Eternal Sonata (Xbox 360, Action RPG)

¿Qué sería de muchos de nosotros sin la Diosa música? En lo personal, a menudo me hago esa pregunta, y es que sin duda esta ha sido siempre uno de los principales motores de mi vida. Sin ella, vería de otro color, sentiría con menor intensidad y tendría un pulso distinto. No son demasiadas las ocasiones que se han presentado, en el mundo de los RPG, de encontrar uno en el que participe un personaje real, y mucho menos una de las grandes eminencias musicales de todos los tiempos. Por supuesto, si hablamos de música clásica, el nombre de Frédéric François Chopin, el llamado poeta del piano, ha de aparecer forzosamente en toda conversación, y en Eternal Sonata le encontramos como coprotagonista de una historia que, en su mayor parte, hace honor a ciertos aspectos de la vida del compositor polaco, llena de matices sentimentales, en donde encontramos retazos de su existencia atormentada por la enfermedad, la depresión, la guerra, la incomprensión y una extremada sensibilidad, todo ello envuelto en un mundo de fantasía de exuberantes colores y frondosas composiciones que, como no podría ser de otra forma, se presentan en el juego como un sentido homenaje hacia su inmortal figura.

Elementos anteriormente mencionados que, aunque no son ni mucho menos exclusivos de este RPG, se revelan aquí para llevarnos de la mano hacia un argumento con muchas interpretaciones, notablemente más adulto que la media de los títulos del género y que, sin embargo, contrasta enormemente con lo que verán nuestros ojos, unas pantallas y escenarios rebosantes de color hasta el límite. Pero una posible explicación a este choque de extremos es que, en realidad, lo que narra el juego no es en sí la historia del pianista, sino su último sueño. Chopin se encuentra en su lecho de muerte, rodeado por dos allegados y un doctor. Su apariencia es tranquila, pero en el interior de su mente se está desatando la peor de sus pesadillas. Un sueño que se repite una y otra vez, un tormento reiterativo que no consigue romper. Un enfrentamiento consigo mismo, con sus miedos y debilidades en un mundo creado a partir de recuerdos y sensaciones en el que se encuentra atrapado esperando la, por otra parte, ansiada llegada de la muerte. En él, un mezquino conde dominado por su propia avaricia, mediante la impulsión de la venta del nocivo polvo mineral, pretende anular la voluntad y las conciencias de aquellos que lo consumen para crear así un ejército de seres imparables que no teman a nada, cubriéndose de esa forma las espaldas ante la guerra entre Forte (su territorio) y Barroco, un conflicto que ya es un secreto a voces. La extracción de dicho polvo crea estragos en la naturaleza y el entorno, pero hay un grupo de rebeldes que está determinado a frenar sus ruines planes. Chopin, que cae en esta realidad alternativa, es el único que cree conocer la verdad: todo es un sueño creado por su subconsciente, pero terminará creando fuertes lazos de amistad con el resto de protagonistas a pesar de saber que su tiempo se acaba. Lo contado hasta aquí, la desgarradora escena inicial con el salto de Polka y la introducción, que describe el pueblo de Tenuto y su entorno como si de una poesía musical se tratase, no es más que el inicio de una historia que puede resultar engañosamente sencilla al principio, pero cuyo grueso acaba siendo subyugado principalmente a la deducción de cada jugador. Porque, al fin y al cabo, la naturaleza de los sueños es diametralmente distinta a la de la realidad, y por ello el desarrollo mezcla realidad, fantasía, y hechos que se confunden con la imaginación con un punto marcadamente esotérico.

Serán hasta nueve personajes, incluido Chopin, los que podremos manejar en el juego (al menos en la versión de Xbox 360, que fue la primera en salir), cada uno con una personalidad bien diferenciada y un estilo de lucha personalizado. Pero debido a los caminos que toma la historia, rara tendremos el mismo grupo a nuestra disposición. Esto significa que disfrutaremos de historias paralelas, distintos caminos, idas y venidas, despedidas y reencuentros, lo cual, a su vez, va fortaleciendo poco a poco los vínculos entre los personajes y los nuestros con el propio juego, y contribuyendo a engancharnos cada vez más en este guión lleno de giros y sorpresas. Y aun a pesar de esto, su desarrollo, jugablemente hablando, es bastante lineal, en el sentido de que es la historia la que guía nuestros pasos entre un emplazamiento y otro, ya sean mazmorras atiborradas de enemigos o encantadores pueblos, y es difícil encontrar algún momento en el que se nos otorgue libertad para poder escoger entre varios destinos. Esto en parte podría ser un escollo, pero para mi gusto personal no es algo imperdonable. Nos priva de la capacidad de decisión, pero también es otra forma de entender un RPG, yendo sobre seguro sin tener que devanarnos demasiado los sesos. De vez en cuando, es algo que se agradece. Lo que sí me ha decepcionado un poco es la imposibilidad de volver atrás, y más cuando en determinadas zonas existen cantidad de bifurcaciones que pueden conducirnos a objetos secretos. Pero si topamos con la escena de turno, seremos absorbidos por la línea de continuidad sin poder hacer nada, y en muchas ocasiones apareciendo tras ella en otro escenario distinto y alejado. Los combates son contra enemigos visibles en el mapa, aunque no por ello vayáis a creer que disputaremos pocos. Por suerte, es uno de los aspectos más excitantes y bien llevados en la acción del juego. Una estimulante mezcla de turnos y acción frenética en donde cabe un poquito de estrategia a la hora de posicionar los personajes, escoger bien los objetos a llevar encima, apurar el escaso tiempo de acción o emplear las técnicas especiales más efectivas, siendo la luz y la oscuridad elementos determinantes que podremos aprovechar en cada escenario de batalla. Además, siguiendo con la tónica musical del juego, y a partir de combos, podremos crear cadenas armónicas tan espectaculares como devastadoras. La escasa IA de los enemigos nos proporciona ventaja a la hora de asaltarlos por la espalda, y cada encuentro no nos llevará demasiado tiempo, son dinámicos e intensos y su dificultad en general es bastante moderada, aumentando razonablemente en los muchos jefes a los que nos enfrentaremos, algo que infunde todavía más ritmo a la aventura, al tiempo que resolvemos ciertos puzles y nos esforzamos por orientarnos en estructuras relativamente complejas, como el Fuerte Fermata.

Dejemos a un lado aspectos meramente técnicos y veamos qué es lo que nos transmite el juego a través de sus apartados gráfico y sonoro. Sus parajes, su hermosa fotografía y sus imaginativos diseños nos salpican la vista con cientos de miles de colores que le dan a este apartado un inequívoco espíritu de fantasía. La naturaleza se muestra, a lo largo y ancho de Eternal Sonata, en todo su verdor, detalle y expresividad. Por esta razón, lugares como las colinas Hanon o las cumbres del Cencerro, pasando por el puesto del Árbol Chelo son lugares que alegran el corazón con sus reflejos, el viento, su flora…, pero estemos donde estemos siempre sentiremos cerca ese esplendor, ya sea en el misterioso bosque Celesta o en las gélidas montañas Agudas representando un entorno nevado de ensueño. La disposición de elementos y el diseño de cuanto hay en dichas zonas muestra un gran trabajo artesanal y una imaginación que en todo caso transmite mucha calidez. Incluso en las zonas más oscuras hay vida, aunque sea espiritual (el escalofriante cementerio Lento y sus fuegos fatuos me han atrapado profundamente). De los pueblos, decir que es una verdadera lástima que no haya más. Plagados de recovecos con magia, adorables construcciones y texturas vivas, y más allá de su función (comprar y reponer), son lugares para recorrer con calma y apreciar su plácida ambientación. ¿Qué decir del acantilado Glissando? ¿O de la entrañable casita de Arpa? Los interiores también tienen un nivel de detalle abrumador, llegando a la cima en las habitaciones del barco pirata o las habitaciones del palacio Barroco. Y llegamos al diseño en sí de los personajes, creados con un gusto por el detalle excelente, especialmente los protagonistas, con estilos de diversas épocas y prendas muy personalizadas. Curiosamente, el estilo de sus caras (especialmente en Chopin), de su aspecto y sus formas me ha recordado bastante a las del dibujante Benjamin Lacombe, aunque no he encontrado ninguna información que los relacione. En cualquier caso, son muy reconocibles y han conseguido una gran expresividad a través de sus miradas y sus gestos, algo muy importante cuando la historia incluye remarcadas emociones como el desencanto, la sospecha o el desánimo. Sin embargo, mirando más de cerca, el estilo Cell Shading da un aspecto que a veces puede resultar muy chillón, y los efectos de sombreado en los rostros no me convencen demasiado, pero nada que reste méritos a los grafistas. Las partes más espectaculares son, de nuevo, los combates, que son un festival de destellos, explosiones, partículas, estelas… El motor del juego puede recordar a algunos juegos de la saga Tales (no obstante, la influencia y el nombre de Namco detrás son indiscutibles): zonas “cerradas” y lineales pero amplias.

Y como podréis imaginar, la música se muestra como la auténtica alma del juego. Más allá de su extensa y pomposa banda sonora. Más allá del hecho de que todos los nombres de personajes y lugares del juego estén inspirados por términos y nomenclaturas de formas y movimientos musicales. Un trabajo tan titánico y con tal carga de responsabilidad tenía que ser llevado a cabo por un gran maestro de la composición en videojuegos, y ahí es donde entra en escena Motoi Sakuraba, que fue el creador de las cerca de 80 piezas musicales con las que nos deleitaremos durante la aventura. Y eso sin incluir las partituras que encontraremos diseminadas por todo el mundo, y que nos servirán para hacer “sesiones” de armonías y conseguir premios, algo tremendamente original (cómo he deseado en esos momentos saber leer música). En Eternal Sonata, Sakuraba da rienda suelta a su espíritu más estrictamente clásico, ya sea desde la extrema sensibilidad o en las composiciones más fuertes y estruendosas. Nada de sonidos contemporáneos, ni electrónica, ni siquiera las guitarras eléctricas tan habituales en sus repertorios; aquí abundan los violines, las tubas, oboes, los timbales y, por supuesto, unos pianos exquisitos. Por una parte, las escenas más delicadas del juego (y hay unas cuantas) están perfectamente complementadas con melodías suaves que profundizan en la intimidad de esos momentos o en el misticismo que rodea a otros. Y las partes más aventureras, como los momentos de tensión o las batallas están todavía más cargados de intensidad gracias a las potentes orquestaciones en las que todos los instrumentos retumban con una grandeza espectacular, algo que a nivel ambiental resulta perfecto… sin embargo, a la hora de escuchar su banda sonora íntegra, se me ha hecho algo larga, ya que considero que a este tipo de temas les falta una pizca de personalidad. Su instrumentación es tan densa que ahoga la melodía (que puede ser escasa), asemejándose más al estilo de Richard Wagner. Paralelamente a la historia jugable, y esto es uno de los detalles más fascinantes del juego, se relatan algunos de los momentos claves en la vida de Frédéric, aderezadas con unas maravillosas imágenes reales y respaldadas por algunas de sus más bellas y eternas composiciones (hay 7 en total, magistralmente interpretadas por Stanislav Bunin) que inundan esas hermosas estampas de forma muy emotiva. Huelga decir que son composiciones que elevan el alma hasta límites increíbles, y aumentan enormemente el interés del juego por sí solas. Sin duda alguna, son los instantes que más he ansiado del juego, y podemos volver a escucharlas en cualquier momento una vez desbloqueadas. Destacar también el clima que crean los efectos de sonido en las batallas, un compendio de golpes lacerantes y contundentes, amén de unas enérgicas voces, que también disfrutaremos durante muchas secuencias narrativas.

Un RPG que da cuerpo y voz al personaje de Frédéric Chopin ya debería de resultar lo suficientemente atractivo por este hecho, aunque sea viviendo su sueño: una historia que puede parecer relativamente simple en su forma, pero que es bastante rebuscada en su fondo, tal vez demasiado ambiciosa y con alguna que otra laguna explicativa. Bucles temporales, filtraciones de la realidad, secuencias oníricas, personajes metafísicos… acompañados por un aspecto visual de pura fantasía al más puro estilo de la saga Tales. Por cierto, la versión de Xbox 360 está incomprensiblemente recortada. No entiendo el por qué, pero en Playstation 3 encontramos, además de una mayor dificultad, más mazmorras, personajes, y una base narrativa mucho más sólida y mejor contada, que profundiza en aspectos que tal vez resuelvan muchas de las dudas que se me han quedado pendientes. ¿Qué fue de Acorde? ¿Qué papel juega exactamente la ancianita? ¿Qué o quién es EZI?


- Lo Mejor Del Juego: La supremas creaciones de Chopin y las imágenes reales. Su mundo onírico, su trasfondo filosófico y su simbolismo. El sistema de combate. Su sencillez de avance.

- Lo Peor Del Juego: Demasiado a menudo no podremos volver atrás. Hay partes de la historia que parecen incluidas “porque sí”, y otras están vagamente explicadas.

----OTROS ANÁLISIS RECOMENDADOS----

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La Música de este RPG

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Si alguna vez te has preguntado cómo sería una banda sonora que combinara piezas clásicas del poeta del piano Frédéric François Chopin y el mago compositor de videojuegos Motoi Sakuraba, en este Eternal Sonata encontrarás todo lo que buscabas. Su sonoridad y su capacidad para arropar los momentos más sensibles del juego nos harán caer de lleno en el sueño del que es partícipe el propio Chopin, cuyas partituras nos harán tocar el cielo en momentos determinados mientras leemos fragmentos de su triste y melancólica vida.

Pyroxene of the heart. Pone desde el comienzo en funcionamiento unas teclas que destellan emotividad a raudales, a los que se unen unas todavía más sentidas voces a modo de coros formando la que claramente es la melodía estandarte del juego. Aunque su tonalidad es suave durante todo el tema, su intensidad instrumental va creciendo a ratos, un conjunto de sonidos meticulosamente compuestos que repentinamente descienden de nuevo a la calma que aportan las notas de piano.



Broken balance. Escuchamos ahora una composición que no puede ser considerada sino 100% Motoi Sakuraba en su vertiente más clásica, como el juego pide a gritos. Aunque es una deliciosa amalgama en el que cada instrumento tiene su protagonismo en cada fragmento, destacan especialmente unos violines cuya melodía recuerda a otros trabajos del genio Sakuraba, especialmente en esos momentos tensos en los que se libra alguna batalla. Los coros, de nuevo, le dan esa aura casi celestial.



An inspection which values harmony. Tal vez no sea una de las más destacadas y relucientes de su banda sonora, pero su perfecta ambientación sobre el palacio de Barroco y su inmenso y cristalino salón de baile me ha encantado. Mezcla con mucho gusto partes más ambientales, líneas de varios instrumentos clásicos entre los cuales se encuentran también magníficos coros y una parte principal que acalla todos los sonidos salvo el clavicordio, formando una melodía cautivadoramente barroca.



Kyoutenka. Sin ninguna duda, uno de los cortes más especiales del juego por varios motivos, por el momento tan vibrantemente emotivo que ambienta (ese final triste de despedida) y por ser la única realmente cantada del conjunto. Los sosegados pianos sientan la base para una maravillosa y sobrecogedora melodía vocal interpretada por la mezzosoprano Akiko Shinada, cuya sensibilidad y tono nos hacen, a la fuerza, cerrar los ojos y evadirnos por completo, especialmente al llegar esa subida de final de estrofa. Pura belleza concentrada en más de 7 minutos de canción, cuya última mitad es solo instrumental.



The mediocrity sought out by everyone. Solamente una melodía como esta podría ser digna de ambientar tanta belleza, las calles empedradas, las formas arquitectónicas y la panorámica que podemos observar de uno de los lugares más rematadamente bonitos de Eternal Sonata, el pueblo costero de Ritardando. Su jubilosa tonalidad y sus reminiscencias clásicas empastan a la perfección con su deslumbrante colorido, hasta llegar a ser una de las principales razones para visitarlo.



Tristesse (Estudio en Mi mayor Opus. 10 Nº.3). Según se dice, el mismo Chopin aseguró que esta era sin duda la composición más hermosa que jamás había creado. Ponerse a describir una obra maestra de tal calibre con simples palabras mortales es directamente cosa de blasfemia. Una partitura que, más todavía si pensamos en la triste situación en que se escribió, es capaz de hacerte temblar descontroladamente de emoción a cada movimiento. La contundencia de algunas notas, las súbitas explosiones de tono y la aplastante sensibilidad con la que todas las partes fueron compuestas... me ha sido imposible escucharla ni una sola vez en la que no se me hayan saltado las lágrimas.



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Ejemplar de mi colección

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Eternal Sonata

Realmente, poco que explicar acerca de esta pieza de colección. La adquirí vía eBay a un vendedor inglés en lugar de a través de alguna de aquellas tiendas inglesas baratas de la época (que al parecer, han desaparecido ya). Su precio no va acorde a la calidad del juego (por suerte), pero en sentido coleccionista no tiene demasiado valor, independientemente de que la copia que poseo está en un estado normal de conservación, aunque su precio se elevaría hasta rozar los 100 euros si hablamos de una precintada.

Se puede ver claramente que la caja ha recibido varios golpes y rozaduras, aunque por suerte tiene el plástico protector externo, así que dichos golpes no afectan al papel de la carátula, que se encuentra perfecta, manteniendo todo su colorido tanto en la parte delantera como en la trasera. También se observa en el plástico un pequeño resto de adhesivo. El mayor contratiempo es un trozo de caja roto en la parte inferior izquierda que no se aprecia en la foto.

También se conservan bien las pestañas, tanto las que sostienen el manual como las del disco. Hablando del manual, está un poco ondulado en la parte del lomo por la presión de las pestañas, y tiene marcas de colisión en los bordes superior e inferior. Nada grave, realmente, pero son visibles. Portada y contraportada se ven en todo su esplendor, y su interior (en inglés y finlandés) está intacto, libre de alteraciones o rayas.

La parte dibujada del disco está casi como si no hubiese sido usado nunca. No así la legible, en donde sí se aprecian sin mucho esfuerzo marcas de uso en forma circular, como de suciedad, puede que por haber sido limpiado de forma no apropiada. Lo importante es que se lee perfectamente bien, sin ningún error.

Más allá de su conjunto en un estado más o menos decente, no conserva ningún panfleto ni extra (aunque curiosamente, sí el ticket de su comprador original). Tampoco sé si al estrenarlo traería alguna de serie. Es un juego que todavía se puede conseguir, en esta misma versión Pal UK, a un precio extremadamente bajo.

Fecha de adquisición: 09 de Enero del 2010.
Precio: £11.98 (unos 13,79.-€ actuales).