivo RPGero del viaje y uno de los mejores videojuegos que he jugado en mi vida… ¡¡Por fin en mis manos!! Para rematar, me pillé también un Marvelous: Mouhitotsu no Takarajima, extremadamente bien cuidado, aunque me llevé un buen susto con este. Al observar cuidadosamente el contenido, vi que el papel del manual no era satinado, sino poroso y áspero. El resto era 100% original sin duda, pero monté en cólera pensando que me habían colado una sucia y asquerosa repro de manual. Antes de hacer una hoguera con él (por suerte), encontré información por Internet que me dejó más tranquilo, y al día siguiente, pedí en una de las tiendas que me abrieran un ejemplar que tenían (el conocimiento de japonés básico por parte de mi novia nos facilitó las cosas). Tan pronto pude manosear el libreto, estuve convencido de que el mío también era original. El mismo tacto, el mismo gramaje en el papel, la misma textura, la misma calidad de impresión… no cabía duda. Por lo visto, no todos los manuales ni mapas de Super Nintendo se fabricaron con la misma calidad y acabado satinado, aunque eso es algo de lo que yo no tenía ni idea. ¡Siempre se aprende algo nuevo!

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Rudra no Hihou: 10100 yenes.

Marvelous - Mouhitotsu no Takarajima: 5200 yenes.

Dragon Slayer - Eiyuu Densetsu: 1800 yenes.

Dragon Slayer - Eiyuu Densetsu II: 1800 yenes.

Fire Emblem - Monshou no Nazo: 1540 yenes.

Shin Megami Tensei II: 1880 yenes.

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CONCLUSIÓN:
Si habéis llegado hasta aquí, os felicito y os doy mi más sincero agradecimiento por vuestro tiempo. Me he extendido mucho más de lo que quería en un primer momento… y eso que solo he comentado parte de las actividades, y muy por encima. Hace más de dos semanas ya que volvimos a casa, y creedme, todavía no he encajado del todo lo que he podido ver y sentir en esta segunda ida a Japón, y ni siquiera he terminado de ordenar aún la tonelada de material que me he traído de vuelta. En el artículo de febrero, me equivoqué diametralmente al predecir que, en un hipotético regreso, la falta de impacto me quitaría gran parte de la ilusión. Si eso es posible, en este segundo viaje he disfrutado aún más que en el primero. He tenido algo más de presupuesto, he visitado más tiendas, más lugares en general, hemos comido mucho mejor y más variado, hemos ido más lejos, andado más, probado más cosas nuevas… Y a parte de 27 juegos de Super Famicom (tras casi 700 precios anotados, uno a uno, y a mano), una pila de bolas gashapon, mandos, artículos de Mother 2… me traigo a casa unos recuerdos y unas sensaciones tan descomunales, que seguirán latiendo en mí por toda la eternidad. Tal como empecé, debo finalizar, agradeciendo infinitamente a mi chica el haber hecho posible todo esto, así como la bendita paciencia que ha tenido conmigo y la ayuda que me ha prestado a la hora de aclarar datos, fechas y lugares para este artículo. Sin más, espero que haya sido de vuestro agrado.


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