En términos clasificatorios, se puede decir que Elemental Gimmick Gear no entra de lleno en los RPG, sino que más bien es una aventura con toques de rol, pudiendo equipararse perfectamente en cuanto a mecánica con los títulos que he mencionado arriba. Aquí no hay niveles de experiencia, ni demasiado texto, ni siquiera excesivo desarrollo de personalidades, pero sí existe un claro progreso en los atributos del héroe, como su poder de ataque, defensa o nivel de energía. Desarrollado por Birthday, expertos en RPG que ya deleitaran años atrás a jugones de otros sistemas gracias a creaciones como Dream Master (Famicom), Daikaijyuu Monogatari (Game Boy) o Crystal Beans (Super Famicom), y distribuido en EEUU por Vatical Entertainment y en Japón por Hudson Soft (aunque hay fuentes que también sitúan a estos últimos en la producción del juego), fue incomprensiblemente alejado de territorio europeo donde, por estilo y estética, hubiese sido también apreciado. Pensado originalmente para Saturn, por azares del destino finalmente vio la luz bajo el amparo de su hermana mayor, aunque seguramente podría haber salido exactamente igual en la anterior generación. Pero no interpretéis esto como algo malo, todo lo contrario. Elemental Gimmick Gear se muestra absolutamente deslumbrante desde el primer momento, sin escatimar en medios. Una intro con gráficos que combinan FMV y estilo anime, narrados por una dulce voz, destapan el verdadero secreto y uno de los puntos en los que se apoya la enorme calidad final del producto: sus gráficos en dos dimensiones, con una belleza exótica y descomunal. Dignos de pertenecer a esta consola sin por ello tener que utilizar miles de polígonos y efectos especiales a cada minuto, los escenarios poseen un colorido, un diseño, una personalidad y un encanto que son un imán inmediato para los seguidores de este género en su vertiente más clásica. Transmiten la sensación de estar completamente dibujados a mano, y no encontraremos patrones ni repeticiones en los decorados, todo fue cuidadosa y meticulosamente creado pixel a pixel, centímetro a centímetro, transformando todo su mapeado en un lienzo rebosante de puro arte gráfico, desde el precioso entorno que rodea las ruinas de Fogna, una inmensa zona con distintos parajes y ecosistemas, a la ciudad de Eastokion, que a pesar de ser la única que encontraremos en el juego (es una especie de centro neurálgico del mundo de Tokion, donde en parte transcurre la aventura) es para frotarse los ojos una y cien veces por lo bonita que es y por lo complejo de su diseño, con tuberías, edificios rocambolescos, y un colorido exuberante y majestuoso como pocas veces se vio en esta consola, además de contener todo tipo de detalles, como vapores, goteras, partes móviles… cada palmo de terreno, cada pantalla que veamos, muestra un nivel de artesanía brillante que enamora a primera vista nada más salir del laboratorio, con estampas que llegan a formar varias pantallas de alto.
Porque es justo ahí donde nuestro protagonista despierta de su milenario sueño, un ser humano que no ha envejecido lo más mínimo y que no tiene recuerdo alguno sobre quién es o sobre su incógnito pasado. El mismo fue encontrado en unas ruinas ancestrales, dentro de un extraño robot al que la civilización dio el nombre de E.G.G. Por mucho que se intentó durante cien años, ningún científico consiguió sacarlo de su profundo sueño hasta que, tras la irrupción de un grupo llamado Los Piratas (una banda formada por maleantes y saqueadores) en dichas ruinas y el accionamiento del dispositivo equivocado en el momento y lugar equivocados, el sitio despertó, y con él, una serie de calamitosas desgracias que llegaron a poner en grave peligro la supervivencia de toda especie habitante del planeta. En búsqueda de su propia personalidad, nuestro protagonista, cuyo despertar fue simultáneo al de las ruinas, va descubriendo mediante flashbacks que su presencia en ese momento y lugar no es fortuita, sino indispensable para detener todo ese cataclismo. Una historia que se nos va desvelando con cuentagotas, pero el hecho de comenzar de forma tan misteriosa y poco clara hace que cada descubrimiento sea harto interesante y el progreso resulte de lo más emocionante. Tanto el moldeado del héroe como de todos los enemigos y artilugios del juego presentan un aspecto pre-renderizado (de esos que tanto me gustan), recordando en ciertos momentos a juegos como Golden Sun. Si en un principio se puede pensar que dibujo a mano alzada y figuras voluminosas no encajan bien, la realidad es que forman un conjunto en el que el preciosismo y la técnica van de la mano de forma muy natural. El estilo de dibujo, especialmente de los decorados, me ha recordado al tipo de trazo de los cómics y, de hecho, junto con el particular colorido que tiene el juego, me traen a la memoria el Comix Zone de Mega Drive. Por otra parte, el toque artesanal también me ha recordado al Legend of Mana de PlayStation, tal vez no tan explosivo en detalles y colorido pero incluso más personal y único. El juego posee mucha simbología propia, lo cual le hace ganar personalidad, y las animaciones, tanto del protagonista como de todos los enemigos y personajes del juego, están muy trabajadas, con muchos cuadros y una fluidez que salta a la vista y hacen subir varios enteros a este apartado. Para más detalles de los monstruos con los que nos encontramos, no tendremos más que acudir al completo bestiario, accesible desde el menú principal.
E.G.G. salió en la primera hornada de juegos de Dreamcast, en aquel lejano 1999. Grandes joyas estaban aún por llegar, pero este fue, junto a Evolution o Time Stalkers, uno de los primeros RPG que saciaron las ansias de los aficionados americanos y japoneses al género. Un casi desconocido Hiroaki Hara fue el gran hombre tras esta fantástica aventura, encargándose del diseño, dirección, arte y supervisión de casi todos los apartados. Si todo el esquema gráfico, tan detallado y único, es capaz de crear un pequeño universo que por sí solo puede mantenernos durante horas enganchados al mando, no se puede obviar que en esta receta hay otro ingrediente fundamental de necesidad como es el apartado sonoro, con temas compuestos por Haruyoshi Rokudo que, si os soy sincero, me han sorprendido para bien de una forma muy grata tanto por estos últimos como por la ambientación sonora en general. Porque ese puntito tan necesario que siempre suponen los efectos de sonido está ampliamente cubierto de la mejor manera, totalmente inspirados en el microclima al que pertenecen. Cada enemigo tiene su propio sonido, y los golpes a objetos sólidos, los chapoteos sobre el agua, el rumor que sobrevuela grácilmente las oscuras mazmorras, los ecos, las caídas y los sonidos futuristas fueron creados con muchísima inspiración y fidelidad para hacernos sentir que realmente estamos en esos lugares de fantasía. Por no hablar de las voces, que están presentes durante toda la aventura. Y para completar la oferta… ¡toneladas de fanfarrias! Por otra parte, de un juego que se nos presenta casi envuelto en bruma y misterio, con una historia inicial tan curiosa como escueta, uno espera algo oscuro, pausado y que sea capaz de crear sensaciones acordes. Y solamente con escuchar la música de la introducción y la tenue y pesarosa melodía que nos acompaña en el laboratorio, podemos hacernos idea de que el compositor se tomó muy en serio su trabajo. Al igual que el juego es una completa amalgama de situaciones, ritmos y parajes, también podemos prepararnos para grandes melodías rápidas y épicas mientras disfrutamos de un intenso combate, o ambientaciones muy sutiles, a veces casi tenebrosas, que acompañarán nuestros pasos en los angostos pasillos de las ruinas de Fogna, en la torre de la niebla o en las frías y húmedas profundidades del mar. En ocasiones percibo cierta inspiración de Yasunori Mitsuda. Los instrumentos empleados son otra de las cosas que más han llamado mi atención. La combinación de pianos (sin duda el instrumento que más me ha gustado) y cuerdas tradicionales se combinan acertadamente con bases dispares, como electrónica o drum’n’bass y el resultado se adapta a la perfección al espíritu del juego, a esa mezcla de lo orgánico y lo ficticio, destacando algunas que nos descolocan, como la que suena en el bar de Rot (adoro este tipo de melodías) o la que ambienta Metal Heaven, construida casi enteramente a partir de sonidos mecánicos. Y es que ese lugar por sí solo ya es un prodigio de imaginación.
El progreso en la aventura viene dado por la consecución de objetos que nos abrirán nuevas rutas que hasta el momento permanecían inaccesibles. Esto puede que no suene a nada nuevo, pero os aseguro que vais a sudar tinta cada vez que alcancéis una nueva zona y el juego se muestre tan parco en indicaciones y pistas como lo es. En al menos dos ocasiones, he pasado casi dos días de sesiones de juego deambulando perdido sin saber qué hacer o a dónde dirigirme; algunos objetos están en los sitios más rebuscados y escondidos que podáis imaginar, por lo que os adelanto que esta aventura es todo un reto en la que vale la pena pararse un momento a pensar, atar cabos y no descartar por completo ninguna opción, eso sí, siempre deleitándonos una y otra vez con sus exquisitos y coloristas parajes. A parte de los ítems imprescindibles para el avance, y también ocultos a conciencia, nuestro héroe encontrará otros para mejorar sus habilidades. No es preciso encontrarlos todos… pero dirigirse hacia el final del juego sin una buena cantidad de estos es prácticamente un suicidio por la ferocidad e insistencia de ataque de los enemigos y, sobre todo, porque los final boss nos van a leer la cartilla como no tengamos un nivel adecuado para enfrentarnos con ellos. Todos nos exigirán cierta estrategia y persistencia, y quitando alguno, resultan bastante divertidos de combatir y vencer. A este respecto, hay un elemento básico en cualquier juego que aquí no se terminó de ajustar lo suficiente, y me refiero al control del protagonista. Tal vez la imprecisa forma de dirigir a nuestro E.G.G. resulte divertida por encajar tan bien con sus alocados y patizambos movimientos… pero al poco tiempo esto acabará por cabrearnos, y creo que es algo que llega a ensombrecer un poco el resultado general, ya que los vaivenes son tan difíciles de dominar que nos terminaremos cayendo cientos de veces por precipicios… y si utilizamos el Eco Spin ya ni os cuento. Es inestable, impreciso y poco afinado, y no solo en el desplazamiento, también hay una alarmante falta de precisión en la detección de golpes y a la hora de saltar a un nivel inferior. Aunque si en algún momento no nos apetece proseguir la aventura, siempre podemos dedicarnos a los minijuegos o a encontrar Metamos. En esta aventura las tareas pendientes rara vez tocan a su fin.
Más que un Action RPG ortodoxo, yo definiría a este Elemental Gimmick Gear como un enorme puzle en sí mismo, una aventura de grandes proporciones (unas 35-40 horas de juego) en la que el ingenio a la hora de proponernos dificultades está siempre muy vivo. A veces es espontaneo, a veces exasperante y sobre todo bastante laberíntico y poco explicativo. Tiene auténticos puntazos álgidos, como las batallas entre dos “armordress” o los flashbacks que nos cuentan historias de alguno de los personajes secundarios, algunas realmente tristes y sentidas. Ciertas sub-tareas (que debemos buscar a conciencia) influyen en el final del juego, dependiendo de las decisiones tomadas o de los actos cometidos. Y lo narrado en el final se puede extrapolar perfectamente al mundo en que vivimos, y desgraciadamente estoy más de acuerdo con la mentalidad de Psycho Mother que con la del protagonista. Pero esto… ya es filosofía personal.
- Lo Mejor Del Juego: Su apartado gráfico es puro arte visual, y la banda sonora, muy acorde, representa una grata sorpresa tras otra. Es un universo muy personal. Las batallas en 3D son vibrantes.
- Lo Peor Del Juego: Sin duda, el control sobre el personaje, a veces nos sacará de quicio. Pasarnos horas perdidos ante la nula información es algo que tenemos que asumir antes de ponernos con él.
----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----
La Música de este RPG
__________________________________________________________Tan solo en las primeras horas de juego, en Elemental Gimmick Gear se concentran algunos de los mejores temas de todo el juego. No es por ello casualidad que la selección se centre en ellos. Pero más allá, existe una gran variedad de temas. Su banda sonora toca casi todos los palos existentes, desde el jazz hasta composiciones claramente electrónicas, pero todas ellas consiguen hacer sentir al jugador totalmente inmerso en todos y cada uno de los bellísimos escenarios.
E.G.G. (Movie Version). De esta forma tan relajada y atmosférica (aunque con una tierna voz de fondo narrando la historia) comienza todo. La melodía que aquí apreciamos es el tema central del juego; escucharemos varias versiones de la misma adaptadas. Es preciosa en toda su longitud, incluidas esas partes de piano en las que la canción parece casi desaparecer y poco a poco se va creciendo de nuevo en intensidad. Es ciertamente melancólica pero también tiene una parte orquestada con total grandilocuencia.
Celen. O Selen, como es conocida en la versión occidental, la científica que primero establece un vínculo afectivo con el protagonista. Desde luego, si tras unos minutos escuchando este tema no se te mueve algo por dentro... es que eres de piedra. La emocionante melodía, sus cambios de tesitura, su halo triste y desesperado... está creada para inspirar sensaciones a borbotones. Por suerte, está muy bien aprovechada. Aunque el piano es lo mejor, añade poco a poco más instrumentos hasta volver al melancólico inicio.
Armor Dress. De entre las canciones más animadas que conforman el repertorio de este E.G.G. he escogido esta por varios motivos. La batalla en la que suena es de las más frenéticas y largas del juego, pero también de las más divertidas por lo equilibrado de su dificultad. Además, no se limita solamente a subir la tensión del jugador, ya que su trepidante ritmo y el toque vibrante que le añade el saxofón te hacen mover el esqueleto a su ritmo aunque sea de forma inconsciente.
Noman. Titulada igual que el jefe final del juego, esta es la elección más personal que he hecho en esta lista. Es difícil decir exactamente porqué, pero a mí me ha transmitido mucho. Cerrad los ojos y escuchadla con calma, seguro que os encaja perfectamente en el corazón de una gigantesca ruina, con esa sensación de quietud y vacío. También puede que le haya cogido cariño porque su melodía principal me recuerda a una balada de Stratovarius. Es puramente ambiental, pero también de las que más se quedan.
Pub. Aquí llega una de las que sin duda se posicionaron en seguida entre mis favoritas. Me encantan este tipo de composiciones de bar, las he visto en muchos juegos como por ejemplo Evolution o Rogue Galaxy y siempre me transportan inmediatamente a esos antros oscuros de sórdidos ambientes donde el humo y el olor a alcohol flotan en el aire. En el bar de Rot, un viejo lobo solitario, una mujer ligera de cascos, Sheeba la camarera y Lark, el pianista, parecen querer evadirse de la dura realidad que les rodea.
8 comentarios:
Muy buen comentario!! Yo con este juego tuve el problema del "Hype"... me costó tanto conseguirlo y encontrarlo y le tenía tantas ganas por cosas que había leido en algún pequeño partado de alguna revistar (creo que Todo o Megasega...) que cuando finalmente (2 años después de buscarlo) lo conseguí en una tienda de importación... al jugarlo me decepcionó bastante porque esperaba muchísimo más de lo que realmente llega a ofrecer... me costó alternarlo con otros juegos para finalmente acabarlo... cosa que nunca o casi nunca suelo hacer con los Rpgs...
¡¡Hola Diego!! Muchas gracias, tus comentarios siempre serán muy apreciados aquí. ¿Sabes el pequeño "problemilla" que le he visto al juego? (a parte del tema del dudoso control sobre el protagonista) Que es un juego que te tienes que jugar a ritmo constante, porque tiene partes tan engorrosas y es tan laberíntico a veces que dejarlo durante un pequeño tiempo ya puede suponer que no lo termines. Por eso me lo pulí todo de tirón jeje. A mí, al igual que te sucede, me gusta dedicarme en cuerpo y alma a un solo RPG a la vez hasta que lo termino, no me gusta mezclar sensaciones de varios títulos porque cada uno tiene su esencia propia... es como que se contaminan y al final no se me queda un conjunto definido en la mente. Pero evidentemente cada cual tiene su modus operandi jeje. ¡¡Un saludo!!
Por aquí,pasando por tu blog amigo mio!. Me haz descubierto un interesante juego que,debo admitír...No conocía. Con SEGA,solo he llegado a Saturn y más por los matamarcianos,que tiene un catálogo estupendo en ese apartado.No puedo opinar demasiado pero aún así pasé a leer este análisis que cómo siempre ESTUPENDO. Un cordial saludo,sigue disfrutando de la magia de los RPGS.
Amigo Azort Zonih, seguiremos disfrutando hasta el fin de los tiempos :). Muchas gracias, siempre me animas un montón con tus comentarios. Dreamcast tiene cosas muy espectaculares. Tal vez este Elemental Gimmick Gear no se pueda infiltrar en primerísima línea de los RPG para esta consola, pero sí muy cerca de ella. En cualquier caso, es muy jugable e interesante. ¡¡Un saludo enorme!!
Hola, excelente articulo. Tienes un blog muy interesante, ¿de casualidad tienes análisis o reseñas de varios juegos poco conocidos de la dreamcast?
¡Qué tal Miguel Ángel! Mil gracias por pasarte y leerme, espero contarte entre mis visitantes habituales :). Aunque es una consola que adoro (sin duda, una de mis tres favoritas de la historia), se aleja un pelín del concepto retro, según considero, que se trata aquí. No obstante, hay varios análisis en este blog, como este, ambos Evolution o los dos Shenmue, Skies of Arcadia o Grandia II, aunque ciertamente, son los RPG más conocidos del sistema. Pero en absoluto me cierro a ir aumentando su representación. ¿Tendrías alguna preferencia en particular (Record of Lodoss War, Dragonrider, Time Stalkers, Maken X...)? Un saludo.
Hola, disculpa, el trabajo y la universidad me saturan demasiado jajaja como tal el egg es el primero en dicho genero (rpg) que experimento en la Dream, o de los que mencionas, siento que no la he podido aprovechar tanto como quisiera, sabes? sin embargo los que mencionas también me llaman mucho la atención, ciertamente los he leido en blogs muy antiguos y nostalgicos jajaja por allá del 2003, siempre es curioso, la Dream tenia juegos bastante interesantes, me llamó la atención encontrar un blog tan reciente ✌ ✌ ✌
Hola Miguel Ángel,
No te preocupes, tus comentarios siempre son bienvenidos. EGG es, tal vez, lo más parecido que los usuarios de Dreamcast pudieron experimentar a la saga The Legend of Zelda. Una aventura RPG que sobre todo, enamora por sus brillantes gráficos. No fue una consola especialmente pródiga en RPG, pero tuvo sus muy buenos exponentes. 11 añitos cumple este año El Pequeño Rincón de los Grandes RPG, y esperemos que sean muchos más. Ya sabes, como si estuvieses en tu casa. Un saludo.
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