Final Fantasy Tactics (Playstation, Tactical RPG)

Todas las grandes sagas roleras, en algún momento dado, han desviado su atención de las series principales e incluso del género que les dio reconocimiento en pos de explorar nuevos horizontes jugables y buscar nuevos conceptos para atraer a otro tipo de jugadores. Final Fantasy, por supuesto, no podía ser menos. Pocos meses después de dar la gran campanada con el paso de su saga a las 3 dimensiones con el más que exitoso y conocido Final Fantasy VII, y por si esto no hubiese sido suficiente satisfacción y cambio, en Square todavía tenían un as ganador en la manga, un juego con el que buscaron cambiar drásticamente no solamente la temática, sino también el sistema y la jugabilidad en los que durante tantos años se habían basado. La jugada les salió redonda, y Final Fantasy Tactics fue el resultado de un trabajo de aproximadamente cuatro años desde que Hironobu Sakaguchi, productor del juego, concibiera la primera idea para crear un spin-off de su obra más reconocida en formato Tactical RPG. Sin embargo, Final Fantasy Tactics no buscó simplemente imitar a otros juegos ya existentes, como la saga Fire Emblem, y aportó elementos muy innovadores que llevarían al género a un nivel muy superior.

El equipo tras esta impresionante obra difiere bastante del que se encargó de Final Fantasy VII, pero no por ello resulta menos lujoso. Dejando a un lado al padre creador Sakaguchi, destacan personalidades como la del escritor y director Yasumi Matsuno, en la que fue su primera creación para Square, y que junto a los compositores Hitoshi Sakimoto y Masaharu Iwata también trabajó en su día dando a luz a dos grandes Tactical RPG para Super Famicom como Ogre Battle: The March of the Black Queen y Tactics Ogre: Let Us Cling Together, por lo que su reputación y experiencia en el campo están más que acreditadas. Final Fantasy Tactics cogió ciertas bases ya existentes y las potenció poniendo especial énfasis en apartados que quedaban hasta entonces casi en un segundo plano. Sin duda el que más salió ganando fue el de la historia, que no solamente es digna de cualquier RPG que se precie, sea del sub-género que sea, sino que además resulta espectacular, profunda y muy compleja. Resumirla en unas pocas palabras es harto difícil debido a todo lo que abarca. Atar todos los cabos en tan solo unas pocas horas es casi imposible dada la enorme cantidad de nombres, lugares y sucesos que se van mencionando desde la introducción, incluyendo un contexto como es la guerra de los 50 años, acaecida poco tiempo antes del inicio de nuestra historia. Una guerra cuyas consecuencias para Ivalice, el reino sobre el que recae el protagonismo en el juego, han sido devastadoras, levantando una situación de pobreza que además se ve agravada con la muerte del rey. Dos líneas de sangre se disputarán el trono, y esto dará lugar a un nuevo conflicto conocido como la Guerra de los Leones. Sin embargo, más allá de los enfrentamientos militares y entre clases sociales, el juego añade un tercer y determinante elemento en la sombra: la iglesia, cuyo objetivo es recuperar la fidelidad del pueblo sin importar medios ni consecuencias. Lo más impresionante es ver cómo, incluso dentro de los mismos bandos, prácticamente cada personaje tiene sus propias metas, ideales e intenciones secundarias, lo que creará una gran cantidad de vuelcos argumentales y sorpresas inesperadas que aportan a la trama una fuerza descomunal, impropia de un Tactical RPG. Traiciones, secuestros, asombrosas revelaciones, poderes oscuros y sobre todo, muchos, muchísimos asesinatos e incluso sangre por doquier que tiñe al argumento de verdadera tragedia literaria. Y que conste que lo descrito tan solo es un esbozo muy superficial de lo que nos depara.

Entretanto, claro, no van a faltar las batallas, que son el principal eje jugable de Final Fantasy Tactics. Las principales y obligatorias desembocarán en una nueva continuación de la historia, pero también disputaremos una gran cantidad de combates que se producirán de forma aleatoria al pasar por zonas ya visitadas. El meollo de la cuestión es enfrentar a nuestro grupo de personajes con otro bando en un terreno delimitado, por turnos, y con muchísimas variables que tenemos que tener muy en cuenta a la hora de planear el desarrollo de las luchas. Y no hablo solo de habilidades o atributos. Dependiendo del terreno, deberemos considerar la rebuscada orografía de cada uno de ellos, pero también el clima y las formaciones, que condicionarán a nuestros héroes a la hora de moverse o atacar. Pero antes siquiera de que se os ocurra entrar al tropel para sumergiros y avanzar en la historia, tomáoslo con calma y dedicad el tiempo necesario a seguir el tutorial que el juego dispone, porque es algo estrictamente fundamental. Aprender a moverse, calcular distancias, equipar correctamente, conocer las fortalezas y debilidades de los enemigos… es solo la punta del iceberg. El principal atractivo del juego es, sin duda, la enorme variedad de oficios (o jobs) que podremos aprender y desarrollar, adquiriendo nuevos movimientos y magias y a su vez desbloqueando otros nuevos con sus respectivas. Un juego que resulta, de hecho, extremadamente lento en su inicio. Nada de ir a lo loco o no duraréis más de una hora. Nos exige centrarnos y escoger pausadamente las combinaciones adecuadas entre todos los elementos disponibles, que pueden ser cientos o miles, y que se multiplicarán exponencialmente conforme vayamos subiendo de nivel. De hecho, existen tantísimas opciones, posibilidades, variables, combinaciones… que en un principio me resultó abrumador. Es difícil de dominar, pero también de aprender, y creo que es justo decir que el juego puede ser un hueso durísimo de roer, incluso estudiando con atención toda información en pantalla, incluso dedicando horas a subir de nivel y ganar puntos de oficio (JP) o reclutando a más y mejores luchadores. La dificultad puede dar, en muchos momentos, unos vaivenes realmente criminales y es que, además de que nuestros enemigos suben de nivel al mismo ritmo que lo hacemos nosotros, cada vez es más imprudente experimentar con nuevas alternativas o jobs, y más todavía llevar un nivel equilibrado en todos los miembros del equipo. No os digo más que hasta tres veces he tenido que recomenzar el juego, porque han llegado puntos de este en los que, directamente, me era imposible vencer, ya no solo a enemigos principales, sino cualquier batalla aleatoria con otros más corrientes. Y eso, personalmente, no me ha gustado nada, de hecho, he llegado a odiar el juego con toda mi alma. Los enemigos no cometen un solo error, y un minúsculo fallo en el cálculo de una acción puede llevarnos a una sonrojante derrota y esto acaba siendo psicológicamente devastador. Y las ventajas que pueden otorgarnos aspectos como los signos zodiacales o los niveles de valentía o fe son difíciles de entender y pesadas de aplicar.

Sé que muchos de vosotros no estaréis de acuerdo con lo dicho, pero esa es la experiencia que he tenido con él. La parte positiva, sin embargo, ha sido claramente superior a los malos ratos pasados, pero en cualquier caso no todo han sido flores. Las escenas en que se narra la historia, por suerte, son un auténtico bálsamo relajante, ya sea en momentos profundamente emocionales como en otros especialmente tensos. Y es que aquí también encontraremos los dos extremos. La resolución de algunas situaciones y el planteamiento de ideas son realmente brillantes, como puede ser el descubrimiento de la causa de una muerte, la verdadera naturaleza de algún personaje, o las luchas a muerte en las que la crudeza de las imágenes puede hablar por sí sola. El sosegado momento de recuerdo entre nuestro personaje y su íntimo amigo Delita (uno de los personajes más interesantes del juego) me ha dejado huella, pero también el inesperado momento post-ending de una reina enloquecida por el dolor y el sufrimiento, tan convulso y desgarrador que me puso los pelos como escarpias. Sin duda hay detalles y momentos que, por su gran belleza e intensidad (un repicar de campanas tras una sangrienta batalla, una mortal estocada, una presa liberando un torrente de agua o el simple crujir de una rueda de molino…) compensan la complicada experiencia que, por otro lado, también me ha proporcionado un alto grado de satisfacción. No solo existe belleza espiritual en esas escenas, también física en el entorno gráfico del juego, que aunque pueda no parecerlo especialmente, es una auténtica joya. El mapamundi será el marco principal de largas travesías a pie, pero es en los escenarios, en esas encantadoras porciones de tierra limitadas con perspectiva isométrica y aspecto de diorama 3D donde se encuentra la verdadera esencia de este apartado. Lugares salvajes e inhóspitos como ciénagas, desiertos o traicioneros ríos, con toda su oscuridad, contrastan con hermosísimas ciudades con un encanto inequívocamente Final Fantasy, pequeñas parcelas llenas de detalle y calidez que desprenden una ambientación espléndida. Las cascadas de Zirekile o la ciudadela de Goug son dos magníficos ejemplos que podéis contemplar entre las imágenes de este análisis. Y si uno necesita verlas desde un ángulo en concreto, siempre se puede modificar ligeramente el zoom y la perspectiva. Hay otro aspecto en el que también quiero detenerme: las animaciones de los personajes. Las de los combates son chulas, pero la verdadera miga está en las de las secuencias. Toda una colección de gestos, guiños, acciones… y todas ellas exclusivas de cada momento, espontaneas y excelentemente realizadas, añaden a las ya de por sí preciosas localizaciones más peso y expresividad, nos ayudan a creernos a los personajes y contribuyen a ensalzar la emotividad. La lluvia, la nieve, las noches y los atardeceres acaban de poner la guinda al pastel.

Atendiendo al sistema jugable de Final Fantasy Tactics, no erraremos si deducimos que la banda sonora, en general, tiene un marcado estilo militar formado por marchas y temas muy basados en instrumentos grandilocuentes y orquestaciones estruendosas. El gran trabajo perpetrado por los mencionados artistas Hitoshi Sakimoto y Masaharu Iwata exhala una fogosa elocuencia que pone el punto definitivo de tensión y épica que requieren las batallas. Instrumentos digitalizados como oboes, violines, clarinetes, harpas o tubas despliegan su magia en composiciones que, si bien se aferran la mayoría a este tipo de marchas bélicas, también se utilizaron para cortes con una sensibilidad mucho mayor, y en mi opinión, más destacables y agraciados aunque se encuentren en menor medida. Precisamente por sus elaboradas melodías, creo que son capaces de llegarnos más adentro, mientras que las más recargadas de orquestaciones van adquiriendo, a medida que las escuchamos, una categoría más ambiental, incluso a veces pueden llegar a resultar algo machaconas si no las concebimos como tal. Aquellas melodías que forman los temas principales de cada personaje son, casualmente (o no tanto) las que más me han gustado, ya que su mayor carga sentimental las hace idóneas para representar no solo sus apariciones en escena, sino también los momentos más delicados del juego, aquellos en los que deleitarán nuestros oídos acompañando a acciones clave en la historia. Curiosamente, y en más de una ocasión, me han recordado al estilo con el que el gran Hiroki Kikuta impregnó aquellas obras maestras que son Secret of Mana o Seiken Densetsu 3, especialmente en esos rincones plagados de misticismo y secretos que esconde el juego, donde harpas y vientos más suaves acaparan casi todo el protagonismo. Casi 100 temas que suponen una auténtica montaña rusa emocional al escucharlos del tirón. No diría que todos alcanzan el mismo nivel (algunos están, para mi gusto, excesivamente recargados), pero me ha encantado la tesitura general, una banda sonora a medio camino entre el estilo de la era de los 16 bits (frescas, sorprendentes y orientadas a la pura melodía) y posteriores generaciones en donde se valora más la pomposidad y complejidad de los acompañamientos orquestales en detrimento de la creatividad y esa “chispa” que tanto echo de menos, a veces, en los RPG más contemporáneos.

El mejor consejo para avanzar con ciertas garantías en este Final Fanasy Tactics es la propia experiencia… pero es mejor no pretender que a la primera vaya la vencida. En términos generales me ha gustado mucho vivir esta odisea, radicalmente apartada en cuanto a mecánica de la saga principal y con muchísimas innovaciones llenas de originalidad y posibilidades. Pero me reitero en que, en ciertos tramos, he llegado a tener mis dudas sobre si sería capaz de terminarlo debido a la gran frustración que estos me han provocado. Pero esta obra de Square ofrece muchísimo más que técnicas batallas con cientos de variables y algún que otro desequilibrio jugable. También nos brinda personajes maravillosamente diseñados (en su aspecto y personalidad), una historia realmente increíble, sencillas misiones secundarias, unos interiores y exteriores verdaderamente mágicos de gran potencia visual y más de 70 horas de fervientes emociones desenmarañando su complejo argumento.


- Lo Mejor Del Juego: Posibilidades y combinaciones casi infinitas. La historia es digna de una novela. Animaciones excelentes en escenas que llegan al alma. El sistema de jobs es fascinante.

- Lo Peor Del Juego: Los bandazos de dificultad son un calvario insoportable. Las subquest tienen una gracia relativa. No poder abandonar o reiniciar las batallas. La suerte influye demasiado.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Normalmente, al hacer la selección de temas de cualquier RPG, siempre escojo aquellos que mejor pueden representar el espíritu musical de este. En esta ocasión no ha sido así del todo, ya que he querido salirme de la tónica enfocándome en aquellos que más me han transmitido, que son distintos a la gran cantidad de temas orquestados y guerrilleros del juego. Si eres de los que disfrutas con ambas tesituras, en la banda sonora de Final Fantasy Tactics encontrarás todo un regalo para tus oídos.

A chapel. ¿Recordáis que en el análisis he hecho referencia al trabajo de Hiroki Kikuta en Seiken Densetsu 2 y 3? Pues precisamente es por temas como este. Es, de hecho, como hacer una mezcla entre su estilo y el de N. Uematsu. Da unos primeros pasos casi etéreos, formados por una cautivadora e hipnótica serie de notas cuya sencillez solo es igualada por su capacidad de transmitir, y en su último se adentra en terrenos más sinfónicos pero sin perder esa tranquilidad.



Ovelia's Worries. Junto a Delita (y curiosamente, como ya sabréis los que lo hayáis jugado) me parece uno de los personajes más interesantes de la trama. Tiene dedicados varios temas en su banda sonora, pero ninguno tan profundo como este. En general es un corte muy lento, que te mece y te regala un gran sosiego, a base de vientos ligeros y violines, pero cuando parece que se apaga definitivamente, aparece un fragmento mucho más sinfónico que podría pertenecer a alguna producción cinematográfica, dando un empujón a tus emociones.



Trisection. Esta está entre dos aguas, entre los temas más rimbombantes y complejos instrumentalmente hablando y aquellas que casi olvidan el resto para centrarse en la melodía. Su tesitura batallera es innegable, pero también lo es ese puntito emocional que le dan las paulatinas subidas de intensidad. Es una de las primeras que se nos quedará en la memoria, nos crea tensión y desprende una creciente sensación de urgencia y peligro. La disfrutaremos en muchas ocasiones.



Hero's Theme. Dentro del aspecto sonoro, llegamos con esta melodía (siempre bajo mi punto de vista, claro), al zénit del trabajo de Masaharu Iwata e Hitoshi Sakimoto. Salvo en algún punto de su melodía, es oscura y llena de pesar, no obstante, aparece en muchos de los momentos más tristes del juego, y cada una de las veces que lo ha hecho, ha conseguido estremecerme. Rebosa emotividad y con la primera escucha ya formará parte de nosotros. Lástima que no se prolongue un poco más.



Love love hapiness. Sin duda, otra de mis favoritas y de las mayores sorpresas que me he llevado con este Final Fantasy Tactics. Su melodía es una pura maravilla, pero también sus armonías y la composición de los distintos instrumentos que la forman. Tiene ese aire tan melancólico, triste y a la vez dulce que tanto consigue arrebatarme, y además a ritmo de vals para hacerla todavía más ensoñadora. Creo que no suena todo lo que debería. Para cerrar los ojos y sentir a raudales, no se puede escuchar de otra forma.



Ultema, the perfect body. Aquí tenemos una de las más complejas, en todos los sentidos, que encontraremos en el juego, aunque tendremos que esperar a sus últimos compases para disfrutarla, y el final boss no nos dejará hacerlo precisamente con tranquilidad. Pero merece la pena centrarse en ella. Sus inicios con tesituras casi árabes, oscuros, malévolos se van acelerando y tras un tramo amenazador, estallan los vientos junto a algún elemento casi progresivo, y aquí es donde se encuentra a mi parecer la parte más interesante.