Tales of the Abyss (Playstation 2, Action RPG)

Antes que nada, desde El Pequeño Rincón de los Grandes RPG, agradecer a mis lectores las continuas votaciones que va recibiendo la encuesta, las cuales me sirven de guía para decidir cuál será mi próxima aventura a los mandos de una consola, y por supuesto, desearos a todos un feliz verano. Fruto precisamente de esta “lista de deseos” ha llegado a mis manos este Tales of the Abyss, uno de los más exitosos de la historia, y desde luego, una vez puesto el punto y aparte, reconozco que no es para menos. A pesar de que la saga es una de las más longevas que ha dado la historia de los RPG, con cada capítulo uno descubre una aventura plagada de momentos especiales, grandes sensaciones y sobre todo, unos argumentos absolutamente enriquecedores, trabajados y detallistas a más no poder. Sin prescindir de esa parte fantástica y aventurera, la saga de Namco siempre se ha caracterizado por rizar el rizo hasta límites insospechados hasta tal punto que, si bien su aspecto visual puede llamar la atención de jugadores de todas las edades, su retorcido argumento puede provocar que, debido a la cantidad de conceptos que hay que entender y aprender en su universo propio, el intervalo se recorte drásticamente.


Otro de los aspectos que puede echar para atrás en su decisión al jugador medio es el hecho de que este capítulo nunca fue traducido a nuestro idioma oficialmente ni en Ps2 ni en Nintendo 3DS, a lo que hay que añadir la ingente cantidad de textos que tendremos que leer para entender la historia como es debido. No es un inglés especialmente complicado (como pudo ser el de Vagrant Story, por ejemplo), pero es cierto que tiene bastantes tecnicismos y se ha de prestar una atención extra. Sin embargo, quien a pesar de todo se atreva con esta colosal aventura (existe un parche al español desarrollado por el equipo de Tales Translations), descubrirá uno de los puntos álgidos a los que ha llegado la saga, casi insuperable y con un trabajo técnico y argumental que, una vez concluido en toda su magnitud, nos va a dejar completamente boquiabiertos. Un inicio que descoloca, extraño, confuso y casi abrumador por la cantidad y la creatividad de los conceptos que encierra; todo se nos presenta de golpe, sin apenas significado, un torrente de ideas y elementos que nunca antes habíamos visto en ningún RPG, navegando por una línea argumental quizá no tan enormemente original (la salvación del mundo suele ser una base narrativa muy extendida), pero con unos vuelcos y revelaciones desde un principio que harán que tengamos que agudizar nuestra mente más de lo habitual. Al igual que sucedía con Tales of Symphonia con los cristales cruxis y los engarces protectores, la historia de este Tales of the Abyss introduce elementos muy propios y únicos, como los fonons, las partículas de memoria y el Score, en torno a los cuales girará prácticamente todo. La intro empieza con la voz de Yulia narrando (sin subtítulos) unas frases premonitorias de dicho Score. En el momento en que el séptimo fonon fue descubierto, hace miles de años, todo cambió. Dicha premonición, una partitura por la que el mundo entero debía guiarse a partir del momento en que Yulia enunció aquellas palabras, dio a todo ser viviente e inerte un papel predestinado, una elección anticipada para sus acciones… y el mundo se dejó llevar por este destino anticipado. Al mismo tiempo, y tal como estaba escrito, esto desembocó en distintas guerras por el control del futuro mismo, con lo que muchos empezaron a preguntarse si los actos sucedían porque ya estaban augurados o se provocaban para cumplir aquella profecía que prometió infinita prosperidad a la tierra de Auldrant. Sin embargo, el ansia de jugar a ser Dios creó una figura que no debía existir, y que provoco la desviación de lo escrito en los textos sagrados, convirtiéndolos en tan solo una alternativa a seguir. Y como en todas las historias, surgieron fieles adoradores y acérrimos detractores. Y esto, amigos, no es ni tan solo una sombra de la complejidad argumental que vamos a encontrarnos, pero por suerte, y a base de machacar conceptos, estudiarlos en distintos contextos y mediante las secuencias, todo se va asimilando, poco a poco, pero con firmeza.

Incluso algo tan conveniente como identificarse con el protagonista va a ser complicado al principio. Un personaje vago, caprichoso, ignorante, malcriado y arrogante como pocos hemos visto, nada que ver con sus compañeros de viaje. Pero gracias a esta actitud, se pueden apreciar mejor los valores principales que el juego intenta inculcar con el transcurso de la historia: la madurez, el sacrificio, y sobre todo, algo tan interesante como la identidad o, más adelante, deliberaciones sobre la inmigración y las fronteras en el mundo. La profundidad y detalle de los diálogos será un elemento clave para continuar sumergiéndonos poco a poco en el juego. La variedad de personajes protagonistas, hasta seis manejables, y antagonistas, poseen una personalidad subyugante, magnífica, cada cual con un rol muy desarrollado y un aspecto encantador. Sus diseños han sido cuidados hasta el más mínimo detalle, con unos ropajes muy vistosos y originales, muy aferrados al estilo anime, que es de lo más destacado en un apartado que también nos facilitará la labor de apreciar el conjunto de bondades que posee esta maravilla de juego. En esta ocasión, no se utiliza el cell shading como ocurrió en Tales of Symphonia, pero hay que destacar la paleta de colores tan lúcida, sobre todo en cada uno de los personajes y en la mayoría de las ciudades, poseyendo algunas de ellas una belleza arrebatadora. La tétrica ambientación del castillo Choral, la majestuosidad de la capital Baticul y particularmente las impresionantes cascadas que rodean el palacio en la ciudad de Grand Chokmah serán capaces de dejarnos casi sin aliento gracias a sus inmensas proporciones y la sensación de movimiento y vida que destilan. Precisamente es el acertadísimo uso de la iluminación lo que otorga tanta vivacidad. Incluso en las grutas, que tienen un aspecto más oscuro, esta estará implementada de una forma magistral. En cuanto empezamos a visitar los pueblos y sus gentes, la cosa se multiplica. Carismáticos, cautivadores y muy hermosos, con sus jardines floridos, sus calles escondidas y grandes construcciones, en las que se nota un gran trabajo artístico y una gran personalidad. Los detalles inundan a cada uno de ellos. El vapor de las cataratas o el mecer de los árboles por el viento son un gran ejemplo, pero lo que más me ha gustado en términos generales han sido los interiores de los habitáculos, cálidos y equilibrados. Como ejemplo, algunas habitaciones del palacio de Baticul, de la mansión, o la decoración en las tabernas, que es sencillamente genial, rebosante de estilo, con gusto exquisito por distintas épocas. En el mundo exterior, cada zona tiene sus propios elementos identificativos. Fantásticos los relámpagos del Qliphoth, las tormentas de arena del desierto (cómo me gusta Chesedonia…) o incluso la curvatura del horizonte cuando viajamos por los cielos. Cuando recorramos Keterburg o el monte Roneal alucinaremos con el efecto de nieve y su cándido entorno… y mil sorpresas más que encontraremos. En cualquier caso, y aunque os aseguro que disfrutaréis de lo lindo con sus gráficos, lo encuentro un paso por detrás de otros títulos como el Tales of Symphonia o Tales of Phantasia, algunos lugares como el bosque de los Cheagles podrían haber estado más trabajados y llenos, se echa de menos más frondosidad en este tipo de entornos.

La sabia y talentosa mano de Motoi Sakuraba, con los aportes de Shinji Tamura y Motoo Fujiwara, de nuevo sujetó la batuta a la hora de componer la banda sonora, como ha hecho con prácticamente todos los juegos de la serie. Por octava vez consecutiva en esta, el resultado es casi inmejorable. Es, sin duda, uno de los mejores y más experimentados compositores que han existido nunca en el mundo del videojuego. En su haber, existen grandiosos trabajos, como las sagas completas de Baten Kaitos, Golden Sun, Star Ocean y esta que nos ocupa. La huella que deja en los videojuegos con los que trabaja es imborrable, y si ya de por sí son creaciones maravillosas, su música termina de redondearlas. En Tales of the Abyss, el carisma de su estilo quizá no está tan marcado como en otros juegos, pero solamente con escuchar la composición que ambienta la capital imperial de Malkuth, con esos evidentes aires progresivos, nos vendrán a la cabeza otras de su cosecha, como la del bosque de Ymir en Tales of Phantasia. Otras, como la de Keterburg, recuerdan por estilo a las utilizadas en otros pueblos nevados de esta misma saga por emplear ciertos instrumentos. Sin duda podemos encontrar un sinfín de genialidades buceando entre su amplísima y variada banda sonora. Los temas nos sobrevienen repentinamente con ciertas situaciones, creando una tensión evidente, o aportando calidez a los momentos más sentimentales, y la calidad de las orquestaciones están fuera de toda duda, incluyendo algo tan necesario en un juego con tanta carga religiosa (aunque a su manera) como órganos y campanas. La parte coral de Baticul, con voces excelentemente digitalizadas, es una gozada, uno de tantos ejemplos de acompañamiento ambiental que tanta sensación espiritual transmiten. Y por supuesto, siempre encontraremos pequeñas joyas en forma de composición, de esas que uno no espera, como la de los puzzles de los almacenes, que son una verdadera delicia y que nos pasaremos horas silbando. La calidad general de este apartado hace casi obligatoria la escucha de su banda sonora durante y después de haber vivido esta gran aventura, para degustarla por separado. El apartado queda completo con la espectacularidad de los efectos de sonido, algunos de ellos dinámicos respecto a nuestra posición frente al lugar del que provienen. En los recargados combates, podremos escuchar las voces de nuestros héroes, destacando sobre todo los cantos de Tear a la hora de invocar las magias. Los actores de doblaje también merecen todo el reconocimiento, ya que su labor fue impresionante, con horas y horas de voces llenas de emoción y teatralidad; esto ayuda enormemente a acercarnos a los personajes, junto a las conversaciones espontáneas (en donde se agradece el gran estilo del dibujante Kōsuke Fujishima).

El sistema de batalla, algo muy importante, ya que pasaremos muchísimas horas combatiendo (en mi caso, más de 2000 peleas), es una evolución del que ya vimos en Tales of Symphonia, con más posibilidades de movimiento y acción, ataques especiales y un sistema de asignación de botones muy práctico. Muy pocas llegarán a hacérsenos pesadas debido al adictivo sistema, pero incluso podemos detectar visualmente a los enemigos y por tanto, esquivarlos. Y conozco la cifra anterior porque precisamente, a pesar de tener a nuestra disposición un menú que resulta muy sencillo, nos proporcionará una enorme cantidad de datos y estadísticas. Los puzzles que forman parte ineludible de la historia están diseñados con una precisión e inteligencia alucinantes, y con una dificultad calculada al milímetro, como el de la Absortion Gate o el de la bella ciudad en ruinas de la Isla Feres (otro de mis lugares predilectos). Minijuegos también tendremos hasta hartarnos, desde ordenar almacenes con un sistema parecido al del clásico Boxxle a batir nuestro tiempo record superando una mansión llena de trampas. ¿Y misiones secunarias? Algo exagerado, incluso. Conseguir todas las armas Catalyst, los Cores y los títulos, recopilar todas las recetas, visionar escenas secretas, los search points, vencer en el torneo… y un etcétera casi interminable que alargará considerablemente esta enorme odisea.

Un aviso: si sois propensos a las adicciones, ni se os ocurra probar el casino de Keterburg ni la recreativa que encontraréis en Nam Cobanda, porque son dos de los minijuegos que más seriamente me han enganchado en un RPG. Pero tranquilos, porque si en algún momento se os va el santo al cielo entre tanta distracción, siempre tendréis el diario para saber exactamente por dónde continuar. Lo único que os garantizo es que sufriréis para despegaros del mando, ya que pasadas las 80 horas, todavía quedará un mundo de incógnitas por resolver… pero no voy a desvelar más, ya que es algo que tendréis que experimentar vosotros, mientras vivís junto a Luke y sus amigos esta historia inolvidable llena de dramatismo, épica, magia y ciencia, profundos sentimientos, amor, humor… que desemboca en uno de esos finales que te hace temblar de emoción, y con una fuerza argumental imparable. Y por supuesto, muchas noches bajo la luz de la luna de Auldrant.


- Lo Mejor del Juego: Su argumento es increíble, tan complejo como adictivo. Su intensa profundidad emocional. Los personajes tienen una personalidad muy fuerte y definida. Las voces.

- Lo Peor del Juego: El excesivo nivel de tecnicismos en el argumento. Hay tantas misiones secundarias que agobian, y pueden perderse fácilmente sin vuelta atrás.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Una de las primeras motivaciones que me vienen a la cabeza cada vez que voy a enfrentarme a un juego de la saga Tales tiene nombre propio: Motoi Sakuraba. Su implicación en los RPG es tal, que llega a imbuir de una tremenda carga emocional a cada una de sus creaciones, imprescindible para entender y absorber toda su esencia. Desde el mismo principio, logra crear una ambientación envolvente, tan atractiva como variada en estilos y colorido que vale la pena apreciar en toda su grandeza.

Karma. Curiosamente, uno de los buques insignia en forma de canción perteneciente a esta banda sonora no fue compuesta por el sr. Sakuraba, sino por Motoo Fujiwara, e interpretada por la banda de J-Rock "Bump of Chicken". Uno de pregunta: con la imparable fuerza que destila este tema justo en el arranque del juego... ¿cómo no vamos a ponernos ya frenéticos de primeras? Su adictiva melodía, sus punteos eléctricos, su ritmo enloquecedor... 100% estilo anime japonés, al igual que la intro a la que acompaña.



Happiness in my hand. Habremos de tener paciencia y esperar a los últimos compases del juego para disfrutar de esta maravillosa melodía. Como otras que encontramos en el juego, está compuesta con una cantidad mínima de instrumentos, pero transmite más que la más virtuosa de las canciones. Además, representa el que posiblemente sea el momento más bonito del juego. La noche que lo envuelve todo, el lejano horizonte, las temerosas dudas y esas palabras que por alguna razón nunca salen... todo está increiblemente bien representado en ella.



The floating imperial city. Aunque está acreditada por Shinji Tamura, otro de los principales compositores de esta banda sonora, es difícil decirlo a simple escucha, ya que su estilo es 100% Sakuraba. En la ciudad de Grand Chokmah, piano y percusión se dan la mano para crear un aura sorprendente, muy melódica y de claros aires progresivos, con esos tempos casi indefinidos y sus ligeros cambios de intensidad. Una de esas composiciones cuyo variado menú auditivo crea un mundo de sensaciones.



The edge of a decision. Las melodías que podemos escuchar en las batallas suelen ser algunos de los platos fuertes en cualquier juego de la saga, normalmente debido a que se diferencian del resto por su estilo rockero y por su endiablado ritmo, como esta que nos ocupa. Pertenece a esas luchas contra personajes especiales, y les otorga una potencia descomunal, a golpe de solos, batería muy Heavy y órganos que le dan cierto aire progresivo, aunque menos de lo que suele ser habitual en Sakuraba.



Theme of mini game. Desde la primera vez que "caté" alguno de los minijuegos de este Tales of the Abyss, supe que por fuerza este tema sería incluido en mi selección musical. De hecho, estas partes que en otros juegos hubiesen resultado algo molestas, se me hicieron muy llevaderas gracias a la alegría y optimismo de su melodía, con silbidos e instrumentos de lo más exótico, capaces de sacarte una sonrisa pese a lo rebuscados que son algunos de sus puzzles.