Ys V - Ushinawareta Suna no Miyako Kefin (Super Famicom, Action RPG)

Después de unas cuantas semanas de descanso bloguero (aunque no de mis mandos y consolas, os lo aseguro) vuelvo a la carga con este ‘ciclo de Super Nintendo’ que ha sido la constante de este año en El Pequeño Rincón de los Grandes RPG, remontándome de nuevo a un juego de 1995, a una de las más grandes añadas de mi consola favorita, y a una saga que fue, sin lugar a dudas, una de las piedras angulares en el género de los Action RPG, concretamente a su quinta entrega: Ys V - Ushinawareta Suna no Miyako Kefin. Un RPG que, para seros francos, afrontaba con más bien pocas expectativas, y que terminó por reforzar ante mí esa verdad universal, indiscutible e irrefutable de que para juzgar un juego, por encima de todo, hay que jugarlo de principio a fin. Y digo esto porque, hasta el día de hoy, la inmensa mayoría de los análisis que había leído sobre él lo criticaban de mediocre, tachándolo del ‘patito feo’ de la saga y de ‘juego de usar y tirar’. Pues bien, mi punto de vista nada tiene que ver con esas calificaciones, y os adelanto que, en esta review, no volveréis a leerlas.

Por supuesto, dista muchísimo de ser perfecto, y con más presupuesto y tiempo de desarrollo para enfatizar esas grandes ideas que contiene, como su magnífica historia, los personajes, o su potencial jugable, podría haber tenido más repercusión, aunque para mí, vaya por delante, es el mejor capítulo que vio la luz en Super Famicom, y le da cien mil vueltas en todos los sentidos a los dos anteriores, con mayor renombre y reconocimiento. Sé que va a ser una opinión impopular, pero trataré de ¡defenderla lo mejor que sepa, porque de verdad que el juego tiene momentos verdaderamente fantásticos, mucho más profundos y estudiados que cualquiera de sus antecesores. Al contrario de la enorme maraña de sistemas para los que se lanzó Ys III: Wanderers of Ys, la quinta entrega fue totalmente exclusiva para esta consola. Un título que arriesgó mucho tratando de renovar algunas mecánicas y enfoques clásicos que la saga había mantenido celosamente hasta este momento, pero también proporcionó una amplitud a la trama que deja en pañales a todo lo visto anteriormente. A grandes rasgos, la introducción nos cuenta la historia de Niena, una misteriosa niña hallada en el desierto por Stein, aventurero y explorador, cuyo objetivo era encajar las piezas de la leyenda de la ciudad perdida de Kefin y desvelar el misterio de la alquimia. Pero Stein desapareció en su viaje cinco años atrás, y nada se volvió a saber de él. Con la intención de saciar sus ansias de aventura, nuestro héroe, Adol, llega en barco a la ciudad de Xandria, donde se le encomendará la misión de encontrar los cinco cristales con el objetivo de ayudar a la población, que desde hace tiempo está padeciendo calamidades, como el aumento de monstruos en las inmediaciones o la amenaza de un desierto que, inexplicablemente, no deja de expandirse. Pero esto tan solo es la punta del iceberg de la trama, que nos conducirá por giros sorprendentes hasta darse la vuelta por completo, con revelaciones inesperadas y momentos bastante emotivos nunca antes vistos en un Ys. El momento de la reaparición de Stein, partiendo en dos a un poderoso enemigo de un solo golpe… es uno de los más intensos que he vivido en lo que va de año a los mandos de mi Super Nintendo en todo un subidón de épica absolutamente vibrante, a lo que hay que unir amargas despedidas, conspiraciones, e incluso viajes temporales para evitar un trágico desenlace… y sobre todo, es a última hora donde el juego desarrolla y concentra su fortaleza en este sentido. Es una historia breve (demasiado), pero con elementos interesantes y originales, muy bien hilvanada y concluida, y con un ritmo más que decente cuyo ending no te dejará indiferente.

Si visualmente la tercera y cuarta parte de la saga de Nihon Falcom eran prácticamente hermanas gemelas, salvando algunas mejoras aquí y allí, el salto que dio este Ys V al respecto fue más que notable, algo que se va acentuando más y más conforme vamos avanzando y descubriendo nuevos entornos. Si bien no llega a las delicias técnicas de otros juegos de 1995, tan solo atendiendo a su paleta de colores, la diferencia con sus antecesores es tremenda. Ys V hace gala de una tonalidad, en general, bastante oscura, pero al contrario de lo que cabría pensar, con una composición de colores sorprendente y agradable, decoraciones y entornos plagados de detalles en sus superficies, en rocas, acantilados, riscos, alturas e interiores, haciendo olvidar las tonalidades y diseños muchísimo más planos de sus antecesores. Cada lugar nos parecerá más bonito que el anterior. La frondosidad de la jungla y su vegetación, y las decenas de matices y contrastes en la zona de las cataratas, con sus fluidas animaciones, por no hablar de los efectos visuales, los sombreados en los suelos del bosque, la lluvia en los pantanos de Northwood o las tormentas de arena del desierto, los efectos neblinosos de ghost layering en la gruta de Foresta o los planos de altura, que contribuyen a inyectar más vida a cada uno de los lugares, incluidas las mazmorras, que si bien están algo menos trabajadas (al igual que la pradera, o el árido desierto, más monótonos), tienen el suficiente nivel de detallismo en sus superficies para no resultar demasiado vacías, rodeadas siempre de ese aura de misterio gracias a su intencionada oscuridad. Adol posee ahora más animaciones, y aunque su movimiento es bastante acartonado, se puede controlar en 8 direcciones. Los interiores son una gozada, y se nota el esfuerzo invertido en crearlos, muy llenos y bien decorados con jarrones, cuadros, velas, mucho mobiliario y fogones. Dan una sensación cálida, y además, en cada ciudad varían los estilos, arquitecturas y materiales de las casas (la de Ramzen, de piedra, es una de mis favoritas), con plazas, monumentos... y algún secretillo. No hay demasiadas, y son pequeñas, pero están cubiertas de encanto. En combate, cabe destacar las rutinas empleadas en las magias más poderosas, con transparencias, efectos de modo 7, distorsiones y todo tipo de virguerías made in Super Nintendo, y también los enemigos finales, grandes, numerosos y con personalidad. Quitando algunas imperdonables (aunque escasas) ralentizaciones o algunos elementos escénicos que recuerdan a RPG más baratos, del estilo de The Lord of the Rings, la verdad es que es un apartado que me ha dejado más que contento y sorprendido respecto a lo que esperaba. Además, por fin se eliminó ese marco tan antiestético de la pantalla.

Para seguir sumando, se trata de un juego con una acción divertida, más fluida, y casi constante, siendo los poblados los únicos puntos de reposo. Uno de los cambios más grandes, que no gustaron a todo el mundo, está en su mecánica de lucha, olvidando definitivamente el bump system, adoptando un sistema tradicional de botón, y añadiendo la habilidad de saltar. Si bien las magias ya estaban presentes en títulos pasados, en este Ys V se puso bastante énfasis en ellas, y así, combinando los distintos ítems elementales que recogeremos podremos crear, con la ayuda de un alquimista, distintos ataques / fórmulas especiales, siendo los más avanzados realmente espectaculares y devastadores, aunque por el contrario, algo lentos en su ejecución y generalmente innecesarios. Es un añadido que podría haberse desarrollado mucho más. La detección de impactos no es todo lo buena que debería, pero una vez más, mucho mejor que la de anteriores Ys de Super Nintendo, permitiéndonos hacer más daño desde el ángulo adecuado. ¿Cuál es, entonces, el GRAN defecto de este juego, aquel por el que ha recibido la mayor parte de sus críticas? Posiblemente, su corta duración y baja dificultad, aunque para mí esto último tiene mucha menos tras-cendencia. Dedicándole tiempo a subir de nivel, a crear magias y a recorrer todos los recovecos del mapeado, he invertido un total de 15 horas en él, algo que a todas luces se me ha antojado insuficiente. Debido a su escasa duración, a veces los acontecimientos parece que se sucedan de forma algo precipitada, especialmente algunos que podrían haber dado de sí mucho más dramatismo. Las mazmorras no son especialmente laberínticas, ni largas y los enemigos son relativamente sencillos (siempre que tengamos un mínimo de nivel y buen equipo), por lo que los principales retos de Ys V residen en sus puzles, que aunque tampoco son demasiado complejos, sí están bien implementados, jugando con varios elementos como interruptores o niveles de agua. El hecho de que ahora Adol pueda saltar puso en bandeja la inclusión de ciertos elementos de plataformeo, que también se agradecen en pos de dar variedad a la acción. Un aspecto que se mantiene fiel a sus orígenes es la sanación del héroe al quedarse quieto. Pero más allá de esto y del rojo cabello de Adol, es una experiencia bastante distinta en el plano jugable. Las últimas horas son, con gran diferencia, las más intensas, gracias al número de vuelcos argumentales, resolución de enigmas, sobresaltos y espectaculares combates que se nos presentan, y que además, avivan nuestra empatía con los distintos personajes principales: aquí es cuando el juego nos atrapa sin remisión, impidiéndonos soltar el mando hasta la pantalla de Fin.

Al contrario de lo que sucedió con la anterior, esta quinta entrega sí estuvo firmada por Nihon Falcom. Afortunadamente para quienes hemos disfrutado muchísimo con la banda sonora de esta serie, la japonesa Mieko Ishikawa, junto a otros cuatro músicos, volvió a encargarse de dar vida al score de esta última entrega para Super Famicom. Dado que su historia contiene trazas mucho más emotivas que cualquiera de las de los anteriores títulos, la música debía adaptarse a este cambio. Por supuesto, los temas más épicos, con melodías más grandilocuentes y percusiones más recargadas, continúan estando muy presentes, pero por otra parte, optaron por apartarse un poco de los registros predominantes hasta entonces, y también encontraremos una gran cantidad de cortes más suaves, más armoniosos y con mucho más grado de sentimentalismo para acompañar momentos como la trágica historia de amor entre Stoker y Foresta, algunas escenas nocturnas o esa melancólica introducción. Las percusiones son ligeramente más oscuras, apagadas, con unos bajos que les sientan de maravilla, y si aludimos a la cantidad de instrumentos, y sobre todo, a cómo suenan estos, volvemos a apreciar el enorme salto de calidad entre este Ys V y sus antecesores en Super Famicom, donde todo sonaba mucho más midi. Aquí nos deleitaremos con flautas, pianos (cómo suenan los más graves, de fábula), arpas para esos lugares más místicos, guitarras, campanillas, clarinetes, fuertes timbales, trompetas y clavicordios que entre todos contribuyen a formar un elenco de tesituras que amplían enormemente los horizontes de la banda sonora, mucho más profunda, extensa, variada y plagada de matices. Incluso escucharemos una preciosa melodía que nace de la ocarina de Niena, también melodías con aires funky, árabes o medievales, con una muy acertada gama de instrumentos que de nuevo suenan maravillosamente. Más de medio centenar de cortes para un juego de 15 horas de duración. Nada mal, ¿eh? Además, la mayoría de los temas tienen muy buenas bases, algunas puramente ambientales de fondo, otras con armonías, y tempos que se salen de las melodías principales, y que les aportan mucha vida si se escuchan atentamente. En conjunto, creo que es uno de los mejores apartados del juego, quitando alguna melodía que me suena un tanto chirriante (como la de la mansión de Dorman), y aunque puede que falte alguno de esos grandes hits que resalte del conjunto, en general mantiene un nivel de calidad compositiva muy elevado. Claro que, me encantaría haberlas podido disfrutar durante más tiempo, especialmente en esos momentos más emocionales en los que te tocan el alma. En cuanto al sonido FX, más que los típicos de abrir puertas, golpear enemigos (con algunas variaciones) o los animales, me han encantado aquellos más atmosféricos, como los de las cascadas, la lluvia o la tormenta de arena cayendo sobre Felte.

Después de haberlo exprimido y disfrutado a conciencia, aún no tengo claro el por qué de tantas críticas negativas vertidas hacia él. ¿Tal vez se esperaba algo más carismático? ¿Quizá los múltiples cambios que introdujo en la saga, algunos bastante marcados, no fueron del todo bien recibidos? También es posible que a mí, al no tener grandes esperanzas puestas en él, me haya sorprendido doblemente, pero lo que me he encontrado en este RPG es un buen conjunto de personajes principales, todos ocupando un lugar más o menos sólido en la trama, una historia que me ha parecido realmente buena, con actos paralelos, momentos emotivos y acontecimientos sorprendentes que crean interesantes dudas en el jugador, además de una banda sonora tremendamente variada, bien compuesta y que suena de película. Lástima que Ys V Expert, que salió tan solo unos meses después de este, proponiendo un mayor reto / dificultad, todavía no tenga una fan translation, porque me encantaría jugarlo.


P.D. Para aquellos que queráis conocer más detalles sobre la trama de Ys V - Ushinawareta Suna no Miyako Kefin, y que obviamente ya hayáis terminado el juego (si no, puede resultar un spoiler como un templo), en este ENLACE podéis encontrar lo que en principio iba a ser el guion completo de esta quinta entrega, antes de ser recortada impunemente y quedarse en lo que finalmente pudieron disfrutar los jugadores de a pie. En el libro aparecido en 2003, titulado Ys Complete Works, se desvelaba, por fin, la historia completa, que para comenzar, se extrajo de una novela escrita anteriormente de, ojo al dato, 56.000 palabras, para que os podáis hacer una idea de la enorme magnitud que iba a tener en principio, la cantidad de personajes y actos que se eliminaron y los más que interesantes elementos que iba a contener y nunca vieron la luz, como por ejemplo, la aparición de Dogi o NPCs como Koro o el Dios del agua, sociedades secretas, la leyenda del dragón, objetos como la brújula o la ocarina, varios cambios en el orden y la dirección de algunos acontecimientos, sobre todo en el núcleo de la historia, otra relación amorosa, el pasado del Ibur Gang, el rey de Kefin y el secreto de su inmortalidad... y un ending / epílogo bastante distinto, completo, y si cabe, todavía más emocionante. Es un texto bastante largo, pero de verdad que, a poco interés que tengáis en el juego, merece la pena leerlo hasta el final. Tal vez un hipotético futuro remake amplíe el contenido del original y desvele, al fin, todo aquello que quedó oculto. Pero eso... ya es otra historia.

- Lo Mejor Del Juego: El nuevo estilo gráfico, con mayor profundidad y los bellos entornos. La mayor amplitud de sus composiciones encaja perfectamente en una historia más emotiva.

- Lo Peor Del Juego: El mapa no es útil. Su interesante historia (brillante en la recta final) daba para muchas más que sus 15 horas de juego. Apenas presenta reto para jugadores con experiencia.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Es cierto que sería erróneo valorar a este Ys V como la mejor entrega de Super Famicom si solo nos basásemos en su notable superioridad gráfica... pero es que además, tanto a nivel jugable como sobre todo, a nivel musical, esta quinta parte también brilla muchísimo más que sus dos antecesores en la consola. Y esto último ya es cuestión de talento compositivo, no entiende de épocas ni siquiera de sistemas. Así pues, os presento estos seis temas de mi selección que me han dejado prendado, y han conseguido que la (corta) experiencia haya rayado incluso a mayor nivel.

Wilderness. Si os parece, iniciamos la ruta musical con uno de los temas que, por su cadencia y su fuerte contenido épico, más me gustaron de los que suenan en campo abierto. Su inicio de ritmo cabalgante, con la melodía principal formada por varios instrumentos de viento y orquestación, es tal vez una de las composiciones más rimbombantes y que más recuerdan a los anteriores Ys, sobre todo cuando llega a su clímax en esa explosión de grandilocuencia épica, con redobles y cambios súbitos en la percusión.



Peace in the street. Nuestro héroe es recibido de forma bastante hostil tras su llegada en barco a la ciudad de Xandria. Sin embargo, la música que suena durante nuestra estancia allí es, posiblemente, una de las más dulzonas y apacibles de todo el juego, con una melodía de esas con efecto calmante, formada por violines altos y notas de marimba a un ritmo lento y agradable que nos sumerge en el ambiente de la ciudad. Tal vez lo más destacable sea esa frenada súbita y cambio de melodía a mitad de tema.



Stormy town. Me encanta este tipo de melodías, y hace tiempo que no me cruzaba con una de ellas. En la ciudad de comerciantes de Felte, es perfecta para ambientar esas calles arenosas y empedradas, esos pórticos y esas cúpulas que adornan sus casas en medio del tórrido desierto de Kefin. Una marcha de fuerte sabor árabe, con un ritmo constante y unos vaivenes melódicos subyugantes, con vibratos, trinos, y una intensidad creciente que va inculcando un aire más y más épico a la composición.



Theme of lovers. Algunos de los momentos más emotivos del juego son los relacionados con la tragedia de Stoker y Foresta. Como no podía ser de otra forma, en el momento en que se nos cuenta el gran suceso suena una de las composiciones más bonitas y sensibles de todo el juego. En su inicio, está solamente formada por piano y unos coros muy espirituales como base, que sube de intensidad en esa parte central más densa, y desemboca en unos punteos de guitarra con que, tan solo con un par de escuchas, me erizaron el vello por su preciosa y triste melodía. Me encanta, por último, que termine con esos acordes acústicos.



Thieves of brotherhood. Olvidad todo lo escuchado hasta ahora, porque nos vamos por la tangente, a unos registros completamente únicos dentro del juego, con esta melodía tan resultona y funk que es la que aparece al mismo tiempo que la familia 'Ibur Gang'. Unas secuencias más humorísticas, no del todo bien encajadas en el juego, pero que se complementan de maravilla con esta composición más divertida a base de trompetas, teclados y percusiones muy groovy. Mi parte preferida es ese solo de teclado, virtuoso y adictivo, que te obliga a escucharlo hasta el final.



Crime and punishment. Y hablando de teclas, en este último corte vamos a tener una buena dosis de ellas, pues prácticamente está formado exclusivamente por órganos de tubos, además con una estructura indudablemente inspirada en la música clásica barroca del siglo 18. Dada su atmósfera tensa y ese sonido apocalíptico, es absolutamente perfecta para sonar en uno de los momentos más decisivos de la historia, llegando ya al final. Una lástima que sea tan escueta y se repita tanto, porque de habérsele añadido alguna otra parte, tal vez sería de mis favoritas solo por su tono.