
Imagina por un momento que la propia historia de un RPG cobra vida en el mundo real, y que tienes la oportunidad de sumergirte en una aventura épica y clásica, empuñando una espada, con poderes mágicos y la fuerza y la determinación para salvar el mundo del poder maligno que lo acecha y además poder alternar entre esta dimensión y el mundo en el que vives el día a día, con sus tiendas, estaciones de ferrocarril, escuelas, amigos... Una de esas odiseas que tantas y tantas veces hemos superado los amantes de los RPG a los mandos de nuestra consola. Es algo incluso con lo que algunos hemos soñado, ¿verdad? Pasearnos por un universo con castillos, princesas y monstruos a batir con la fuerza que tan solo un héroe es capaz de poseer. Pues bien, esta es precisamente la fantástica historia que experimentan Noah, Ken y Miki, los protagonistas de God Medicine, que viven sus vidas dentro de su apacible rutina cuando, un buen día, un extraño fenómeno reduce a cenizas un importante edificio de la ciudad vecina: la sede de una compañía desarrolladora de videojuegos que está a punto de lanzar el RPG más esperado de la década. Su nombre: Phantom.