Listado de Análisis


domingo, 5 de octubre de 2025

Dragon Warrior IV (NES, J-RPG)

El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Carátula EEUUEn pleno 1990, con una NES muy madura, y la cuarta entrega haciendo su rimbombante aparición en Japón, no quedaban dudas sobre la grandeza e importancia que Dragon Quest representaba ya en la historia del JRPG. Si Final Fantasy IV acabó dando por los pelos el salto hacia la prodigiosa Super Nintendo, el universo de Yujii Hori continuó expandiéndose en la pequeña de Nintendo. Con una claridad de ideas palpable y un sentido de la evolución en perfecta armonía, Dragon Warrior IV trajo consigo una notable renovación en muchos conceptos, pero al mismo tiempo, mantuvo intacto el espíritu y esencia de la leyenda que lo inició todo en 1986. Y esa es, precisamente, una de las cualidades que para mí siempre elevaron a la saga de Enix por encima de la de Square: su autenticidad consigo misma, su maravilloso y perpetuo clasicismo. Dragon Warrior IV se escribe con nombre, apellido y letras de oro gracias a una calidad y envergadura absolutamente monumentales en todos los aspectos que, si queréis, podemos convertir a cifras: 60 emplazamientos, alrededor de 180 enemigos, más de 15 personajes principales, 30 composiciones y, agarraos fuerte, 95 horas en mi partida, una auténtica salvajada para un JRPG de 8 bits.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - PresentaciónEl tercer capítulo completaba la saga de Erdrick, y Dragon Warrior IV abría la senda de la trilogía Zenithia, sin abandonar en ningún momento sus sello de fantasía épica y esencia clásica, pero introduciendo esquemas y puntos de vista fascinantes, atacando desde frentes muy poco habituales en los JRPG de su época. La trama, en realidad, se cimenta en premisas básicas. En tiempos antiguos, un demonio conocido como Esturk realizó un asombroso descubrimiento por medio de la alquimia, que El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Final boss de Ragnarbautizó como el ‘Secreto de la Evolución’. Este método le permitió alcanzar formas y poderes grotescos, que transgredían las leyes de la naturaleza. Temiendo que dicha evolución pudiese ser el origen de un apocalipsis, los zenithianos, que vigilaban el mundo desde las alturas, lograron confinarlo en lo más insondable de la tierra tras una cruda batalla. El juego nos sitúa mil años después de esos acontecimientos, El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Usurpadoresen una historia que posee un ritmo arrebatador, con picos de intensidad y sucesos clave muy bien posicionados, pero no será hasta bien avanzada esta cuando conoceremos su verdadera profundidad. El tratamiento y representación de las emociones humanas, ya perceptibles en Dragon Warrior III, cobran aquí una importancia crucial. La fina línea entre el odio y el amor, ese brutal choque de sentimientos que hace enloquecer al principal antagonista, se plasmó con tal El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Estatua llorafuerza, que algunos momentos son capaces de poner la piel de gallina, y casi justifican sus atroces actos. Entretanto, historias de amistad, traición y venganza no dejan de alimentar el interés por averiguar más. Y sin embargo, aunque lo dicho resulte harto interesante, no reside ahí la gran proeza de Dragon Warrior IV, sino en la exquisita construcción de sus personajes. Normalmente, en JRPGs de 8 bits, los El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Aldeaacompañantes del héroe suelen ser tan solo un conjunto de píxeles, con sus atributos, con diferente aspecto, pero sin apenas trasfondo, personalidad, o motivaciones. Pero en esta colosal odisea, esa definición de cada protagonista fue matizada hasta el punto de ocupar todo un capítulo entero, de los cinco que la conforman, incluyendo cruces entre ellos y conexiones de acontecimientos que otorgan una gran cohesión al argumento. Esto, amig@s, es pura y maravillosa narrativa, con El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Último laberintomayúsculas, y en su conjunto final, da lugar a una de las mejores historias jamás contadas en la Nintendo. Podría entrar en más detalles, como los hechos que llevan a descubrir el sepulcro maldito (absolutamente BRILLANTES), el enigma de las desapariciones, las profecías, la tragedia de los enamorados… pero la capacidad para sorprender y cautivar de esta aventura no tiene límites, y os animo encarecidamente a que la desgranéis por vosotros mismos.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - SacrificioEn sus andanzas de 8 bits, la serie mostró un ascenso muy gradual en cuanto a gráficos, y pudiera parecer que en cinco años apenas hubo cambios relevantes. Pero nada más lejos de la realidad, porque es al comparar el primer capítulo con este último cuando encontramos un océano de evolución. Dragon Warrior III ya empujó considerablemente las capacidades de NES en este apartado, pero manteniendo intencionadamente su personalidad, y esta cuarta entrega supuso un paso más El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Árbol de los elfosen la misma dirección. En ese triple scroll de nubes de la pantalla de título, se percibe ya un esfuerzo en pos del virtuosismo gráfico, y una vez inmersos en la aventura, la magnitud y variedad son algunas de sus principales fortalezas. Siguiendo los pasos de su antecesor, la constitución de las mazmorras se aleja por completo de aquellos laberintos monocromáticos y repetitivos de sus orígenes, y nos estimulan la vista con patrones mucho más trabajados, vivos y minuciosos, amén de distintas El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Dragón de los cielosformas, colores, y decoraciones que denotan voluntad por evitar repetición. Por supuesto, siguen siendo lugares sombríos y tortuosos en forma, pero se refrescan continuamente en aspecto, tanto como sus motivos y elementos, ya sea en el interior de un coloso viviente, el mitológico Árbol del Mundo, entramados semi-acuáticos, una preciosa gruta de cascadas animadas… y en su recta final (sin duda, mi lugar favorito), nos dejará boquiabiertos con esas majestuosas y sombrías catacumbas El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Gruta piratade pura maldad, de una belleza, atmósfera y profundidad pocas veces vista en un JRPG de NES. Pero no queda ahí la cosa. Los pueblos, de muy diversa condición, están completamente revestidos de un colorido lustroso, y una gran cantidad de ornamentos y espacios como jardines, fuentes, paseos de losas, ranchos o motivos en fachadas como las de los grandilocuentes palacios, cuyo diseño de interiores también hay que valorar. Con todo esto, cada lugar, incluidas las superficies del El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Infiernomapa general, se ven llenos, aprovechados, y vibrantes, con una búsqueda inteligente del contraste gracias al uso intensivo de la paleta de la consola. La vista aérea del coliseo, con cientos de sprites animados, es una de las escenas más espectaculares que veremos, y en sus enemigos exclusivos, salta a la vista el gusto por la originalidad. En este campo, la cantidad de monstruos es abrumadora, y especialmente en los de tipo esqueleto o dinosaurio, dragones y demonios, se El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Minas de Aktemtoaprecia el excelso trabajo del sagrado e inmortal Akira Toriyama, pieza clave en la historia de la saga. Por su parte, tanto los protagonistas como los NPC gozan de diseños más elaborados, aunque por debajo de lo que mostró Final Fantasy III. Y para terminar… las noches. Esas noches que, con una suave transición a tonos fríos y tenues, lo envuelve todo en un halo de misticismo, secreta calma, y magia embriagadora.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Prisión de RosaNo demasiados compositores en la historia de los videojuegos han llegado a perfeccionar y definir su fórmula hasta el punto de conseguir que cualquiera de sus obras sean perfectamente reconocibles con escucharlas tan solo unos pocos minutos. Koichi Sugiyama, sin duda, fue maestro en eso, y para la banda sonora de este Dragon Warrior IV, su inmenso talento volvía a deleitarnos con toda una acuarela de tonalidades y estilos. La calidad musical siempre fue uno de los pilares más El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Laberinto de pisosfuertes de la saga, y en este caso, la partición en capítulos del juego supuso una excusa perfecta para Sugiyama a la hora de ampliar los horizontes de la cantidad y variedad, aunque siempre manteniendo bien delimitados sus márgenes de estilo propio. Así, cada uno de los protagonistas goza de su propio tema central. Algunos más divertidos, otros más épicos o exóticos, pero todos ellos rebosantes de carisma, reflejan perfectamente el carácter de los personajes, y convertirán nuestras largas El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Casinotravesías por el mapa general en un auténtico placer, sin poder dejar de cantarlas. Claro está, también se presenta con esa clásica Overture, una pieza que por sí misma podría definir musicalmente todo un género, pero más trabajada, pomposa, y mejor sonorizada que nunca. Comulgando al dedillo con la esencia fantástica y misteriosa del juego, cada tema está impregnado de esa estela única que te hace experimentar cada momento de la forma más intensa posible, a veces El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Cueva subterráneaensoñadora y dulzona, otras con sabor a tragedia y melancolía, pero en la mayoría de casos, poseen un aura que las hace extraña y reconfortantemente relajantes. Recursos como transiciones entre tonos menores y mayores, cambios bruscos de intensidad, choques de escalas encontradas, un inconfundible sabor clásico / barroco, o estructuras de lo más imaginativo, dieron como resultado melodías enormemente evocadoras y descriptivas, a veces con solo unas pocas notas. Y El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Caminos confusosesto, unido al hecho de que una misma canción pueda transmitir distintas sensaciones entremezcladas, se llama creatividad pura y dura. Aunque quizá se eche en falta alguna más para pueblos o batallas, a lo largo de la aventura escucharemos tangos, réquiems, marchas, bases casi discordantes, algún toque surrealista… o simplemente, ese inquietante silencio, tras el torneo de Santeem, que eleva la tensión misteriosa del momento hasta alturas casi estremecedoras. Tienen duración El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Sendas retorcidasrazonable, y dos de ellas, como la de volar en globo, o la del ending, llegan a superar los dos minutos y medio, ostentosidades que fueron posibles gracias a los 4 enormes megabits del cartucho, el máximo tamaño en NES salvo contadas excepciones. Para redondear el apartado, existe un elevado número de fanfarrias, unas cuantas atmósferas geniales, como la de la cueva pirata, y representaciones de cuernos, pianos o flautas.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - HuertosA partir de este punto, en el apartado de la jugabilidad, los cambios van a venir a discreción, y bastante acusados en algunos casos. Tampoco es aquí donde el juego se vaya a desvincular excesivamente de sus más arraigados principios, pero mientras que algunos añadidos fueron descartados en el futuro, otros de los que nacieron en esta entrega se convirtieron en parte inseparable de muchas de las que vinieron a continuación, como el casino (si queréis hacer fortuna, centraos en El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Huellas direccionalesel póker), la arena de combates, las medallas, o la caravana que nos permitirá gestionar nuestro equipo de guerreros, que llega a ser hasta de nueve simultáneos. Y es que su división implica tantos héroes como capítulos. También trae consigo, por una parte, la ilusión de comenzar cada vez una historia diferente, con objetivos únicos que acaban convergiendo de una forma magistral, e incluso alguna mecánica ligeramente distinta, como la de Taloon, que años después protagonizaría su El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Antiguo laboratoriopropio spin-off. Por otra parte, puede dar algo de pereza tener que evolucionar a tantos personajes desde el nivel 1. Las zonas de enemigos están muy bien estructuradas para que esto no se haga excesivamente pesado, pero aun así, significa cantidades industriales de combates, y su frecuencia se va elevando exponencialmente hasta alcanzar límites muy agresivos. Como cabría esperar, es un juego exigente con el nivel de experiencia, pero por suerte, Dragon Warrior IV El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Catacumbas malignaslevantó bastante el pedal en cuanto a la dificultad, y aun-que el fantasma de la inseguridad siempre estará ahí, con unas buenas horas dedicadas exclusivamente a pelear en cada partida, encontraremos un buen equilibrio, mucho más estable que el de sus antecesores. Salvo por su condición laberíntica, las mazmorras también suavizaron su dificultad. Son tirando a cortas, con estructuras menos retorcidas, algún pequeño puzle, y sin apenas final boss, pero no dejan de transmitirnos ese El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Ciudad malditaclima de tensión tan agobiante y estimulante al mismo tiempo. Los combates en sí son tremendamente clásicos, con enemigos individuales y/o en grupo, y con un menú que ya daba muestras de ser más dinámico y amigable (como en las tiendas). Lo verdaderamente chocante al respecto llega en el quinto capítulo. Por raro que suene, podremos controlar las acciones del Héroe, pero solo establecer las estrategias por las que se regirá el resto, según lo precise el ritmo y dificultad El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Embalsesde los enfrentamientos, y es aquí donde entra en juego el sistema de inteligencia artificial creado ex profeso para este RPG, que aprende por sí solo de los resultados obtenidos (ojo, ¡estamos en 1990!). Si bien en ciertos luchadores resulta algo torpe, en general sorprende su eficiencia en el enfoque de objetivos y uso de técnicas, adaptándolas a la situación, y convirtiendo las batallas en algo mucho más ágil y cómodo. Maravillas de programación retro.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - CruceroTodo lo dicho en el párrafo anterior son detalles más o menos técnicos que os pueden ayudar a haceros una ligera idea de cómo son ciertos aspectos de su control o jugabilidad sin tener que sumergiros en él. Pero dejando a un lado todo esto… hay algo incalculable en cifras, que precisa jugarlo en toda su extensión para sentirlo de verdad, y que es lo que verdaderamente transpira de este RPG con una fuerza arrolladora. Ese ‘algo’ es la pluscuamperfecta conjugación de libertad absoluta y misterio que El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Mazmorra acuáticaarropa su mundo. Una vez captamos su ritmo, en cuanto caemos bajo su hechizo… ya no existe vuelta atrás. Es esa sensación mágica, profundamente inmersiva e incomparable, con la que muy pocos juegos son capaces de atrapar al jugador como lo hacen los Dragon Quest. Y hasta entonces, nunca había estado tan latente y viva. Seguro que aquellos que hayáis disfrutado este u otros capítulos con la misma implicación que yo, sabéis a lo que me refiero. Más allá de emotivos e El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Origen de traicióninolvidables momentos en su historia, que de por sí nos dejarán una huella indeleble, examinar cada centímetro de su mastodóntico mapa, por tierra, mar, y aire, pronto se convertirá en una obsesión imposible de reprimir, y es en ese punto donde, irremediablemente, me perdí por completo en él, sin mesura ni límites, cuando las horas empezaron a convertirse en minutos bajo el infinito placer de descubrir remotos parajes, conseguir llegar hasta áreas inaccesibles, conocer a El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Limpiando de monstruosenigmáticos y solitarios personajes, y obtener objetos especiales que, aunque no tenía ni la menor idea de su cometido, se convertían en invaluables bo-tines solo por el hecho de haberlos encontrado, igual que sucedía con las toneladas de tesoros escondidos a lo largo y ancho de su geografía. De hecho, Dragon Warrior IV propone desde el principio un ritmo diferente, mucho más enfocado a esa gratificante exploración que a tener que estar constantemente recorriendo interminables El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Compañero perrunolaberintos, lo que le hace cobrar unas dimensiones e intensidades muy poderosas. La caída de la noche trae consigo otro buen puñado de posibilidades. A parte de esos idílicos paseos bajo la luz de la luna por sus bellos paisajes y pueblos (que también hay que saber paladear con calma), encontraremos vida nocturna en algunos de ellos, tascas abiertas, encuentros furtivos, acontecimientos exclusivos y lugares vedados de otro modo. Sé que alguno pensará que hay varios juegos que cumplen con muchas de El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Show Mara y Naraesas características, pero creedme, pocos lo hicieron de forma tan equilibrada, y con tantísima calidad, como el RPG que nos ocupa, y menos en su generación. Y es que cuando un juego que perfectamente se puede terminar en 40 o 50 horas se alarga por voluntad propia, y casi sin darse cuenta, hasta rondar las 100… es porque su conexión con el jugador va incluso más allá del terreno lúdico.

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El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Jefe final Necrosaro the ManslayerBajo el modificado título de Dragon Warrior, la cuarta entrega de la legendaria saga de Enix / Chunsoft llegaba a Estados Unidos con el también habitual retraso (aunque esta vez fuese menor), tan solo siete meses después de su predecesor. Ahora, 35 años tras su salida en Japón, he descubierto en él un viaje de los que marcan a fuego, de los que exigen ser recorridos sin ninguna prisa, de los que te envuelven en todo momento con su subyugante fantasía, y te enamoran por su maravillosa historia y su cantidad inagotable de secretos. Una experiencia tan masiva, en todos los El Pequeño Rincón de los Grandes RPG - Dragon Warrior IV - Fin / The Endaspectos, que ha logrado desbancar a Dragon Warrior III en mi clasificación personal de RPG para la consola, situándolo al mismo nivel que una pieza maestra como lo es Final Fantasy III, y como una de mis mejores y más idílicas vivencias en 8 bits. Sin duda, el capítulo más ambicioso hasta su fecha, una aventura sobrecogedora y vibrante que ningún amante de los JRPG en su sano juicio debería perderse.

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- Lo que más me gusta: En lo narrativo, fue donde nunca antes había llegado un JRPG. Un mundo gigantesco, hasta arriba de secretos por descubrir. Su equilibrio en la dificultad roza la perfección. La trágica existencia de Rosa. La ambientación de las catacumbas.

- Lo que menos me gusta: En ocasiones concretas, uno desearía poder tener el control de su equipo al luchar. El flickering en los pueblos puede resultar molesto. Es algo durillo tener que escalar desde el nivel 1 al empezar cada capítulo.


----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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LA MÚSICA DE ESTE RPG

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Si he comentado que, en general, me ha cautivado incluso más este Dragon Warrior IV que su antecesor, hay un apartado que me genera dudas a la hora de coronar a uno u a otro, y ese es el de su banda sonora... aunque el simple hecho de poder compararlas, como mínimo, de igual a igual, ya otorga a la de esta cuarta parte una calidad estratosférica. De nuevo, el Maestro Sugiyama bañó el universo creado por Yujii Hori con las más selectas, creativas, subyugantes y ensoñadoras melodías. Espero que disfrutéis de este mini viaje épico-musical con la pequeña selección que os traigo.

The Unknown Castle. Tras muchos esfuerzos, batallas y hazañas, ascendemos a los cielos, donde se halla el ancestral reino de Zenithia. Pero en lugar de toparnos, como sería una posibilidad, con una melodía grandilocuente y heroica, nos sorprende esta composición profundamente serena y armoniosa, marcada por ese ritmo 3/4, tan suave como las nubes que rodean el imponente palacio del lugar. Sin necesidad de virtuosismos o partes complejas, pero fuertemente anclada en el clasicismo, sus gráciles notas nos envolverán en una sensación de placidez digna de tan sagrado lugar.



Minuet. Seguimos con los registros clásicos, herencia de los grandes maestros compositores de la historia, con los que Sugiyama siempre se sintió identificado. Con un sabor intensamente barroco, en cada uno de los ostentosos castillos sale a recibirnos esta genuina composición, única en su especie dentro del juego. Debido a su estilo, ritmo, y a la disposición de sus notas, puede resultar familiar, aunque es totalmente exclusiva. Os aseguro que, tras unas cuantas escuchas, acaba enganchando de lo lindo, y otorgando un aura muy señorial y distinguida a los aposentos reales.



Expanding the Map. Cuando hablo de ensoñación, cuando hablo de imaginación o de esa aura profundamente cautivadora en la música de Sugiyama, me refiero especialmente a prodigios como este. Una composición que sosiega el espíritu, que invita a mirar y sentir mucho más allá de lo que se ve en pantalla, que parece abrir el infinito con una candidez etérea y maravillosa, patente en su melodía principal, y sobre todo, en esos arpegios de notas armónicas. En sus primeros instantes, es una variación del Alefgard Theme (DQ II), tal vez menos dramática, pero a mi entender, mucho más hermosa. Enamorado de ella.



In a Town. Nos alejamos de la profundidad del anterior tema, y pasamos a registros más directos, sencillos y alegres, pero que también guardan en su interior el estilo y la gracia compositiva que hizo grande a la saga. A pesar de ser la única melodía que encontraremos en los pueblos, no se puede decir que nos acabaremos cansando de ella, y no pocas veces nos hará sacar una sonrisa. Su progresión melódica es fantástica, con giros y combinaciones tonales a mitad del tema muy característicos, tranquila pero con mucha luz, encajando de perlas con el gran colorido de las aldeas.



Gypsy's Journey. Nara y Mara son dos de los personajes más especiales de este Dragon Quest, no solo por su emotiva historia, sino porque además son las únicas que cuentan con un tema exclusivo de batalla. Pero todavía me ha gustado más, aunque son muy similares en estilo, el de su overworld, una mezcla muy original de tango con un punto étnico, que se acentúa sobre todo en su segunda y rompedora mitad, con esos arpegios rápidos hechizantes y dramáticos. También tiene un tono triste que resulta irresistible, junto a una cadencia que le va como anillo al dedo.



Elegy. Junto a Expanding the Map, mi otro gran amor de esta banda sonora, y con más motivo si cabe por su contexto: los sucesos de las minas de Aktemto, que al mismo tiempo, son escenario de uno de los movimientos argumentales más fascinantes del juego. Solamente entre las ruinas de esta ciudad maldita y casi abandonada, se nos brindará esta sobrecogedora composición, con mucho, la más deprimente del juego. Rebosante de una sensibilidad que impacta desde su primera nota, es a partir de la séptima cuando su tristeza alcanza un cariz verdaderamente desesperanzador.

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