Breath of Fire II (Super Nintendo, J-RPG)

Como cabía esperar, y como resultado de la encuesta en la que habéis votado en 2021, este año van a desfilar en El Pequeño Rincón de los Grandes RPG los más grandes títulos del género dentro del ámbito más conocido en Super Nintendo. Y uno de esos grandes momentos ha llegado: hoy toca vestirse con las mejores galas para hacer un solemne recibimiento a uno de esos JRPG que, solo con escuchar su nombre, a más de uno le va a provocar un auténtico torrente de recuerdos y grandes e inolvidables sensaciones. Porque sé que muchos de vosotros, por no decir la mayoría, habéis disfrutado en algún momento de esta joya, y es obligatorio que, en un blog como este, se haga merecida justicia a las enormes virtudes que lo encumbraron incluso mucho más allá de su predecesor. Me estoy refiriendo a Breath of Fire II, posiblemente el mayor punto de inflexión en la carrera de Capcom en el mundo de los RPG y, dentro de él, seguramente su obra más querida y valorada. Llegó al tercer puesto en las votaciones, pero no fue ninguna sorpresa: no me cabe ninguna duda del por qué este juego es capaz de suscitar tanto cariño y adoración.

Aunque era un tiempo donde los RPG de consola comenzaban a asomarse tímidamente por tierras europeas, en 1996 aquí el sistema de combates por turnos era algo casi tabú, y tan solo el Mystic Quest Legend había conseguido romper la barrera. Este que nos ocupa fue el segundo JRPG puro, con combates por turnos, que recibimos con los brazos abiertos, pero además trajo consigo una historia como nunca antes habíamos visto en un videojuego, con absolutamente todo lo que se le puede pedir a un buen RPG. Esta nos encandila irremisiblemente desde el principio, cuando nos muestra las primeras imágenes en blanco y negro de la niñez de Ryu, a quien la tragedia azota desde muy pequeño, y repentinamente se encuentra solo en el mundo, destinado a un orfanato en donde conoce a su mejor amigo, Bow. Tiempo después, algo drástico sucede en el mundo, y eventualmente afrontan insólitos sucesos que escapan a toda lógica: algunas personas se transforman en grotescos demonios ante sus ojos. Los bosques comienzan a secarse y la energía vital de la tierra parece ir disminuyendo por momentos. Paralelamente, la religión de St. Eva parece ir adquiriendo una importancia desmedida, y sus súbditos no dudan en fidelizar a cualquier habitante por todos los medios posibles. Muy pronto nuestros amigos, junto a aquellos que se les unirán durante su odisea, descubrirán que ambos sucesos son mucho más que una simple casualidad, y que lo ocurrido durante la infancia de Ryu no fue más que una de las fases en el plan del diabólico culto para lograr que sus seguidores continuasen rezando al dios equivocado. El guión está muy bien escrito y cohesionado, y consigue mantener nuestro interés en todos y cada uno de los capítulos en los que sutilmente se divide, sin estancarse ni flojear en ningún momento. La curva de intensidad creciente en cada uno de ellos logra unos desenlaces resueltos con fuerza e inteligencia, lo que resulta en un aluvión concentrado de emociones hacia el jugador que se van acumulando con el fin de prepararnos para un final realmente increíble, de esos que nos provocarán más de un escalofrío. El juego, sobre todo tratándose de un JRPG por turnos, está bien provisto de situaciones profundas, sobre todo basadas en los sentimientos de los protagonistas, despedidas, decisiones límite, revelaciones y sacrificios que nos dejarán en shock, como la desgarradora historia de Valerie… pero también el amor entre varios personajes relevantes tiene cabida, formando un espectro de un colorido emocional mucho más resaltado que en otros títulos del sub-género, y muy por encima de su antecesor, algo que para mí ya lo convierte en un título superior.

Con una duración que puede llegar a superar las 65 horas de juego, la trama es un ejemplo de hasta dónde se exprimieron los 24mb del cartucho, pero no el único. A nivel artístico, la diferencia también se hace patente en este segundo título, con Tatsuya Yoshikawa repitiendo como artista y creando unos dibujos para los héroes enormemente estilizados, mucho más manga, olvidándose de los típicos diseños cuadradotes e insuflando una fluidez y una chispa en los sprites que marcan la diferencia. El variado plantel de enemigos denota gran gusto y originalidad, monstruos épicos basados en distintas mitologías o en la propia naturaleza, acentuado su considerable tamaño en algunos jefes finales que, literalmente, pueden llegar a ocupar casi media pantalla. De nuevo se apostó por la reluciente vista isométrica en las batallas, en donde los personajes cobran un nuevo nivel de detalle, por no hablar de los preciosos fondos o las geniales animaciones en los ataques. Las ciudades están más llenas y son más vistosas, con más elementos (cascadas, fuentes, riachuelos…) e interiores, que a pesar de que se repiten de vez en cuando, también están cuidadísimos, muy ornamentados, cálidos y agradables, siguiendo el estilo arquitectónico de cada una de las ciudades (los de Tunlan son fabulosos)... ¡incluso podremos crear nuestra propia ciudad escogiendo al arquitecto que prefiramos! A pesar de que en general no son demasiado grandes, no están exentas de ese encanto de poder recorrerlas con facilidad y conocernos de memoria todos sus rinconcitos. El mapamundi sí muestra un aspecto más sobrio (aunque me encantan esas nubes), así que donde realmente nos cautivará gráficamente el juego será en los lugares accesibles desde este. Tal vez no se pueda encuadrar entre los juegos estrictamente Top a nivel visual de la consola, pero está muy cerca. La mayoría de los efectos visuales se concentran en las peleas, con el uso de las magias, o algún filtro muy efectivo para representar lluvia, niebla o suaves sombreados, en ocasiones acompañados por algún plano extra de scroll, y también nos toparemos con espectaculares escenas que exceden el largo de la pantalla. La paleta de colores empleada recuerda al primer Breath of Fire, pero ahora da la sensación de ser más amplia, contrastada y colorida. Y hablando de esto, lo que sí me enamoró desde el primer momento fue ese continuo ciclo del día y la noche, y la bárbara cantidad de tonalidades y sombreados que proyecta sobre todo lo que pisamos, sobre las ciudades, colinas, fondos de batalla, desde el azul claro del agua hasta el posterior anaranjado y luego púrpura… una auténtica gozada que nunca nos cansaremos de ver; algunos emplazamientos parecen totalmente distintos al sol o a la luz de la luna.

En esta ocasión, encargándose del apartado musical la compositora Yuko Takehara en solitario, y sin el magistral talento de Yoko Shimomura detrás, podríamos pensar que el nivel creativo y cualitativo descendió en este Breath of Fire II… pero estaríamos muy equivocados. No solo cuenta con más temas que su antecesor, sino que la calidad compositiva está a un nivel altísimo a la hora de transmitir, en cuanto a variedad y en cuanto a la potencia extra que algunas de las melodías pueden infundir a momentos ya de por sí enormemente expresivos. Un score de más de 50 temas que, lejos de encasillarse en composiciones exclusivamente épicas, batalleras o militares, busca ser mucho más flexible, y adaptarse como un guante a la multitud de situaciones que nos propone el juego, crearnos inseguridad, suspense, tristeza, subidas de ánimo, e incluso algún brote de humor, algo bien presente en la aventura. Takehara no dudó también en tirar de variedad instrumental como flautas, marimbas u órganos. Como ejemplo, ese corte que suena en algunos templos sagrados (que incluso recuerda al Ave Maria de Schubert en algún fragmento) o su complementaria en la iglesia de St. Eva, que me ha fascinado por sus escalas barrocas. Las melodías que se usan en campo abierto serán distintas dependiendo del medio de transporte que utilicemos, además cambiarán con el paso de ciertos sucesos en la historia. Esto también afectará a las de los combates, que son posiblemente las que más acción ostentan de todo el juego. A otras en concreto se les puede acusar de ser un tanto repetitivas (como la de algunas mazmorras) o cargantes a la larga (la canción central de las villas), pero nos sucederá veces contadas, porque por mucho que se repitan algunas, siempre nos infundirán el estado anímico que pretenden, y eso es garantía de inmersión en el juego. De hecho, diría que prácticamente no hay dos temas cortados por el mismo patrón. Junto a las excelentes composiciones que los acompañan, esos momentos tan sensibles que he mencionado antes serán capaces de ponernos los pelos de punta en más de una ocasión, y a mí personalmente su calidez me trae unos recuerdos imborrables. Canciones rebosantes de feeling que te incitan a dejar el mando sobre la mesa y a disfrutar cada segundo de esas escenas tan maravillosas, las de Sten y Trubo, Tiga y Katt, o una que me ha sacudido especialmente, la de Nina y sus padres. El elenco de efectos sonoros vuelve a ser más amplio que en la primera entrega, desde esa lluvia cayendo sobre Ryu y Bow hasta ese gracioso sonido del cubo de basura, pasando por el croar de ranas o la variedad de impactos en las peleas… hasta los besos y otros gestos inusuales tienen su propio efecto, dotados de gran simpatía.

Breath of Fire II acoge nuestros sentidos en un universo genuino, en el que todo está meticulosamente calculado. Cada paso que damos, cada prueba que superamos nos acerca irremediablemente a él. Los inicios pueden ser durillos por dificultad y escasez de dinero; esto ya es un indicativo de que el tiempo que vamos a tener que dedicar a los combates será cuantioso. Existen un total de siete personajes además del protagonista (más otro secreto), y deberemos alternarlos necesariamente para conseguir una igualdad de niveles y atributos, ya que cada uno de ellos cuenta con una habilidad exclusiva que, en algún momento, nos veremos forzados a utilizar para avanzar. Pero es que, además, el juego incluye la posibilidad de, mediante la fusión de nuestros personajes con los 6 chamanes ocultos por el mundo, crear otros de aspecto completamente distinto con poderes añadidos, con lo que las combinaciones se multiplican exponencialmente. Los combates no son especialmente dinámicos, pero son atractivos, y la variedad de magias, armamento y técnicas le aportan otro extra de diversión… ¡por suerte!, ya que en esta ocasión he disputado más de 3000. Su frecuencia es muy cambiante, y si bien al principio es moderada, en las últimas mazmorras es como para tirarse de los pelos. Como es habitual en muchos RPG, en cierto punto el juego nos abre todo su mapeado… y aquí comienza el mayor de los disfrutes. Explorar misteriosas islas, navegar por aguas desconocidas, encontrar grutas ocultas... Puede que la extensión del mapeado y la repentina libertad se nos hagan grandes, y conviene tomar nota de lugares y personajes: en Breath of Fire II todos tienen su momento, su lugar y su papel en la historia. No siempre se nos indica claramente qué hacer a continuación, y a veces podemos pasarnos horas recorriendo el inmenso mundo, por tierra mar o aire, sin un rumbo fijo, siempre con la ilusión palpitante de poder descubrir algo que nos lleve a lugares insólitos, hacia alguno de los tantos secretos que esconde, o hasta una pista clave. Esto, que en otros juegos puede llegar a cansar, en esta ocasión se convertirá en un auténtico placer. Y si nos agotamos de buscar… siempre podemos dedicarnos a los divertidos minijuegos de pesca o caza. Apenas encontraremos puzles, pero os aseguro que recorrer y orientarse en alguno de sus laberintos (ya sea en el interior de una ballena, o entre un maremágnum de confusas escaleras) ya será un reto importante. Pero lo más substancial, y el quid de casi todos los aspectos de Breath of Fire II también está muy presente en su jugabilidad. Esa clave sagrada es el equilibrio, y el dominio que esta inmortal creación de Capcom presenta sobre él es lo que diferencia, definitivamente, a los buenos juegos de los absolutamente magistrales.

Fue uno de los primeros juegos que me abrió los ojos y las puertas del camino hacia el género y mecánicas que tanto amo y, por ende, me llega a resultar incluso complicado plasmar con palabras todo el cariño que le guardo a este grandioso RPG. En este último recorrido a fondo por su mundo, he vuelto a descubrir un título colosal, técnicamente delicioso, con una historia arrebatadora, adictivo hasta no poder parar y con una cantidad enorme de secretos y sub-tramas a cada cual mejor, que van a desembocar a uno de los epílogos más gloriosos de la historia del género, una de esas rectas finales tan bien prolongadas, tan bien gestionadas y con un aumento de intensidad tan gradual que al llegar a su clímax, se transforma de repente en puro éxtasis para el jugador y en un impacto emocional que genera un recuerdo inolvidable para la posteridad. Breath of Fire II es una experiencia sencillamente imprescindible.


- Lo Mejor Del Juego: Su historia es sublime, y adictiva como pocas. Las fusiones. Dificultad perfectamente medida. Largo y apasionante, plagado de momentos emotivos. Muchos secretos.

- Lo Peor Del Juego: Algún tema muy concreto puede resultar repetitivo. La traducción inglesa es bastante infame. En ocasiones la frecuencia de combates es brutal.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Breath of Fire II es, lo sé de buena tinta, un juego queridísimo por la mayoría de los aficionados a los RPG desde la época de Super Nintendo. Y gran parte de la culpa de ello la tiene la excelsa banda sonora con la que la compositora Yuko Takehara bendijo a esta segunda entrega. Por lo tanto, es muy probable que los que leáis esto podáis tener grandes diferencias de opinión respecto a los temas que he seleccionado para esta parte. Pero por supuesto, eso es positivo, así que por favor, si os apetece podéis dejarme en los comentarios cuáles son vuestros temas favoritos del juego. ¡Todos ellos serán bienvenidos!

Our journey. Y lo digo a sabiendas de que tal vez no sean estos los temas más míticos del cartucho, pero me he basado en aprovechar la gran variedad de estilos y tesituras que presenta la banda sonora para hacer mi selección. Este en particular podría ser el más clásico a nivel sonoro. Un tema épico y aventurero, muy expresivo, que rebosa aventura por sus poros, pero que no excluye cierto sentimiento de pesar en sus líneas. Su base de ritmo casi militar la hace ideal para deambular por el mundo.



God of decadence. Nos llega ya en la recta final del juego, e indudablemente es una de las que más me ha marcado. Y es que este tipo de temas tan inspirados en la música clásica me fascinan. Íntegramente compuesta con órganos y celestiales coros, le da una ambientación soberbia, entre lo sagrado, lo amenazante y lo tétrico al templo de St. Eva. Los primeros compases van a dar a unas líneas claramente barrocas que dotan a la canción de una exquisitez innegable. De esas que no nos importará escuchar 100 veces.



Crooked ladder. Sorpresas musicales hasta el final del juego. Cuánto me gusta esto por la vida le da a un RPG. Y ningún sitio más apropiado para lucirla (además, de forma exclusiva) que en Dologany, el pueblo secreto del último reducto del Clan dragón. La sensación que transmite este tema es potentísima, misteriosa, oscura, con unos arpegios y una melodía decadente y tremendamente espiritual que no deja de llegarnos al alma con sus subidas y bajadas anímicas, especialmente en su parte final. Hermosa.



Cold and dark. Es, seguro, la melodía más apagada y cavernosa que encontramos durante la aventura, y curiosamente no se presenta en ninguna gruta o mazmorra, sino en partes como el oscuro pozo de TownShip para envolverlo todo con un manto aún más decadente. Lo cierto es que parte de su encanto también se percibe por el hecho de que no se parece a ninguna otra. Sutil orquestación y notas de piano que van descendiendo hasta tonos muy graves. No hay un ápice de luz en ella, y eso también la hace atractiva.



Wanderer. Creo que no me equivoco si digo que muchos de los que han jugado a Breath of Fire II han caído rápidamente bajo el influjo de esta melancólica composición. Sus alargadas notas bajo el constante arpegio son capaces de sumirnos casi en un estado de ensueño. La parte final, donde se crea otra melodía adicional, es tal vez la más profunda. Es una de las que iremos encontrando con frecuencia, y no es de extrañar, pues su capacidad transmisora la hace perfecta para ese espíritu tan cálido del juego.



Left unspoken. Mira que hay melodías rebosantes de intensidad emotiva en este juego... pero tras varias escuchas, definitivamente me he quedado con esta. La atmósfera con la que dota a los momentos más profundos del juego es arrolladora. Los pianos dominan la composición, y además de forma magistral. Tiene una fuerza para transmitir increíble, pero es a partir del medio minuto, cuando las notas de piano rompen el ritmo y se vuelven especialmente tristes, cuando te encogen realmente el corazón.



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Ejemplares de mi colección

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Breath of Fire II: The Fated Child

Bonito ejemplar de Breath of Fire II el que os quiero mostrar. Diría que es uno de los RPG americanos de Super Nintendo mejor conservados que tengo. Adquirido a través de eBay a un vendedor americano, aunque con cierto chanchullo de por medio (saltándonos los canales oficiales) para que saliese más barato. Versión, como digo, NTSC-USA absolutamente completo, con todos los extras en un nivel de conservación que da gusto ver. De hecho, hasta tenerlo en mis manos desconfié de su originalidad por la relación calidad / precio. Pero puedo asegurar que todo es 100% genuino.

Caja completamente íntegra, con todas sus pestañas perfectamente en su sitio y sin roturas ni deformaciones. La superficie de la portada con la imagen principal tiene señales del paso del tiempo si se mira a contraluz, pero de frente se ve perfecta, y todavía mejor la parte trasera, que conserva mucho más brillo y se ve lisa y limpia. Salvo alguna arruguita en alguna esquina y algún canto ligeramente pelado, no hay nada que reprochar.

Dentro encontramos el cartón protector del juego, conserva su blanco intacto. Tiene una pequeña manchita circular en la parte de abajo, en el interior, y una pestañita trasera ligeramente doblada. Perfecto estado, denota poco uso.

El cartucho, a pesar de ser la parte que más suele manipularse, también está en un estado genial, nada negativo a reseñar. Superficie rugosa típica de los cartuchos NTSC-USA, etiqueta brillante y súper nueva, conectores bien limpios y parte trasera intachable (aunque con el adhesivo un poco torcido).

El manual está quizá mejor por dentro que por fuera, ya que sin ser nada grave, en la portada se observan dos imperfecciones. Una de ellas se ve al trasluz, como una mancha circular que, sin embargo, no deteriora las letras por las que pasa. Lo más notable son los dobleces que tiene en la parte superior, seguramente debido a forzar el manual al guardarlo en la caja. Sorprendentemente, las esquinas están impecables. En su interior, sencillamente, podría pasar perfectamente por nuevo.

El mapa, palabras mayores. En la parte del título, a la parte inferior derecha, tiene una mancha de líquido que se nota bastante, aunque por suerte no es muy grande, y otras de color rojo menos apreciables. Lo importante es que está bien cuidado al manipularlo, no tiene nada roto, ni desgarros, ni rayas ni nada que empobrezca su aspecto. Apenas se notan, de hecho, las marcas al doblarlo.

Los extras consisten en el panfleto de advertencia para epilépticos y el mini desplegable con el que se podía solicitar la guía oficial del juego o suscribirse al club de la revista americana Nintendo Power. También tengo la bolsita original así como el plástico de resguardo de los conectores. Un CIB 100% en toda regla.

Fecha de adquisición: 20/01/2009.
Precio: 52$ (unos 45,84€).



Breath of Fire II - Shimei no Ko

Aunque muy por debajo del nivel de calidad que la copia del juego americano que poseo, esta versión NTSC-Jap luce un aspecto más que aceptable. Se nota que ha tenido bastante más traqueteo, pero realmente no tiene ninguna imperfección crítica, por lo que sigue siendo una buena pieza de colección. Como casi todos los juegos de Super Famicom, solo por sus preciosos dibujos exclusivos y dibujados a mano, ya merece la pena tenerlo.

Repasando a fondo la caja, se notan varias marcas de uso. La carátula tiene algunas rayas en el cartón por haberlo doblado, en esquinas y en las aristas, aunque su colorido se mantiene al 100%. Detrás encontramos alguna abolladura (sin rotos) y aquí, en la parte inferior, una deformidad debido a un mal encaje de la solapa del lateral, aunque cierra perfectamente. Por suerte, conserva todas las solapas. El plástico interno es lo que luce un aspecto más feo, un poco amarillento pero sin ser catastrófico.

El cartucho muestra un estado mucho más óptimo, nada de color amarillento, ni manchas, ni rasgos de uso. Pegatina brillante con su correspondiente código y una parte trasera ligeramente más oscurecida pero casi impecable. Tan solo en las hendiduras del plástico está un pelín sucio.

Y que auténtica gozada de manual, amig@s. Contiene infinidad de pequeños dibujos y diseños a mano que inundan sus páginas, comenzando por una lámina a doble página donde se cuenta la historia, un mapa, imágenes de los héroes y de algunos momentos de la historia... en fin, para perderse en él. No diré que está 100% perfecto porque tiene alguna arruguita en portada y contraportada, pero el resto se encuentra en un estado maravillosamente cuidado.

Una lástima que en este ejemplar no vinieran incluidas las dos tarjetas típicas de los juegos NTSC-Jap, que le darían el valor completo. Por lo demás, el juego se lanzó sin más extras que esos.

Fecha de adquisición: 2017.
Precio: 12€.