Tales of Symphonia: Dawn of the new world (Wii, J-RPG)

Al contrario que algunos de los JRPG que esperan en mi estantería su turno para ser disfrutados, Tales of Symphonia: Dawn of the new world, nunca despertó en mí una atracción demasiado irresistible. El hecho de ser una secuela directa de Tales of Symphonia, mi segundo juego favorito de la serie, no dejaba de suscitarme curiosidad, pero también cierto temor por saber si los acontecimientos estarían a la altura de la increíble historia narrada en su antecesor. Por otra parte, siempre pensé que su condición de spin-off lo relegaría a ser un producto de tercera fila, y no sería la primera vez que esto ocurre. Sin embargo, este año encontré la excusa perfecta. Con motivo del remaster del juego original, aparecido hace unos pocos meses, Bandai Namco reemitió en HD, vía Youtube, los OVAs basados en este, y su visionado refrescó mi memoria y catapultó mis ganas de ponerme, al fin, con su secuela a los mandos de mi querida Wii. Y ante todo, he de reconocer humildemente que la experiencia ha resultado ser mucho más profunda, enriquecedora y fascinante de lo que podría haber imaginado, si bien el conjunto, a casi todos los niveles, está muy lejos de alcanzar los niveles de excelencia y solidez de aquel mágico Tales of Symphonia.

Un largo viaje para la regeneración del planeta… dos mundos reunidos… un nuevo árbol del maná… La epopeya que Lloyd y sus compañeros vivieron en el primer Tales of Symphonia, una de las mejores que se han visto nunca en un RPG, fue tan tremendamente larga y ardua como exitosa, y todo tuvo un final feliz… o eso cabía esperar. Pero la realidad sería bien distinta. Dos años después, el mundo de Sylvarant / Tethe'alla enfrenta otra alarmante crisis. Crecen las hostilidades entre sus gentes debido a la segregación de clases, dando nacimiento a violentas facciones radicales, se producen sucesos macabros que implican a alguno de los salvadores del mundo, y lo que es peor todavía, un letal desequilibrio entre los elementos de la naturaleza provoca estragos climatológicos. El origen de dicho desastre se remonta a miles de años antes, cuando se secó el Árbol primigenio. Debido a ello, el gran señor de las bestias, Ratatosk, entró en un profundo letargo, y sin su dominio sobre los monstruos, que a su vez controlaban la estabilidad del maná, los lagos hoy se secan y los desiertos se cubren de nieve. El mundo se muere de nuevo, y el caos de su sociedad no hace sino agravar la situación. DOTNW nos presenta, entre el elenco de los personajes conocidos de su precuela, a Emil y Marta, que junto a otros como Richter o Tenebrae, serán los protagonistas de la aventura. Su carisma, al contrario de lo que sucede en otros juegos de la serie, no es precisamente su fuerte, resultando algunos un tanto simplones, o demasiado irritantes, y las personalidades de los antiguos protagonistas se han deformado más de lo deseable. Sin embargo, y a pesar de ser una secuela con mucho reciclaje, la historia es, en general, notable y original, bien hilada y con ritmo, con un planteamiento valiente y arriesgado, otorga buenas motivaciones a cada personaje y al mismo tiempo, juega con cambios de personalidad, sueños y pasados, confundiendo adrede al jugador con giros pronunciados sin caer en lo absurdo, y con sucesos impactantes (aunque algunos estén metidos con calzador), creando un mar de incógnitas y valiéndose, en muchos casos, de las propias emociones humanas como guía central del desarrollo. La amistad, la venganza, o el amor tienen un peso decisivo en la historia, y me ha resultado imposible no emocionarme profundamente con su hermoso ending o en una de las últimas escenas, bajo la noche de Altamira. Por supuesto, también introduce elementos propios, como los núcleos o los centuriones, pero no de forma tan rebuscada como en otros títulos. Y gracias a las conversaciones opcionales, el grueso de la narrativa se fortalece considerablemente y, de paso, se rememoran pasajes de la anterior aventura.

No hubo cambios demasiado drásticos en el apartado gráfico. Y aunque esto, a priori, es algo positivo dada la suculenta calidad que mostraba en Game Cube su predecesor, en una consola superior da la sensación de haber bajado varios escalones, y de haber contado con menos presupuesto. A parte de su colosal historia, Tales of Symphonia destacaba por exprimir la técnica ‘cel shading’ a la hora de dar a todos sus modelados, ciudades, objetos y monstruos un sello distintivo muy especial, mostrando luminosos coloridos de fantasía. Aunque nunca fui un entusiasta de este acabado, y a pesar de la renovación de algunas texturas, hay que reconocer que ahora lucen mucho más apagados, con colores más resecos y ahogados, algo patente sobre todo en las figuras protagonistas, cuyos diseños, además, no son demasiado inspirados (se nota la ausencia de Kōsuke Fujishima). Sus expresiones y animaciones, eso sí, han mejorado notablemente y sus proporciones son más realistas. Por otra parte, recuperar la mayoría de los lugares que ya visitamos en ToS es una garantía de calidad (y nostalgia), a pesar de que el factor sorpresa, por lógica, decae bastante. Por suerte, debido a los cambios climáticos, podremos disfrutar de versiones distintas de algunas ciudades, como Flanoir despojada de su nieve, o el oasis de Triet congelado. Si en el título anterior eran una de sus fortalezas en este apartado, aquí su belleza sigue siendo extraordinaria, idílica, haciendo gala de todo tipo de elementos y rincones con encanto y muy distintos (terracitas, estanques, o el arrabal de Meltokio), detalles muy cuidados en los suelos, en los decorados o en las arquitecturas de sus casas, que cambian dependiendo de la cultura del lugar, especialmente bonitos aquellos más rurales y artesanos, pero también deslumbrante el lujoso hotel de Altamira y algunas zonas exteriores, como el lago Sinoa y su barco varado. También gozaremos de exuberantes vistas y de una intro 100% anime, y aunque se echan de menos más secuencias de este tipo, quedan suplidas por otras con el motor del juego, que contribuyen a enriquecer la emotividad, tirando de recursos poco habituales como el silencio en esas miradas y gestos, o esos momentos de tensión, representando el compañerismo, la ira o la tristeza. La mayoría de las mazmorras tienen un aspecto muy oscuro y algo aburrido, con contrastables excepciones, como las preciosas cuevas de Camberto. La cámara (muy suave) es fija en todas las localizaciones, al contrario que en las batallas, tremendamente dinámica, rápida y ágil entre un verdadero espectáculo a nivel de efectos de luz y explosiones, escenarios por donde irán desfilando más de 200 monstruos distintos. Como extra, el juego nos obsequia, al terminarlo, con una exquisita galería de bocetos conceptuales, tanto definitivos como descartados.

En su inicio, el argumento nos coloca en una situación casi imposible, paradójica, que rápidamente captará nuestro interés, y a lo largo de la historia, los momentos resolutivos están diseminados con una equidad bien calculada para que ni la atracción ni el ritmo flaqueen salvo en puntos muy concretos. Muchas de sus novedades jugables se centran en el equipo y en las batallas. La mayor de todas es, quizá, dar a los monstruos una importancia, un papel más allá de la típica escoria a eliminar, adoptando una mecánica de tipo Pokemon. Podemos pactar con ellos, alimentarlos, y hacer que muten a distintas formas evolutivas, aprovechando así multitud de habilidades intrínsecas. Sin ser la quintaesencia, resulta interesante. Por otra parte, y muy relacionado con esto último, está el nuevo esquema de elementos, mediante cuya manipulación podremos cambiar ciertos parámetros en la batalla y en la afinidad con las criaturas participantes. Pero en este caso, personalmente me ha resultado un sistema lento, difícil de entender y de maniobrar, en definitiva, poco eficiente. Dejando esto a un lado, las batallas son un auténtico hervidero de intensidad, y muy probablemente, de lo mejorcito del juego, las enfoques como las enfoques. Combos de locura, magias espectaculares, técnicas especiales conjuntas, movimiento libre, y control rozando la perfección. Disputarlas en modo difícil puede ser frustrante al principio, pero os aseguro que merece la pena. Han sido más de 2500 en mi caso, y en ningún momento me he cansado de ellas, incluyendo el coliseo, donde se puede competir en varias modalidades, y que junto a la búsqueda del Chef Maravillas, son herencias de la primera parte. Otras novedades son la pesca, más side-quest interesantes y las misiones de nuestros queridos Gatoz, monótonas pero muy oportunas para subir nivel, visitar lugares inéditos y obtener premios exclusivos. Parecen muchas cosas a la vez, pero son añadidos opcionales, más bien ligeros y divertidos que no desplazarán nuestra atención de la trama central, que al final, mantiene un esquema de los que me gustan, entre 60 y 70 horas de pura historia, empleando las side-quest para refrescar el ritmo, y no para apelmazarlo. Para favorecer esto último, hasta el mapa general se simplificó. El uso del sensor del Wiimote se redujo a este, al anillo mágico y a la asignación de técnicas de combate mediante un sistema de lo más eficiente. A nuestra disposición, en tiendas o en lugares altamente secretos por descubrir, cientos de armaduras, armas y accesorios, con los que merece la pena experimentar, ya que podemos obtener asombrosas ventajas. Pasear por las ciudades es un verdadero placer para degustar con calma, y los puzles de las mazmorras están bien diseñados: salvando algunos, como el del templo del rayo, no nos causarán excesivo dolor de cabeza.

Contando con temas de Motoi Sakuraba y Shinji Tamura, lograron elaborar un score que, siendo sincero, también ha superado mis expectativas: posee calidad, variedad, y respeta al máximo el espíritu original sin que las nuevas composiciones desentonen. El resto, fueron temas recuperados de su precuela, pero lejos de contentarse con ello, les dieron un sutil lavado de cara, engalanándolos con unos cuantos arreglos que, ¡sorpresa!, los hacen sonar mejor todavía, con más vida y más personalidad. No es el caso de todas (la de Flanoir me gusta menos), pero las de Triet y Villa Gatoz, por ejemplo, poseen ahora mucho más cuerpo, más claridad y más profundidad en sus melodías gracias a los añadidos instrumentales. Desde luego, no se cortaron a la hora de la variedad: violines, oboes, guitarras, clavicordios, flautas de pan, armónicas, trombones… aunque el uso de los metales es muy puntual en favor de ambientaciones más relajadas. Acentuando todavía más la tendencia de ToS, en esta entrega predominan claramente temas muy apacibles y serenos, que hacen de la melodía su mejor arma para empaparnos de sensaciones, destacando aquellas que, con su cadencia ensoñadora, ambientan los pueblos. Lentas, suaves, armoniosas, pero con tesituras muy distintas entre sí, a veces llenas de felicidad, otras de angustia, donde los coros juegan un papel sustancial (los del epílogo, ambientando esos instantes tan sensibles, nos pondrán los pelos como escarpias). Jugando en ocasiones con tan solo una pareja de instrumentos, creó combinaciones magistrales, guitarras eléctricas con bases electrónicas, bajos y hammonds, o violines y marimbas que suenan a gloria. Tendencias étnicas, barrocas, orientales o exóticas, no importa, todas ellas cuentan con el hechizo compositivo de Sakuraba, aunque con un puntito experimental en ciertas canciones, como esos calipsos o sambas tan bailables que relajan la tensión en momentos ociosos. Tratándose de él, tampoco van a faltar dosis de Rock y Heavy Metal neoclásico, con auténticos bombazos de frenesí que explotan en las batallas, existiendo unos cuantos cortes diferentes, aunque minoritarios. Estas últimas se destapan como una auténtica orquesta de efectos sonoros, con gritos, cientos de onomatopeyas, explosiones y choques muy contundentes, a parte de los escuchados durante la aventura, como pisadas en distintas superficies, cascadas, ecos, o el viento. Incluso en los cortes más atmosféricos y discretos, siempre aparecen unas pocas notas, o algún sonido extraño, que sorprenden rompiendo los esquemas, que te transportan sin casi pretenderlo. El doblaje puede suscitar opiniones enfrentadas. Mientras que, en general, quedó un trabajo bastante fluido (que no perfecto), algunas suenan poco carismáticas, y lo que es peor aún, muy pocos actores repitieron para la ocasión.

Tras haber terminado a fondo este RPG, no entiendo las críticas tan duras vertidas hacia él. El que no llegue a la altura de su predecesor (porque esto es así), no significa que estemos ante un mal título. El apartado gráfico, pese a ese ‘downgrade’ del que hablo, continúa encandilando por sus geniales y evocadores emplazamientos. Lo bueno de su banda sonora, sigue destacando en esta entrega. A nivel jugable introdujo un buen puñado de novedades, y aunque no todas me han convencido, fue notable el esfuerzo por darle una vuelta de tuerca. Ahora bien, ¿era estrictamente necesaria esta continuación directa? En absoluto, ya que Tales of Symphonia dejó los cabos bien atados, y la historia aquí no es ni tan sólida ni tan redonda, pero al menos asume un trasfondo distinto y arriesgado, y muy importante, tiene muchos momentos emocionales que llegan a sobrecogerte, siempre recurriendo a un lema tan inspirador como “el valor es la magia que hace realidad los sueños”.


- Lo Mejor Del Juego: Los nuevos arreglos musicales. El control en las batallas es excelente, y su puesta en escena, espectacular. La historia, aun lejos de ser perfecta, es bonita, intensa y engancha.

- Lo Peor Del Juego: Como continuación, es totalmente innecesario. Los personajes pierden fuerza. Gráficamente parece inferior a su precuela. El sistema elemental no me ha terminado de gustar.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Con su elocuente carga melódica, y su particular cadencia, nos encontramos ante una banda sonora que disfrutarán especialmente los amantes de los pasajes más relajados, y por supuesto, aquellos que ya lo hicieron con Tales of Symphonia, ya que muchas de sus melodías vuelven a tener protagonismo, con varios arreglos y una composición más pulida que me ha gustado más, si cabe. Presentando un verdadero alarde en cuanto a variedad instrumental, hay cortes puramente ambientales, hay valses, pero también hay, en menor medida, temas de Rock progresivo, y Heavy Metal.

Along the beach. Comencemos, pues, con uno de esos ritmos tan suaves y tranquilizadores, y que mejor que esta pieza, cuyo armonioso devenir nos hará sentir de forma incluso más intensa esa fabulosa belleza rural de Izoold. De hecho, creo que el sonido de unas olas le habrían terminado de dar el toque perfecto. Una canción para recostarse, relajarse, y escuchar con los ojos cerrados, para dejarse llevar por su vaivén, su aterciopelada percusión, esas sutiles cuerdas que tan bien casan con las flautas y esos casi imperceptibles coros en su parte final. Una gozada.



From Darkside - Emil. Escuchamos aquí una del conjunto de melodías compuestas exclusivamente para Dawn of the new world. Los cambios de personalidad en nuestro Emil dan como resultado esta composición, sin duda una de las más distintas y especiales, misteriosa, casi amenazante, que por estructura y color me recuerda a algunas de Final Fantasy VIII. Combinación excelente de pianos, hammond, bajos y guitarras eléctricas, sin mucho más, para crear una atmósfera de lo más envolvente, con momentos realmente místicos y un inconfundible toque progresivo 'made in Sakuraba'.



Smile-Marta. Con Marta llega el desparpajo y la fiesta musical. Del estilo, hay otras como la de Zelos o Colette, 'key-off', 'fun with idol'... pero sin duda esta es la que más me ha sorprendido. Tal vez, y no sin razón, alguno piense que se trata de una melodía bastante tontorrona, pero su esencia tan ochentera y sus notas extremadamente alegres podrían haber sido compuestas por la mismísima Cindy Lauper, y difícil será no destapar una sonrisa con ella. Bases electrónicas e instrumentos de samba y hammonds en otro de esos chocantes experimentos musicales del juego.



Desert flower. Entrar en Triet y encontrarnos con ella es una experiencia maravillosa. Nos recibe con tambores étnicos, unos bajos muy en primera línea, rascadores, y unos coros que suenan muchísimo mejor que en la versión original. Esta parte se prolonga, añadiendo algunos instrumentos, para sumirnos en un estado de lo más ensoñador, pero lo mejor de todo llega justo después, cuando la armónica adquiere pleno protagonismo y nos deja en éxtasis con esa increíble melodía, esas notas que nos elevan a otro plano sensorial. Mi favorita, y más todavía con el lavado de cara.



Darkside of Meltokio. La elección de esta ambientación es absolutamente perfecta para un lugar en el que reina la necesidad, la cara que nadie quiere ver de la señorial ciudad de Meltokio, el barrio de los desheredados... Gracias a la inclusión de nuevos instrumentos, y a su mejorada calidad respecto a la original, destila aún más fuerza emotiva. De tonalidad muy amarga y ritmo lento, destacan esos arpegios iniciales, pero sobre todo, esas flautas étnicas, que nos llevan a una ruptura final, con ligeros matices progresivos, en donde parecen unirse dos canciones distintas.



The wilderness of sadness. Y si queríais algo más movido, creo que os vais a saciar con esta auténtica barbaridad, una bofetada sonora digna de tan intensa batalla con el jefe final, y para mí, la mejor de entre las composiciones para combate. El doble bombo forma un muro que nos sacude a lo bestia, un tema que bien podría estar extraído del Symphony of enchanted lands de los Rhapsody, épica, demoledora, con unas orquestaciones de lo más rimbombantes y con unos coros que erizan la piel. Uno de los temas más netamente powermetaleros que he escuchado en un RPG.

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Ejemplar de mi colección

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Tales of Symphonia: Dawn of the new world (Pal España)

Es curioso cómo este ejemplar llegó a mis manos. Año y poco tras de su salida, lo busqué de segunda mano insistentemente, pero para mi desgracia, su precio de mercado se había inflado considerablemente, rondando los 50 euros, así que lo descarté. Cuál fue mi sorpresa cuando, tiempo después, un día lo encontré en un Gamestop de Barcelona, sobre 30€. Pensando que su precio estaba tendiendo a la baja, no lo compré en ese momento, me arriesgué, e hice bien, porque seguidamente lo adquirí en eBay por poco menos de 20€. Esperar, en muchas ocasiones, tiene recompensa.

Y además, versión Pal España, no necesariamente la que buscaba, pero finalmente la que cayó. Se nota, por su aspecto, que los anteriores propietarios, o bien le dieron poco uso, o lo cuidaron bastante bien. El plástico protector de la caja / carátula muestra tan solo unos pequeñísimos roces que solo se ven a contraluz, menos apreciables todavía en la parte trasera, que contiene los textos en castellano. La caja, por dentro, no tiene desperfectos.

Las únicas marcas que se dejan ver en el manual son las de su forma en sí, ligera deformación por el hecho de estar sujeto a las pinzas, pero no el lomo ni la portada, ni detrás tienen un mínimo arañazo ni desgarro, está prácticamente perfecto. Al igual que en su interior. Con las grapas intactas, sin anotaciones y sin un solo doblez en ninguna hoja.

Normalmente, lo que más miedo da al comprar un juego de segunda mano en formato DVD es el propio disco (ya tuve un susto con el Baten Kaitos: Las alas eternas y el océano perdido). En este caso, a primera vista se nota que está también muy cuidado, limpio y pulcro, y reflectante al 100%, con alguna minúscula manchita o rayita que casi no se ven, sin ninguna importancia. No es una pieza de valor, pero igualmente, da gusto verla así de bien.

Ahí termina la cosa. Puesto que es de segunda mano (y es habitual), y tampoco lo busqué completísimo al 100%, no trae ningún extra en forma de panfleto, publicidad o similares.

Fecha de adquisición: 02 de diciembre del 2013.
Precio: 22,50.-€.