Y es que en Castlevania II – Simon’s Quest se dan muchos elementos RPG, por lo que podría considerarse un juego de acción, rol y plataformas. Son solamente pequeñas características, no se puede decir que haya que encuadrarlo necesariamente en este género, pero siendo sinceros, lo mismo sucede con los títulos de la saga Zelda, por lo que si unos llevan por aquí desde los inicios, este también tiene razones para estarlo. La saga Castlevania me enamoró perdidamente hace ya muchos años, más de media vida, con Super Castlevania IV. Este llegó, por distintos motivos, a ser una obsesión casi enfermiza para mí (y en cierto modo lo sigue siendo), y de aquel gran descubrimiento, fueron desfilando por mi televisor la gran mayoría de capítulos, incluidos los más actuales pero salvando los creados en 3D, que por lo que he probado, no me interesan en absoluto salvo quizá Castlevania 64. Y es que esta serie, tan de culto en sus inicios pero tan famosa a día de hoy (con reciente serie de animación incluida) ha experimentado muchos cambios y evoluciones que han cambiado poco a poco, para bien o para mal, la mecánica de la saga, pero no del todo su esencia, que continua viva. A partir del grandioso Symphony of the Night (uno de los mejores de la historia, sin lugar a dudas), se fueron añadiendo elementos RPG como niveles de experiencia, evolución de armas, desbloqueo de caminos, o incluso textos conversacionales. Pues bien, se puede decir sin temor a equivocarse que el germen, el prototipo de todas esas evoluciones, reside en el corazón de este Simon’s Quest, que posiblemente en su día no fue bien entendido, ya que continua siendo uno de los más desconocidos. Quizá los cautivados por la primera parte esperaban una continuación directa más afín en espíritu y desarrollo, y se sintieron descolocados, sin ir más lejos, al comenzar la aventura en uno de sus muchas aldeas. Tras el primer Castlevania, volvemos a encarnar a Simon Belmont, uno de los cazadores de vampiros más legendarios, en su incansable lucha contra Drácula, o más bien en este caso contra la maldición que este hizo arraigar en el alma del joven en la primera parte. Para librarse de ella, el objetivo reside en encontrar las cinco partes del cuerpo despedazado del vampiro para quemarlas en el fuego eterno y devolver así también la paz a Transilvania. Una misión nada fácil, ya que a las hordas enemigas, en esta ocasión se une la parte de investigación, de seguir las pistas descritas por los aldeanos para poder llegar a cada una de las cinco mansiones en las que se divide el juego, donde encontraremos las partes que buscamos.
Esa es la forma de avanzar, pero en medio hay muchas particularidades. En las ciudades, tendremos que buscar bien a sus habitantes, ya que algunos nos darán valiosas informaciones, otros (la mayoría escondidos) nos venderán misteriosos objetos y también habrá de aquellos que nos proporcionen información falsa. El problema de esto último es que es cuestión de prueba y error averiguar quien miente y quien dice la verdad, no hay otra forma, con lo que en ocasiones resulta bastante frustrante. He leído en muchos sitios que la dificultad de Castlevania II radica principalmente en el aumento considerable de elementos plataformeros, bloques en movimiento, saltos delicados… pero no estoy para nada de acuerdo. El juego en sí es bastante accesible y en cierto modo, benévolo comparado con otros capítulos. Con paciencia, atención y cuidado podremos avanzar por sus muchas localizaciones sin excesivos agobios. Tan solo es cuestión de no correr a lo loco, medir bien el timing de los saltos y tener un cierto nivel de orientación. Y por supuesto, como novedad, llevar el nivel de experiencia adecuado a cada nivel (mansión). Tendremos a nuestra disposición continuaciones y armas infinitas una vez las adquiramos, ya que los corazones solo se utilizan, a parte de para subir nivel, como moneda de cambio, y en las iglesias podremos reponer toda nuestra energía. Además, cuando perdemos una vida, el juego nos sitúa justo donde esto ha sucedido. Yo el principal problema lo veo en las claves para avanzar en ciertos puntos, que pueden hacer que el juego pase de tener una dificultad razonable a ser sencillamente imposible. No me parece ético desvelar aquí nada concreto que destripe el avance, pero creo que algunos puntos en concreto no son de recibo ni de lejos. La falta absoluta de lógica es la principal arma que tiene el juego para castigarnos, y lo hace con mucha dureza. Las pistas que recibimos en los poblados no son suficientes, o están muy abiertas a la interpretación, o son insignificantes o falsas, incluso algunas están muy bien ocultas, y para colmo de males, tengo entendido que la localización que se hizo al inglés desde el original para Famicom Disk en japonés es horrible y tan descabellada que algunas frases traducidas pierden totalmente su sentido o su significado respecto al texto original. Desde ya, os aseguro que jugándolo desde cero vais a consultar alguna guía, al menos, en dos ocasiones. Es cierto que este era el clásico modo de dificultar las cosas al jugador que tenían los juegos antiguos, y hasta cierto punto no deja de ser entrañable, ojo, pero imagino a tantos y tantos chavales que nunca terminaron el juego cuando no había revistas ni guías… y creedme, vale la pena.
Encontraremos en nuestro camino la nada despreciable cifra de 7 poblados, en donde podremos recuperar vida, mejorar armamento en las tiendas, cambiar esferas de color, preguntar a sus habitantes… y por supuesto, también morir. Los elementos plataformeros también llegan hasta aquí, junto con las clásicas e interminables escaleras marca de la casa. En el diseño de sus casas podemos observar detalles que nos recordarán, automáticamente, que estamos en un Castlevania. Fachadas lúgubres y deterioradas, ventanales siniestros, arcos góticos, cruces… quizá en general no es un capítulo tan espectacular como los otros de NES, no contiene tantos elementos grandes ni es tan vistoso, pero tiene un aire bucólico, unos escenarios abiertos y unos entornos irresistibles, algunos de ellos con unos fondos bastante evocadores. Las zonas ruinosas, los puentes medio derruidos y los empedrados corroídos, todo tiene un encanto que solo podemos encontrar en los primeros capítulos de la saga. Y aun repitiéndose el estilo de sus entornos, viajaremos por muchos lugares distintos, varios cementerios de lo más tétricos, bosques inquietantes, mansiones llenas de trampas y planicies devastadas por el paso del tiempo. Conforme nos acerquemos a los dominios de Drácula, los pueblos se volverán más inhóspitos y las tierras más desoladas y peligrosas, al igual que los enemigos aumentarán en número y en resistencia. Al igual que en el colorido de los pueblos, también será útil fijarnos en el de los enemigos, pues será así como averigüemos su nivel de dificultad y su utilidad a la hora de subir de nivel. La variedad de los monstruos va en detrimento de la utilización de colores, pero podemos ver diseños interesantes, como demonios voladores, momias, fantasmas o las archiconocidas estatuas que escupen fuego. Los movimientos de Simon son algo más fluidos que en su antecesor y debido a la mayor variedad de armas, con nuevos gráficos y animaciones. Llama bastante la atención el hecho de que solamente nos enfrentaremos a tres final bosses, con un diseño y tamaño aceptables, aunque se espera algo más de un Castlevania. En general, incluido Drácula, pasan sin pena ni gloria por el catálogo de monstruosidades de la serie. El scroll, tanto lateral como vertical es muy suave. ¿Hay entonces alguna pega en el apartado gráfico? Pues sí, varias, pero las más molestas son algunas de las más comunes en los juegos de NES. Por una parte, hay zonas, ya sea interiores o en el exterior, en las que se produce un amontonamiento de enemigos, que a su vez producen unas ralentizaciones bastante marcadas que nos hacen perder el ritmo. Por otra, y normalmente acompañado por estas últimas, un casi continuo flickering que a veces hace desaparecer por completo algunas partes móviles de la pantalla, ya sean enemigos, proyectiles o bloques.
Iremos continuamente alternando entre zonas de acción y villas, y todo está repartido con mucho tacto para que en ningún momento nos hartemos de unas o de otras. Siempre que terminemos una mansión habrá cerca algún poblado, naturalmente rodeado de feroces enemigos, donde podremos descansar y conversar. Pero esto cambia de forma radical cuando cae la noche en Transilvania. Sus habitantes se esconden, y los pueblos quedan gobernados por zombis y espíritus que nos aterrorizarán hasta que vuelva a salir el sol. Son, por otra parte, momentos ideales para subir experiencia, ya que por la noche los demonios se fortalecen y la cantidad de corazones dejados es mayor. Esta fue otra de las principales novedades de este segundo episodio, y en muy pocas ocasiones hemos podido volver a verlo. Realmente, poco más cambia a parte de la resistencia de los enemigos, pero sí que podremos ver los gráficos en “clave de noche”, con colores más fríos, más oscuros, y un bonito degradado en el cielo. A destacar el efecto del brillo de los lagos bajo el cielo oscurecido, muy evocador. Estamos hablando de un Castlevania, y esto implica algunos aspectos fijos: jugabilidad, dificultad media-alta, florituras gráficas y por supuesto, y por encima de todo, una banda sonora de auténtico lujo. Esto ha sido, más que un elemento común en todos los juegos de la saga, uno de los principales alicientes para jugarlos todos. Puede que los temas de este que nos ocupa no sean los más recordados; el conjunto de la primera y terceras partes son casi insuperables, pero aquí encontramos uno, además casi omnipresente, que pasaría a la historia como uno de los más emblemáticos: Bloody Tears, que nos acompañará durante el día por bosques, lagos y páramos, con un nivel compositivo y unas instrumentaciones extraordinariamente trabajadas. El resto tampoco se quedan cojos, si acaso se le puede poner algún pero a la banda sonora es de disponer de pocos exponentes, pero todos ellos son exquisitos. Innegable el regusto neoclásico del tema de las villas, en donde encontramos reminiscencias de temas como Vampire Killer y Begnining, muy expresivo y virtuoso (ojo con los bajos de la mayoría de temas). Como viene siendo habitual, también encontraremos alguna referencia musical al Heavy Metal, con baterías endurecidas, estructuras rápidas y melodías muy épicas. Entre Kenichi Matsubara, Satoe Terashima, Kouji Murata se repartieron el trabajo de composición. El resultado fue escueto en dimensiones pero brillante en calidad.
Por curiosidad, he visto algún speed run en el que se consigue terminar el juego en menos de media hora, pero lo cierto es que el juego da para mucho más. Es difícil pero no imposible (salvando ciertos despropósitos que nos obligarán a consultar guías), bastante divertido y con unos gráficos que enganchan, más llenos de naturaleza aunque menos rimbombantes. Lo que no me termina de cuadrar es porqué la primera mansión es la más difícil de todas y a partir de ahí la curva de dificultad se relaja bastante. Dispondremos de un sistema de passwords bastante engorroso para continuar la aventura, y terminarla será cuestión de paciencia y buen pulso. Poder ver cada uno de los tres finales ya es otra cosa que requiere mucho más esfuerzo y sobre todo conocer el juego al dedillo para poder terminarlo en menos de 7 días (dentro del juego). La alegría de conseguirlo fue el detonante para escribir este análisis, con el que he disfrutado casi tanto como jugando a la aventura, y es que sabía que algo que lleva el nombre de Castlevania clásico no iba a decepcionarme.
- Lo Mejor del Juego: La banda sonora es magnífica y transmite vibraciones muy inquietantes. La evolución del látigo. Control bastante preciso. Continuaciones infinitas. La noche.
- Lo Peor del Juego: La lógica de avance en algunos puntos no existe, y las pistas no ayudan. El sistema de passwords es muy cansino. Se echan en falta más temas. Ralentizaciones y flickering.
----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----
La Música de este RPG
__________________________________________________________No es precisamente uno de los Castlevania con la banda sonora más amplia y de hecho, terminaremos echando en falta que haya muchas más composiciones. No porque se hagan pesadas, ni porque el sonido sea pobre, sino precisamente por todo lo contrario en ambos sentidos, porque las que hay rebosan calidad por los cuatro costados. Se nota la mano y el talento compositivo de lo mejorcito de Konami para la ocasión, y es que esta saga siempre ha destacado por la grandeza de sus composiciones.
The silence of the daylight. El título inspira, pero más todavía el hecho de escucharla mientras recorremos sus ciudades antiguas, entre sus habitantes y tiendas. Por el día, la sensación de peligro es menor, y queda perfectamente plasmada en este corte. Aunque no carente de cierto dramatismo irresistible, es mucho más relajada que la media de lo que encontraremos más adelante. Se nos quedará "pegada" a las pocas escuchas y nunca nos cansaremos de ella.
Dwelling of doom. Es extraño que esta composición no haya continuado siendo una de las fijas de la saga, porque lo tiene absolutamente todo. Velocidad, virtuosismo y mucha tensión, perfecta para recorrer las sinuosas mansiones en donde están enterradas las partes de Drácula. Es en esta en una de las que más se puede apreciar la calidad de los instrumentos. Para tratarse de una NES, el resultado es maravilloso, una batería potente y cabalgante, un bajo que no para e incluso excelentes teclados simulados.
Bloody tears. Y por supuesto, tenemos aquí a la joya de la corona, que nació en esta segunda parte y prácticamente protagonizó su apartado sonoro. Con el tiempo, se ha convertido en una de las composiciones más emblemáticas de la saga Castlevania, junto a otras como Vampire Killer o Wicked Child. El resto de la banda sonora es de una calidad más que notable, pero no se puede negar que esta destacó por encima de todas. Todo vale: ambientación neoclásica, ritmo de Heavy Metal, cantidad de instrumentos... Una maravilla.
Within these castle walls. Cuando Simon se acerca al inevitable final de la aventura, uno ya está satisfecho con lo escuchado, pero al mismo tiempo, echa en falta alguna sorpresa. Este tema viene a contentar esa petición, una agradable sorpresa en el castillo de Drácula, antes del enfrentamiento. Su calmada percusión y distanciadas notas se van alternando con total perfección entre arpegios mayores y menores, y transmiten una profunda sensación de soledad y terror. Si a esto le unimos el lúgubre entorno, es difícil pedir más de ella.
2 comentarios:
Buenas,estoy contigo en algun grupo de Supernintendo y coleccionismo de videojuegos en FB,alguna vez hemos coincidido comentando juegos y pusiste enlace aqui, de vez en cuando miro tu web, es interesantisima grandisimo análisis. He estado a punto de comentar muchas cosas xq Yo tb tengo unos cuantos Rpgs de Super y PlayStation , siempre me gustaron mucho sobre todo en los 90s que vicie miles de horas, despues la vida se va complicando con menos tiempo etc y tb vas encontrando otros intereses y aficiones aparte de los videojuegos pero últimamente lo quiero retomar, lo tengo claro y tengo muchos juegos pendientes de terminar y rejugar.
No me enrrollo+ al grano, Simon Quest me ha movido leer tus palabras xq es un juego k jugue en la época , fue el primer Castlevania k vi en mi vida seguramente con unos 9 años en el verano de 1990 seguramente que se lo cambiamos a un amigo y nos lo dejo unas semanas en la playa. Decirte k flipe entonces con esa ambientacion y músicaza Bloody Tears etcetcetc xro claro con mi ingles de tan crio..y sin guias ni enternet avance poco en ese primer accion rpg, aunk mi colega me chivo algunas cosas xra avanzar recuerdo... Que tengo ke rejugarlo 30 años despues si o si, mientras alguna vez mire algún long play en youtube del juego para recordarlo xro hay k jugarlo a ver si puedo sin mirar guias jejeje.
Por cierto vi tb tu otro blog del Metal, Yo tb me forge la personalidad escuchando el Yunque y el martillo de los Mano War jejeje era de ir a muuchos conciertos en los 90s sobre todo y en los 00s tb Maiden 8 veces, Helloween 3o4 , Manowar 2, Virgin sTeel k grandes, Blind Guardian 2o3, Gammaray 3 mis favoritos . Se me kedo pendiente peregrinar un año a Wacken... mi mejor experiencia fue seguramente en el 2000 el Rock Machina en Moncofa, Menorrock 2000 tb estuvo genial aki en Murcia de donde soy. Cual es / son tus grupos favoritos x curiosidad , Freedom Call tb me mola bastante junto con Running Wild todos estos ke te dije los escucho regularmente en mi vida. Un saludo
¡Hola Aníbal!
Pues un placer saludarte por aquí. Siempre me encanta leer vuestras experiencias personales con los juegos que analizo aquí, son de lo más diversas y siempre son bonitos recuerdos que hay que atesorar. Yo empecé a principios de los 90 con los RPG, concretamente con The Legend of Zelda: A Link to the past. Poco después, Illusion of Time me enamoró, y Terranigma es el juego que definitivamente me hizo ver que no había nada comparable a este estilo. El resto... casi todo lo aquí documentado jeje. Yo he tenido épocas con muy poco tiempo para jugar, incluso descuidé el blog durante un año, pero es algo que necesito en mi vida casi como el respirar, y desde hace 12 años mantengo vivo este blog. Es cuestión de prioridades, siempre se puede sacar un ratito, claro que al ser juegos que son largos y piden más implicación emocional que el resto... sé que es complicado.
Te animo a que vuelvas a este Castlevania II: Simon's Quest. Para mí fue como sacarme una espinita que tenía clavada desde hacía tiempo, y resultó una experiencia fantástica que terminé no una, sino tres veces consecutivas para ver los tres finales. Además, seguro que vuelven a ti grandes recuerdos.
Sí, El Antro del Metal, otro de mis blogs. Con ese llevo ya 15 años, pero son más de 20 los que llevo yendo de conciertos. Prácticamente todas las semanas... hasta Marzo, cuando desgraciadamente tuve que dejar mi gran pasión... y es algo que me está pesando muchísimo anímicamente... Suerte que mi otra gran pasión en la vida (esta) no hay nadie que me la pueda prohibir.
Venga, aunque no sea este el contexto, te hago dos pequeñas listas de mis bandas favoritas (aunque escucho a cientos de ellas)
Internacional:
Manowar (mis dioses absolutos)
Dream Theater
Riot
Def Leppard
Candlemass
Nacional:
Dark Moor
Los Suaves
Jolly Joker
Hamlet
Opera Magna
¡Saludos!
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